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Cultura

Alberto Rodríguez: "Me atrae el momento en el que el mundo tenía hambre de libertad"

El cineasta español inaugura la 70º edición del Festival de San Sebastián con 'Modelo 77', protagonizada por Miguel Herrán y Javier Gutiérrez

Rodaje de 'Modelo 77', de Alberto Rodríguez
Movistar+

El director Alberto Rodríguez y el guionista que le acompaña en sus proyectos, Rafael Cobos, escribieron hace tiempo la historia de una cárcel con la que narraron al mismo tiempo la historia de España y el proyecto se quedó en un cajón. Ahora, 17 años más tarde y varias películas después (After, Grupo 7, La isla mínima o El hombre de las mil caras) el proyecto sale por fin a la luz y se convierte en la película inaugural de la 70º edición del Festival de San Sebastián, que arranca este viernes y se prolongará hasta el día 24.

Modelo 77, que se estrena en los cines españoles el próximo 23 de septiembre, es el título de este drama carcelario protagonizado por Miguel Herrán (A cambio de nada, La casa de papel) y Javier Gutiérrez (El autor, La isla mínima), que cuenta una historia de amistad, libertad y solidaridad inspirada en hechos reales a partir de lo ocurrido en la cárcel Modelo de Barcelona con el intento fallido de fuga de 45 presos, que solo dos lograron a través de una alcantarilla.

Las batallas del colectivo COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha) por los derechos de los presos comunes y la amnistía así como la entrada en juego de la heroína son el marco de esta película, en la que Alberto Rodríguez trata de reflejar "qué ocurrió en las prisiones", un lugar que tras la muerte te Franco "se había quedado congelado en la dictadura".

"Había gente que estaba allí por homosexual. En la Modelo había un módulo de homosexuales dividido entre congénitos y adquiridos. Era muy arcaico todo, estaba en otro tiempo pasado incluso para un país que estaba en plena transición, que aspiraba a hacer otra cosa", ha contado el cineasta en una entrevista a Vozpópuli con motivo de su presentación en el certamen donostiarra.

Para la película, Alberto Rodríguez y su equipo llevaron a cabo un proceso de documentación "exhaustivo". "Primero contactamos con abogados, luego periodistas y finalmente con líderes de COPEL, el sindicato de presos que había surgido dentro de las prisiones para dar una respuesta a una situación injusta", cuenta. A uno de ellos le conocieron en una tienda de souvenirs que regentaba en Salamanca. "Cerró y se vino con nosotros a tomar el menú del día para contarnos su historia", señala el director, que llegó a reunirse también con el director de instituciones penitenciarias en aquel momento, Carlos García Valdés.

Alberto Rodríguez: en un "bucle" temporal

El director ha reconocido que se encuentra "en un bucle" que siempre le lleva a ambientar sus historias entre los primeros años de de la democracia y los primeros noventa, con la excepción de 7 vírgenes. Aunque reconoce que se trata de una cuestión "más azarosa" que otra cosa, apunta que le atrae "ese momento en el que el mundo tenía hambre de libertad, de cambiar las cosas, de pasar a una nueva dimensión, el hambre de democracia, en el fondo".

El rodaje de Modelo 77 tuvo lugar en la cárcel y en decorados, algo necesario para mostrar la "gran ciudad" que fue. Respecto a su estilo, Rodríguez ha señalado que el lenguaje emana de la historia y el principal objetivo era huir de los "estereotipos" para no ver presos sino personas. De esta forma, el cineasta consigue "un punto de vista muy cerrado" y el espectador solo conoce lo mismo que los protagonistas, cuyo único contacto con el mundo se produce a través de su ventana.

Hay trabajo para todo el mundo a destajo, cuesta trabajo incluso componer un equipo, pero tengo la sensación de que como nos descuidemos un poco hay una parte del tejido cinematográfico que si se descompone se va erosionando", advierte

A ello se suma una "sencillez" difícil pero importante. Con esa narración "parca" tan característica, el director consigue abordar la llegada de la heroína a las cárceles y mostrar cómo cambiaron "las reglas del juego" y cómo los centros penitenciarios pasaron "incluso a peores condiciones".

Al mirar al futuro del cine español, Alberto Rodríguez pone de relieve los grandes logros del cine nacional en este 2022, "un año buenísimo" que teme que sea tan solo "un espejismo". "Es un año brillante, con unas cuantas películas notables", resalta el director, que espera que se pueda conservar este estatus. No obstante, reconoce que estos son "comentos muy complicados" en cuanto a las reglas de juego que han cambiado y que, por ejemplo, afectan a la denominación del productor independiente.

"Hay trabajo para todo el mundo a destajo, cuesta trabajo incluso componer un equipo, pero tengo la sensación de que como nos descuidemos un poco hay una parte del tejido cinematográfico que si se descompone se va erosionando y, aunque este año va a ser un año buenísimo de cine español, simplemente hay que estar atento", ha puntualizado.

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