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Cultura

Entrevista

Andrea Tornielli: "El mundo ha perdido la memoria de que somos pueblo y comunidad"

El director editorial de los grupos de comunicación del Vaticano recuerda que "ya en 1987, Juan Pablo II habló de las estructuras de pecado financieras, económicas y políticas"

El título oficial de Andrea Tornielli es el de director editorial del Dicasterio de Comunicación del Vaticano, cargo que ejerce desde 2018, tras haber coordinado durante los siete años anteriores la página web Vatican insider, del diario La Stampa. Huelga decir que Tornielli, nacido en 1964, es periodista y vaticanista. Ahora, desde su posición, coordina medios como L’Osservatore Romano, Radio Vaticana y Vatican News. Él es el responsable de la comunicación periodística con la que el Vaticano pelea para hacerse un hueco en el escaparate de la actualidad. El miércoles pasado visitó España para clausurar en la catedral de Salamanca la exposición The mystery man, que ha permitido ver durante cinco meses una recreación hiperrealista del cuerpo de Cristo a partir de la Sábana Santa. Tornielli, que es un experto en la Sindone, ofreció una conferencia de clausura para una exposición que ha sido vista por 70.000 personas y que girará por otras ciudades. Su próximo destino será la catedral de Guadix (Granada) el 31 de mayo.

Pero, además, aprovechó para presentar su último libro La vida de Jesús (Mensajero), un trabajo que combina los textos bíblicos con una recreación de las escenas evangélicas realizada por el periodista y completado todo ello con los comentarios que el Papa realizó durante el tiempo de pandemia. Tornielli lamentó que ahora ya no se transmite la fe cristiana en la familia, como ocurría antes. "Hace años que la fe no se transmite más en las familias. A día de hoy, vivimos en una sociedad totalmente multidigitalizada. Recibimos millones de informaciones en nuestros móviles y ordenadores cada día, comentamos en las redes sociales, se usa un lenguaje de odio, pero en esta sociedad no hay nadie que te escuche, nadie que te diga: ‘yo estoy aquí para ti, no para juzgarte’. Ni que te diga que hay un Dios de misericordia que te ama y que te quiere. Es importante acercar a más personas a la vida de Jesús y del Evangelio”, destacó. La importancia del testimonio fue también central en la conversación que mantuvo con Vozpopuli

Pregunta: ¿Qué se puede hacer desde el Vaticano para contribuir al debate cultural de nuestro tiempo y al resurgir de la fe?

Respuesta: Actuamos en una doble dirección. Por un lado, presentando muy bien las palabras, los hechos, los gestos, los viajes y todo lo que hace el Papa. Muy bien quiere decir situándolo en el contexto, sin buscar un titular llamativo o un enfoque fantasmagórico. Por otro lado, buscamos y presentamos historias que llegan desde las iglesias particulares, desde la gente, del mundo. Porque hoy es el tiempo de los testigos. En este momento cultural necesitamos historias que nos den testimonio de lo que es el Evangelio vivido hoy. Sin hacer discursos, análisis y filosofías, pero dando a conocer testimonios. Que es la única manera de hablarle al hombre de hoy.

P: Estamos inmersos en un debate antropológico profundo sobre qué sea el hombre y hacia dónde va. ¿Intentan intervenir de alguna manera en esto?

R: Claro que sí. Tenemos un diario, El Osservatore Romano, donde cada día van a salir entrevistas, y artículos que profundizan en todas estas cuestiones desde el punto de vista de la cultura. Eso se hace también en Vatican News, donde se ve que estamos en el debate cultural y científico. Estamos abiertos al mundo para comprenderlo y ser testigos del Evangelio en este mundo y en este tiempo.

Las finanzas pretenden dar órdenes a la política y han puesto en el centro al dinero en vez de al hombre

P: Fabrice Hadjadj sugiere que quizás el principal conflicto de nuestro tiempo sería el que se da entre el humanismo y la tecnocracia, la tendencia a endiosar lo tecnológico.

R: Este es uno de los problemas, pero no creo que sea el único. Estamos bajo la tecnocracia, pero también bajo la economía y las fianzas, que pretenden dar órdenes a la política y que han puesto en el centro el dinero, y no en el hombre. Esto está muy claro en el mensaje del Papa Francisco y nosotros intentamos recordarlo.
Vivimos en un mundo en el que hemos perdido la memoria de que somos un pueblo y que somos juntos, en comunidad. Vivimos en un mundo donde crece el individualismo y en un mundo donde se ha puesto el dinero como Dios, y la tecnocracia, una mala interpretación de la ciencia como nuevo ídolo. Este es el tiempo en el que vivimos. Pero esta guerra no se gana haciendo batallas culturales. Esta guerra se gana dando testimonio, mediante la acción y la palabra, del Evangelio de Jesucristo en todos los lugares y de todas las maneras. Se gana siendo testigos. Este es el testimonio que da el Papa.

P: Permítame que le insista en el debate cultural porque asistimos a un momento de exacerbación del individualismo y del ego personal, de endiosamiento del individuo.

R: Esto lo explica bien el Papa en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium. El Papa habló de esto ya en 2013. Vivimos en este tiempo, ciertamente. Y la respuesta es que tenemos que buscar nuevas vías, nuevas rutas, para anunciar el cristianismo. No es el tiempo de guerras culturales. Y quien se coloca ahí, se coloca en el pasado. El tiempo de la Cristiandad ya pasó, ha terminado; esa batalla ya se perdió. Esto lo explica muy bien el Papa: la secularización es la prueba de este proceso. Es el tiempo de dar testimonio, de ver cómo anunciar el Evangelio de Jesucristo a este tiempo, a estos jóvenes que tal vez son individualistas, tal vez idolatran el dinero, tal vez tienen todo a su alcance y no están acostumbrados al sacrificio como en el pasado, pero es a ellos a quienes hay que intentar llegar.

La cuestión es, y lo explica muy bien Evangelii Gaudium, que es el documento de referencia para entender cuál es la posición de la Iglesia frente al momento cultural que estamos viviendo, que hay que buscar nuevas vías. No podemos responder con modos viejos, instrumentos viejos y estructuras viejas a problemas que son nuevos, y a un cambio de época que es totalmente nuevo. Tenemos que regresar al origen de nuestra fe.

P: ¿Cuáles son los testimonios que han demostrado más capacidad para abrir brechas en esta visión de nuestro presente?

R: El Papa es un buen ejemplo, como muchos cristianos que viven en el mundo y son testigos, en las escuelas, en el mundo científico, en el mundo cultural y en las periferias geográficas y existenciales de nuestro mundo. Es una tarea que no es para unos pocos, para unos santos, o para unos especialmente preparados, es una tarea que es para todos los cristianos.

El Papa Pío XI habló ya en 1931 del imperialismo internacional del dinero; los pobres son la tradición de la Iglesia

P: ¿Cuál sería la naturaleza de ese testimonio? ¿Puede confundirse con el activismo social?

R: No se confunde el testimonio cristiano con el activismo social: los pobres son el Evangelio, la función social de la Iglesia es doctrina de la Iglesia. El Papa Pío XI habló ya en 1931 del imperialismo internacional del dinero. La caridad y los pobres son el Evangelio, son la tradición de la Iglesia. El comunismo terminó hace cuarenta años. No podemos pensar en anunciar el Evangelio con las mismas posiciones culturales, y con las mismas perspectivas, que hace cincuenta años. Es una batalla perdida.

P: ¿Qué significa volver al origen?

Cuando hablo de volver al origen para ser testigo del Evangelio es claro que esto no significa activismo social, sino, a partir de Jesucristo, estar presente en la sociedad, e intentar cambiarla. Esto no solo lo ha dicho el Papa Francisco. Vea la encíclica Sollicitudo rei socialis, de Juan Pablo II, de 1987, donde habla de estructuras de pecado financieras, económicas y políticas. Estar en contra de esto e intentar cambiar la realidad no significa ser activista social. Significa ser cristiano, sabiendo que la fe es algo que afecta a la vida entera de la persona y a la vida de la sociedad.

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