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Ciencia

La neurociencia puede predecir si un artículo se hará viral

La neurociencia puede predecir si un artículo se hará viral

Imagine una redacción en la que la neurociencia determine cuáles van a ser los contenidos destacados del día siguiente. Este escenario distópico está un poco más cerca después de que dos estudios simultáneos demuestren esta semana que la actividad cerebral que nos lleva a compartir los contenidos en redes es identificable y similar en cada uno de nosotros. La clave está en que no compartimos un artículo porque nos guste, sino porque queremos gustar a los demás.

No compartimos un artículo porque nos guste, sino porque queremos gustar a los demás

Los dos trabajos, firmados por Christin Scholz y Elisa Baek se publican esta semana en la revista PNAS y en Psychological Science y ambos intentaron predecir qué es lo que llevó a los lectores a compartir masivamente algunos artículos del diario The New York Times. En el primero de los trabajos los autores estudiaron la actividad cerebral de 80 sujetos en tiempo real mediante resonancia magnética funcional mientras examinaban los titulares y resúmenes de 80 artículos del diario neoyorquino. Todos los contenidos versaban sobre materias de interés general como nutrición, ejercicio físico y vida sana y tenían una extensión similar.

Lo que vieron los investigadores es que hay áreas específicas que se activan cuando evaluamos cómo de provechoso será para nosotros compartir una información y esa valoración es la clave de que algo se haga viral. “La gente está interesada en leer o compartir contenidos que conecte con sus propias experiencias o al sentido de quiénes son o quiénes quieren ser”, explica Emily Falk, directora del Laboratorio de Neurociencia de la Comunicación de la Universidad de Pensilvania. “Comparten cosas que pueden mejorar sus relaciones, les hacen parecer más inteligentes o empáticos o les hacen aparecer bajo una luz positiva”.

La clave es que el lector entienda que dará una imagen positiva de él o que mejorará sus relaciones

Durante las pruebas de ambos estudios, aquellos artículos que se habían hecho virales activaban áreas específicas del cerebro relacionadas con el pensamiento social y la valoración personal, y se identificaron señales que permiten determinar si un artículo ha sido muy compartido o no. “Si podemos utilizar un grupo pequeño de cerebros para predecir lo que harían una enorme cantidad de lectores del New York Times significan que procesos similares tienen lugar en todas las personas”, asegura Scholz. “El hecho de que los artículos toquen la misma tecla en cerebros diferentes sugiere que estos comportamientos pueden responder a reglas y motivaciones similares. En una sociedad tan abierta, las cosas que tienen valor para nosotros son parecidas”.

“En la práctica”, concluye el autor principal del segundo estudio, “si elaboras un mensaje de manera que el lector entienda que dará una imagen positiva de él o que mejorará sus relaciones, entonces predecimos que mejorarán las posibilidades de que lo comparta”.

Referencias: The Value of Sharing Information: A Neural Account of Information Transmission (Psychological Science) | A Neural Model of Valuation and Information Virality (PNAS). Imagen: Emilio García (Flickr, CC)

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