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Cultura

Escolios de la escollera

El alma es el badajo (aforismos)

¿Por qué los antipáticos, ya puestos, no se hacen misántropos, y salimos todos ganando?

Glicerina gaditana Enrique García Máizquez

Lo sospechoso de Stendhal es que tuviese que llegar a Florencia para sentir el síndrome. La belleza te asalta, impetuosa, en la música de unas flores o en el hueco de una campana. Es una pena que yo ya escribiese el aforismo "La tristeza es una falta de atención", porque me gustaría volver a repicarlo para volver… a llamar la atención.

Aunque también hay un aforismo triste en la serie de este mes: el que se despista con el móvil. Están las noticias del mundo y de España tan mal que no nos deberíamos permitir más distracciones que las tristemente imprescindibles o las inesperadamente enriquecedoras. Éstas de aquí no son, desde luego, imprescindibles.  Sí que quieren ser lo suficientemente huecas como para que la realidad repiquetee un poco.

Vida eterna

Pues al final la calavera era otra máscara.

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Atención

Cada vez que miras el móvil muere un aforismo.

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Leer es estar en el centro de una fiesta. Charles Simic dice: "¡Qué desastre! ¡Creo en las imágenes como vehículos de trascendencia, pero no creo en Dios!"; y yo oigo la clara carcajada de Mario Quintana ("Los poetas son los únicos que no pueden hablar contra los absurdos de la religión. Incluso aquellos que se juzgan materialistas deben sentirse ingenuamente aludidos: la poesía es un síntoma de lo sobrenatural"). 

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Fábula al revés

La zorra que nada más que desea las uvas que no puede alcanzar. 

[Pero entonces no sería una sagaz zorra, sino un hombre corriente.]

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Las relaciones tormentosas tienen inesperados rompimientos de gloria.

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La razón también se pierde cuando no se le da a quien la tiene.

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El estado de ánimo del optimista es una patria. Con sus fronteras y sus paisajes, su bandera tremolante y la misma disposición heroica a defenderla.

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El daño que ha hecho el nominalismo a la civilización occidental no tiene nombre.

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La madre que llama a su hijo "mi príncipe" le está concediendo el título primordial de nobleza originaria.

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Tradicionalista no se debería ser nunca por un prurito de originalidad.

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[Subrayado de un poema inédito de Cristina Febrer]

"La eternidad cobra sentido a cada instante". 

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"Pero ese aforismo tan bueno no es tuyo", me dirán ustedes, con razón; y tampoco son mías las flores de la glicinia.

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Nadie te toma del todo en serio hasta que no se ríe de ti un poco.

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La artritis es un cilicio endoesquelético.

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No es que yo sea meloso ni untoso ni pastelero con las razones de unos y de otros. Es que no me meto jamás en un avispero, sino en una colmena, y siempre a por la miel y la jalea real.

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Sinestesia

Es un olor que entra por los oídos. Las flores de la glicinia tienen banda sonora: el sinfónico zumbido de abejas y abejorros, tan embebidos en el aroma dulzón, que no me preocupan mientras leo. 

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La gente espera con ilusión que el escritor, en el trato personal, dé más; pero, si es un escritor, da menos.

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Cuando uno se decide a leer la Divina Comedia, en cuanto abre el libro, ya ha recorrido la mitad del camino. Literalmente: Nel mezzo del cammin di nostra vita…

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El papel del esclavo que va recordándole al oído al general romano que es mortal será muy necesario, sin duda. Pero si tienes tentaciones de ejercerlo con algún amigo o conocido que ha tenido un éxito clamoroso, recuerda que era el papel de un esclavo. Tú celebra.

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La vocación es una extraña aleación de quimera y esfuerzo.

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Cada vez que leo que la misericordia de Dios se derrama de generación en generación, pienso en la piedad de mis abuelos y en el fervor de mi madre, y doy un suspiro de alivio.

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Círculo vicioso

Cuando eres desordenado, alguien tiene que ordenar lo tuyo, y ése es el peor desorden.

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El secreto de la siesta

Lo que descansa —mucho más que dormir— es dormirse.

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 ¿Por qué los antipáticos, ya puestos, no se hacen misántropos, y salimos todos ganando?

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El deseo de escribir aforismos los inhibe.

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Huir por sistema de las modas (escribir aforismos, haikus, autoficción, etc.) es tenerle miedo al espíritu de nuestro tiempo. Lo que se pone de moda obedece a algo y a eso sólo se lo puede vencer por superación, no por incomparecencia.

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Colegas

Aspiro a ser el amigo de mi hijo; pero como disculpa de esta concesión al espíritu de los tiempos, diré que también aspiro a ser el amigo de mi bisabuelo.

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Este extraordinario aforismo en un artículo de Trapiello que retrata la vana condición humana incluso cuando hablamos de lo más sagrado: "Estamos hechos, como se ve, como las campanas, alrededor de un hueco"; y, sin embargo, qué bien y qué alegres suenan las campanas. Apenas como excusa para traérmelo aquí, añado o, mejor dicho, explicito: el alma es el badajo.

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Dos placeres tan intensos como complementarios: dormir la siesta y trasnochar. 

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Primavera

Las flores de la glicinia: farolillos en la caseta de la feria de la vida.

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Originalidad, ¡cuántos pecados se repiten en tu nombre!

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