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Cultura

'Avatar: Frontiers of Pandora', mucho más que un mundo abierto de película

Analizamos en su versión de PS5 el nuevo título de Ubisoft, ambientado en el gigantesco universo cinematográfico creado por James Cameron. ¿Está a la altura?

'Avatar: Frontiers of Pandora'

Cuándo Avatar vio la luz en los cines de todo el planeta allá por 2009, asistimos atónitos a un majestuoso ejercicio audiovisual. Un jaque mate a todo lo que creíamos saber de efectos especiales y universos de ciencia ficción. Su historia, por contra, fue el gran pero de la producción de James Cameron. Similar a lo relatado por Disney en Pocahontas, la trama de Jake Sully y la Na'vi Neytiri parecía beber de un esquema ya repetido.

Colono llega a tierra inhóspita, por lo general de una belleza inusitada, con la misión de hacerla suya a toda costa, sin importar la vida de la población y fauna autóctona. Sin embargo, tras conocer a una mujer, en este caso extraterrestre, sus ideales terminan por tambalearse hasta terminar luchando contra el enemigo ahora común.

El éxito en taquilla fue salvaje, como la furia de los Na'vi, logrando que la apuesta de Cameron saliera increíblemente bien. Trece años después, la pasada Navidad, Avatar tuvo una secuela, bautizada El Sentido del Agua, cuya recaudación e impacto salvó al mundo del cine en un 2022 de bajas cifras por los últimos coletazos de la crisis sanitaria de la COVID-19.

Todos los fans de la saga necesitaban trasladar el precioso mundo de Pandora de la gran pantalla a la consola, ya que el videojuego salido en 2009 a raíz del primer film no dejaba de ser un arquetipo de la época, donde se sacaban IP basadas en películas como churros para seguir rentabilizando el efecto en taquilla.

La compañía encargada de llevar a cabo dicho reto fue Ubisoft, empresa sobre la que ha recaído de nuevo la responsabilidad de este Avatar: Frontiers of Pandora que salió el pasado 7 de diciembre en PS5, Xbox y PC. En Vozpópuli hemos podido meterle un buen puñado de horas a este Avatar en su versión de PS5, y aquí te contamos, a grandes rasgos, las sensaciones que nos ha dejado lo nuevo de Ubisoft.

Avatar: Frontiers of Pandora, más virtudes que defectos

Cuando Ubisoft sacó el primer tráiler de este Frontiers of Pandora, el gran público y la prensa especializada se hicieron la misma pregunta: ¿habrá sido capaz Ubisoft de sobreponerse a sí misma? Si algo elevó a los altares en épocas pasadas a la empresa francesa fue su capacidad para hacer mundos abiertos repletos de vida y cosas por hacer.

Las grandes sagas de Ubisoft, véase Assassin's Creed y Far Cry, han pecado de un agotamiento brutal. Con Far Cry 2 y Far Cry 3 vivimos dos aventuras divertidas y completas. Algo que siguió, aunque en menor medida, con su cuarta entrega. De hecho, y esto es una opinión personal, Far Cry Primal fue mucho mejor videojuego que Far Cry 4 y Far Cry 5, con sus cosas buenas y malas.

Pero si algo destacaba de estos mundos abiertos era su enorme listado de misiones principales y secundarias, donde abundaban campamentos y tramas soterradas que despertaban el interés del jugador, amén de un apartado gráfico y jugable apetecible.

La fórmula se volvió caduca, y los mayores temores se dispararon cuando vimos las primeras imágenes de Avatar. Pandora, que lucía espectacular, podía terminar siendo el enésimo reciclado de una forma de hacer videojuegos completamente desfasada. Bajo el escudo de una franquicia potente, Ubisoft tenía la oportunidad de hacer un videojuego honrado y que pusiera un buen broche final a este sobresaliente 2023 en materia de diversión.

En cuanto enciendes tu PS5 y empiezas la partida, rápidamente te dejas atrapar por el preciosista apartado visual de Pandora. El hogar de los Na'vi luce muy bien con el motor gráfico snowdrop de Ubisoft. Una primera toma de contacto que ayuda a que la narrativa empiece a tomar cuerpo.

La historia, sin entrar en spoilers, discurre de la mano de tres tribus desconocidas y sus correspondientes regiones en Pandora hasta ahora desconocidas en el universo cinematográfico. Encarnamos el rol de un Na'vi que, tras años de cautiverio, ha escapado de las garras de la RDA y planea unir a su pueblo en una lucha contra el invasor.

La ambientación, los detalles y el enorme desarrollo del lore de la saga queda patente en las conversaciones que los NPC tienen contigo. Algo que supimos desde el inicio, aunque no por ello choca menos cuando lo jugamos es la primera persona, sin duda el primer gran pero del título. Hubiera sido genial poder ver a nuestro protagonista en toda su dimensión.

Siguiendo con su apartado visual, la luz y la composición de las texturas son superiores a las vistas en anteriores videojuegos de la compañía, se nota bastante que Ubisoft ha tratado de dejar atrás ciertos vicios del pasado.

Las mecánicas jugables, aunque no inventan nada, consiguen tener un cierto punto de innovación que se agradece. El DualSense de PS5 responde con suavidad a los comandos y acciones que nuestro personaje lleva a cabo.

Aquí destaca el salto vertical que Avatar: Frontiers of Pandora da con su mapeado, lo que hace que este sandbox crezca y mucho en sus opciones jugables y el desarrollo de misiones principales y secundarias. Planear a lomos un ikran es como volver a ponerte las gafas de tres dimensiones con las que Cameron nos deleitó en 2009.

Claro que no todo es maravilloso, ya que muchas misiones responden al manual clásico de Ubisoft, resultando por momentos un control C control V de otros títulos de la saga Far Cry. Lo que hace olvidarte de esa sensación es, sin duda, saber que estás en una historia de Avatar. La fuerza de la IP reside en contar con los derechos para dar vida a la franquicia. En otra historia sí hubieran quedado desfasadas o recicladas.

El seguimiento de misiones y la propia trama principal no tienen una fuerza descomunal, pero sí lo suficiente para hacer que nos la pasemos y echemos vuestras buenas 25-30 horas al título.

Elementos como el looteo, el árbol de habilidades o las armas están bien incorporados, haciendo que al jugador le merezca la pena realmente pasar las horas retocando o reforzando herramientas del personaje. Si sumamos todo, Avatar pasa con nota el corte de exigencia que se requiere a una IP de este nivel. Deja atrás fantasmas del pasado y encara con optimismo su regreso a mundos abiertos. Esperamos que Ubisoft despegue y olvide sus últimos desarrollos.

En un año de fantasía para los jugadores, Avatar: Frontiers of Pandora no aspira a ocupar el jugar de nadie, tan solo quiere contar su historia y ser sincero con lo que ofrece a su comunidad. Y eso lo consigue sin dudar. Seguramente, a consecuencia del exceso de grandes nombres en 2023, caerá en el olvido para una parte de los gamers que estén sobrepasados, pero volverá tarde o temprano para que muchos le den la oportunidad que merece.

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