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Política

Sánchez se pone la venda y deja claro a Rajoy que es leal a la unidad de España

Pedro Sánchez, en Ferraz

Una semana han tardado en hablar el nuevo secretario general del PSOE y el presidente del Gobierno. Aunque en Moncloa se asegura que hubo un sms previo, fue Pedro Sánchez quien descolgó este lunes el teléfono para tener su primera conversación con Rajoy en esta nueva etapa. Y el motivo de la comunicación fue trasladarle que no se ha movido en su discurso sobre la unidad de España y que puede contar con el PSOE para defender la legalidad.

De esta manera Sánchez ha tratado de sacudir las dudas que han florecido en los últimos meses, también dentro del PSOE, después de que, nada más dejar su escaño en el Congreso de los Diputados, el entonces dimitido secretario general sorprendiera a muchos asegurando que si algo había aprendido en sus años al frente del partido es que Cataluña es una nación y España, una nación de naciones

Aunque en los meses posteriores, Sánchez y su entorno han querido dejar en el olvido aquella polémica entrevista, no se ha movido de ese reconocimiento de la nación catalana. Lo defendió durante la campaña y lo llevó a su proyecto político, el mismo que quiere que se apruebe en el 39 Congreso, con una propuesta que levantó ampollas y recibió críticas, dentro y fuera. 

Ahora, y mientras el desafío soberanista continúa subiendo decibelios, Sánchez ha querido dejar claro cuáles son los márgenes de su propuesta: "la defensa de la legalidad". En su conversación telefónica, que fue "fluida y normal" según informó su equipo, garantizó al presidente del Gobierno que defenderá la ley y la Constitución "contra cualquier intento de romperla". Y, en concreto, aseguró que se opondrá al referéndum ilegal que pretende la Generalitat.  

El líder del PSOE se pone así la venda y se anticipa a las desconfianzas del Gobierno y del PP sobre su compromiso con la unidad de España, unas dudas que algunos 'pedristas' lamentan que se han alimentado durante la campaña por los partidarios de Susana Díaz.  

Si sus últimos días al frente de la Secretaría General, el pasado mes de septiembre, estuvieron marcados por las advertencias de los socialistas que decían que estaba dispuesto a pactar con los independentistas para llegar al Gobierno y, así, salvarse en el PSOE, los meses posteriores se puso el acento en su cambio de discurso sobre Cataluña.

El líder del PSOE se ha puesto la venda y se ha anticipado a las desconfianzas del Gobierno y del PP sobre su compromiso con la unidad de España

Sánchez lleva meses defendiendo ese giro que tanto han aplaudido en el PSC y que también fue aprobado por sus partidarios. Según su equipo, el 92% de quienes han votado su proyecto estos meses -en un proceso interno- apoyaba su modelo territorial. Aunque ha habido matizaciones

En la primera versión de su proyecto, el entonces candidato defendió el perfeccionamiento "del carácter plurinacional del Estado apuntado en el artículo 2 de la Constitución", lo que se entendió como la posibilidad de reformar ese artículo que habla de "la indisoluble unidad de la nación española" y del "derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran". 

Los autores del proyecto explicaron entonces que el articulado a modificar se vería en la reforma de la Constitución que el PSOE aspira a abrir, pero en la versión definitiva del proyecto, dos meses después, precisaron algo más. Así, introdujeron una referencia a la "plurinacionalidad cultural" para defender que éste es el reconocimiento que buscan.

Su proyecto, sostienen, no es defender que hay naciones políticas diferentes a la española, sino que hay una única nación soberana, que es la española, y dentro existen "naciones culturales". Después de ganar las primarias, ha precisado más aún al defender que los cambios serán en el Título VIII de la Constitución, el que habla de la organización territorial del Estado.

¿Una "repensada" a la 'Declaración de Granada'?

Y esto, defienden, está dentro del espíritu de la 'Declaración de Granada', el acuerdo con el que Alfredo Pérez Rubalcaba y Pere Navarro, entonces al frente del PSOE y el PSC respectivamente, sellaron las diferencias entre ambos partidos en torno al derecho a decidir. 

Eso sí, fuentes del equipo de Sánchez reconocen que el secretario general quiere darle una "repensada" a ese pacto para poder resolver la crisis catalana, que lleva tantos años enquistada. Pero en ningún caso para "trocear" la soberanía española ni poner en duda la unidad de España.

Esto, aseguran también desde el PSC, "no está bajo discusión" para los socialistas de ningún punto de España. Fuentes del partido en Cataluña sí aseguran que respiran más tranquilos con el cambio de discurso de Pedro Sánchez y el reconocimiento de la nación catalana, que "no equivale a reclamar un Estado propio".

Fuentes del partido en Cataluña aseguran que respiran más tranquilos con el cambio de discurso de Sánchez y el reconocimiento de la nación catalana, que "no equivale a reclamar un Estado propio"

En el PSC creen que el planteamiento del secretario general les "allana el camino" para defender su proyecto en Cataluña, marcando diferencias claramente con el PP. Va a ser difícil, admiten, pero ahora tienen más argumentos para hacerlo.

También lo facilitará las buenas relaciones entre Pedro Sánchez y Miquel Iceta. Ambos han mantenido estas semanas un contacto fluido, pero aprovecharon la visita del primer secretario a Madrid para reunirse, a unas horas de la cumbre independentista convocada por Carles Puigdemont

Pero, además, algunos socialistas catalanes creen que el discurso de Pedro Sánchez está calando. Así, este lunes aplaudían la intervención del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, en 'El Objetivo' de La Sexta, donde, frente a Iceta, apuntó que "no se puede legislar sobre los sentimientos" y defendió que cada uno puede sentirse español "de una manera u otra" siempre que no implique más derechos. En esto, señalan, están todos de acuerdo.

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