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Las grandes eléctricas y los fondos lanzan ofertas de derribo a 2.000 millones por los activos de E.ON

Miguel Antoñanzas, presidente de E.ON España

E.ON tiene muchas ganas de salir de España y eso lo huelen a la legua los interesados en hacerse con sus activos energéticos. Esta pasada medianoche se cerró el plazo para la presentación de las ofertas no vinculantes para la compra de los activos del grupo alemán y, según las fuentes consultadas, algunos de los ofertantes están en posiciones iniciales de derribo.

Las estimaciones fijan para los activos una valoración de mercado de en torno a 3.000 millones de euros, pero algunos de los licitantes han planteado tentativamente ofertas muy por debajo, alguna de las cuales rondaría los 2.000 millones de euros, según las fuentes conocedoras del proceso.

No ha trascendido hasta ahora cuáles de los licitantes se han ido a esos precios tan agresivos. Lo que sí se sabe es que Endesa-Enel y la portuguesa EDP han presentado oferta firme por E.ON, que ha dividido en paquetes sus activos para hacerlos más atractivos a la venta.

También Gas Natural Fenosa, Acciona y el grupo Villar Mir podrían haber presentado oferta este lunes, al igual que algunos fondos internacionales como KKR, CVC, Blackstone, Brookfield y Riverstone.

Presionan a la baja el precio el hecho de que E.ON quiere salir cuanto antes de España y el impacto negativo que ha tenido la reforma de Soria en la valoración de todos los activos eléctricos

Las presiones a la baja sobre el precio de venta se realizan en un contexto complicado. E.ON quiere salir rápido de España e Italia, donde ha fracasado su apuesta. Y además, el mercado español y todos sus activos energéticos están muy penalizados por el duro impacto que ha tenido en todos ellos los recortes a la retribución aplicados tras la reforma energética del ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria.

Si las compañías de energías renovables se han llevado la peor parte en los recortes aprobados por el Gobierno, las eléctricas tradicionales no se han ido de rositas y todas ellas han sufrido en sus cuentas el impacto de la reforma. Endesa, Iberdrola y Gas Natural Fenosa, las tres grandes, han sufrido fuertes caídas en sus beneficios por esta causa. Las dos grandes, pero menos grandes, E.ON y EDP, también ha tenido que soportar estos recortes, lo que ha dañado la valoración de sus activos.

Y en el caso de la alemana eso ha llegado en el peor momento, en el de venta. Precisamente su vecina y principal competidora en la cornisa cantábrica, la portuguesa EDP en su versión española, se perfila como una de las favoritas en la puja. Muchos de los activos de E.ON están en la zona de influencia de EDP España (Asturias, Cantabria…).

Enel-Endesa ha apostado fuerte en su oferta, con el objetivo de cumplir su compromiso con el Gobierno de invertir más en España tras desgajar los activos de Latinoamérica de la española

Otra compañía que va a apostar fuerte por llevarse esos activos es Endesa, dado que su accionista de control, la italiana Enel, se ha comprometido a invertir en el mercado ibérico para garantizar su apuesta por la Península después de anunciar que sacará de la eléctrica española todos sus activos en Latinoamérica para gestionarlos desde Roma.

Enel quiere demostrar al Gobierno que su apuesta por España es firme y seria y que, en contra de lo que están haciendo sus competidores, Endesa reforzará sus inversiones para ser más fuerte en al Península.

Curiosamente, buena parte de los activos que ahora constituyen E.ON España provienen de las desinversiones que tuvo que hacer Endesa cuando Enel tomó su control.

E.ON cuenta en España con 4.500 megavatios de potencia instalada (tanto convencional como renovable) y una red de distribución en Cantabria, Asturias, Norte de Castilla y León y Galicia, sumando un total de 650.000 clientes.

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