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Cultura

Vender libros cuando nadie lee: los editores se estancan mientras la TV de pago triplica su crecimiento

El presentador Risto Mejide durante la Feria del Libro de Madrid. - Foto KSB

Nadie se pone de acuerdo; mientras los portavoces agremiados dicen crecimiento, la industria piensa: un respiro. Ocurrió en julio de este año, cuando fue presentado el Informe del comercio del libro-, la FGEE quiso convertir el estancamiento en fanfarria: tras cinco años cayendo, el sector había crecido un 0,6%. ¿Eso es crecer? Pues no. Algo parecido ha ocurrido a los editores catalanes, quienes aseguran que la actividad editorial crece por segundo año consecutivo. No tienen cifras que sostengan tanto optimismo, pero igual lo dicen.

Según Tixis, el sector editorial está "saliendo del túnel", pero necesita algunos empujoncitos

El presidente del Gremio de Editores de Cataluña, Patrici Tixis, dio unas declaraciones optimistas y bienintencionadas, acaso porque la ocasión así lo demandaba: la celebración de la 30 Noche de la Edición. Según Tixis, el sector editorial está "saliendo del túnel", pero necesita algunos empujoncitos. Sin duda, unos cuantos, sobre todo si se miran con lupa algunos datos: uno de cada tres españoles no abre un libro jamás en todo el año. Los que lo hacen, compran, como mucho, 8 al año. Y de cada diez personas que descargan libros electrónicos, sólo 4 pagan por leerlos.

Esos datos, que pertenecen al último Barómetro (enero 2015) del Centro de Investigación Sociológica (CIS) y también al informe Hábitos de Lectura y Compra de Libros realizado por la Federación de Editores, dejan en evidencia la coincidencia de dos asuntos: el abandono de la lectura –de ahí la insistencia de libreros y editores en un Plan de Lectura, unido a un proceso de crisis –no económica- sino de un sector que pide a gritos reconvertirse.

La actividad de negocio editorial en España ha descendido en torno a un 30% y 40% en los últimos cinco años. Ya en el pasado, las editoriales calcularon un descenso de negocio de entre un 10% y un 11%, al pasar la facturación de unos 2.800 millones de euros en España a unos 2.500 en 2012. La facturación total del mercado en 2014 alcanzó los 2.195,80 millones de euros, un incremento del 0,6% con respecto a 2013 que tranquilizó y esperanzó a algunos. Sin embargo, hubo factores puntuales que explicaban el levísimo repunte, entre ellos, el aumento de ventas de los libros de texto no universitarios (3,1% más) por el efecto de la renovación de los libros de texto de educación primaria para adecuarlos a la nueva legislación.

La actividad de negocio editorial en España ha descendido en torno a un 30% y 40% en los últimos cinco años. En 2014 'creció' 0,6%

¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Caída del consumo? ¿Menos lectura? ¿Crisis económica reflejada en el poder adquisitivo o acaso una crisis en el modelo de un sector acostumbrado a gestionarse con un método que hace aguas? El modelo editorial vende libros por "colocación". Facturan a los libreros una cantidad de libros que volverán al editor si no llegan a venderse. Cuando más títulos se editan, más se colocan. El asunto funciona como una especie de sistema de crédito que hincha el mercado. De ahí la percepción de que hay más libros que lectores. Las novedades pasan de ser mensuales a semanales.

Es un tema circular y sin embargo no del todo comprendido. Comienza y acaba en el mismo punto. Si un mercado se desploma un 40% en cinco años y otro aumenta un 20% en un trimestre, como ha ocurrido con la TV de pago, hay que buscar algunas claves. En el primer trimestre de 2015, la televisión por cable creció un 11,2%, el triple del mismo periodo el año anterior.

Comparar los libros con Juego de Tronos podría no venir a cuento, excepto por un punto de partida: ambos son productos culturales y ambos tienen que enfrentarse a la piratería así como la reconversión de sectores donde el soporte digital ha modificado los patrones de entretenimiento. ¿Por qué un sector aquejado por las descargas ilegales, como el audiovisual, consigue remontar y el libro en papel y en formatos electrónicos no? Tan sólo este año, se registraron 334 millones de descargas ilegales de libros.

Sobre este tema hay opiniones como la del presidente del Gremio de Editores de Cataluña, Patrici Tixis, quien carga contra las instituciones, no sólo por una falta de contundencia en la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual además del hecho, obvio, al menos para él, algo "se ha hecho mal" cuando en España hay siete millones de personas adultas "con dificultades de comprensión lectora”. Hay que revertir la situación, insiste, "con un pacto de Estado de todas las formaciones políticas para impulsar la lectura en las escuelas y crear hábitos lectores desde pequeños".

¿Por qué un sector aquejado por las descargas ilegales, como el audiovisual, consigue remontar y el libro en papel y en formatos electrónicos no?

¿Si nadie lee, quién va a comprar libros? Hay sellos y grupos que parecen tenerlo muy claro y han buscado soluciones sin tocar a las puertas del gobierno. Se han dejado de rodeos y han ido al meollo del asunto. Y encontraron una respuesta. ¿En dónde? En la red. Y entonces pasó lo que pasó: la masacre de los youtubers; los autores más rentables del mundo. En 2014 Planeta apostó por El libro troll, el primer volumen publicado en España por un youtuber: elrubius, un chico con más de 9 millones de suscriptores, que se convirtió en poco tiempo en un auténtico fenómeno editorial: 15 ediciones y casi 100 mil ejemplares vendidos en España según Nielsen, además de 150 mil ejemplares en América Latina.

A mitad de camino entre un laminario, un libro para colorear y un conjunto más o menos apañado de caricaturas, El libro troll propone actividades o retos –la mayoría de ellos para compartir en las redes sociales-. Pero da igual. Si los nueve millones de seguidores de elrubius compran el volumen y deciden, por ejemplo, sacar a pasear una salchicha, apuntar la hazaña en el libro y luego hacer una foto y compartirla, el asunto está económicamente resuelto: elrubius venderá más libros que Javier Marías.

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