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Kymco Grand Dink: probamos el nuevo scooter GT de la marca taiwanesa

Es el tercer modelo más vendido en la historia de la marca en España y el más longevo de la gama del fabricante taiwanés. 15 años después de llegar a nuestro mercado, Kymco renueva por completo el Grand Dink, desarrollando un nuevo modelo que apenas mantiene su denominación comercial. Un scooter enfocado hacia el segmento GT que se posiciona ahora un escalón por encima en todos los aspectos. Desde el diseño a la seguridad pasando por la eficiencia, pues se trata del segundo modelo que se adapta a la nueva normativa de emisiones Euro 4. Y, como antes, llega en versiones de 125 y 300 centímetros cúbicos, aunque sólo hemos tenido la oportunidad de subirnos a esta última.

A simple vista, se aprecia el trabajo realizado por el equipo de diseño, con una línea más fluida y elegante que hace del nuevo Grand Dink un scooter mucho más atractivo ahora. Aunque todo es nuevo, mantiene la esencia de su predecesor, excepto en el suelo plano, que ahora prescinde de él. Incorpora nuevos faros que además de diseño mejoran la visibilidad, tanto pasiva, con nuevos faros led que permiten ser vistos con mayor eficacia, como activa, incorporando una doble óptica con bombillas de alto rendimiento que aseguran una óptima iluminación de la carretera en conducción nocturna.

También se ha trabajado en profundidad en los nuevos motores 125 y 300 cm3, que anuncian ahora 12,9 y 24,5 CV respectivamente, con unos consumos que se han reducido hasta los 3,2 l/100 km en el primero y a 4 litros en la versión de mayor cilindrada. El precio seguirá siendo uno de los activos de esta nueva gama, 3.699 euros y 3.999 euros, en ambos casos con seguro a todo riesgo durante un año incluido, una diferencia menor que en el anterior modelo.

Para nuestro mercado, llega además con una puesta a punto específica en las suspensiones, prueba de la importancia que tiene para Kymco el mercado español, con unos tarados más suaves en busca de un mayor confort en la conducción. Algo que se aprecia en los primeros kilómetros del recorrido, pues absorbe baches e irregularidades con un mayor grado de suavidad, con menos rebotes que antes. Además de mejoras en confort,  incorpora también nuevos neumáticos con una carcasa más afilada hacerlo algo más ágil aportando un cierto toque deportivo en su conducción.

Rápido en aceleraciones, se mueve con facilidad hasta los 120 km/h, aunque a partir de ahí le cuesta ya ganar velocidad. Llega a alcanzar, con cierta lentitud, los 140 km/h en el marcador. Frena, eso sí, con mucha eficacia y el nuevo neumático se deja sentir en curva, entrando con mayor rapidez y cambiando de trazada con más agilidad y precisión. No es un scooter deportivo, pero el nuevo Grand Dink evidencia una clara mejora en comportamiento.

La postura de conducción resulta muy cómoda, quedando muy integrados gracias a un asiento bajo y amplio que nos recoge muy bien. En la versión 300 encontramos debajo espacio para un casco integral y otro abierto, mientras que en el 125 caben dos integrales sin problema. Al ser tan bajo, permite llegar al suelo con facilidad, haciendo su conducción en ciudad muy sencilla a pesar de sus 200 kilos de peso. Ágil de dirección y con un motor que responde con prontitud desde bajos regímenes, el Grand Dink se posiciona como uno de los scooters de su segmento más completos del mercado.

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