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CaixaBank tiene un 10% de autocartera para financiar la compra del banco luso BPI

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank.

Llega el día D y la hora H en el desembarco de CaixaBank en Portugal. La junta de accionistas de BPI, donde ya tiene un 45%, analizará en las próximas horas si elimina las restricciones de voto más allá del 20% y da luz verde, de esta forma, a la oferta pública de adquisición (opa) que desde hace meses intenta sacar adelante CaixaBank sobre el banco luso. Las últimas noticias que llegan de Portugal invitan al optimismo a los directivos de CaixaBank, ya que Tiago Violas, uno de los accionistas más batalladores frente a su opa, parece haber dado su brazo a torcer.

El optimismo también ha cundido entre los principales bancos de inversión presentes en España, que ante la posibilidad de que salga adelante la opa dan por hecho que Caixabank tendrá que ampliar capital o realizar una colocación acelerada del 10% que tiene de autocartera. Distintas fuentes financieras consultadas por este medio, elevan por encima de los 1.000 millones el importe que tendría que captar en el mercado la entidad catalana para no ver caer su ratio de solvencia por debajo del 11%, tal y como se comprometió ante el mercado. El importe máximo que pagaría la entidad por BPI se sitúa precisamente cerca de los 1.000 millones.

Desde N+1 apuestan, en un reciente informe, por la venta de autocartera como vía para financiar la operación. Con ella, el banco catalán obtendría algo más de 1.400 millones según los actuales precios de mercado. Pero hay que tener en cuenta que este tipo de operaciones se realizan con colocaciones aceleradas entre grandes fondos, que exigen descuentos de hasta el 10% para acudir a la operación.

El 10% de autocartera en el balance de CaixaBank está valorado por encima de los 1.400 millones

Las necesidades concretas de CaixaBank no se conocerían hasta que saliera adelante la opa y se conociera el grado de aceptación de la misma. También dependería de si el grupo español intentara cuadrar el círculo con una posible operación corporativa sobre Novo Banco, la entidad que se quedó con los activos sanos de Banco Espírito Santo tras su rescate por parte del Estado portugués.

Todo esto dependerá de que las palabras de Violas -que tiene un 2,7% del capital de BPI- se conviertan en hechos y el accionista retire su demanda a tiempo, para que se pueda retirar el blindaje que impide la opa de CaixaBank. Sobre esta decisión podría haber pesado la amenaza de que el Banco Central Europeo (BCE) multiplique sus exigencias regulatorias a BPI por su negocio en Angola e incluso imponga sanciones.

Otras opciones

En caso de que CaixaBank recibiera un nuevo portazo, el mercado espera que la entidad dirigida por Gonzalo Gortázar inicie una retirada paulatina de BPI, con la venta progresiva de su 45%.

Un informe reciente de Citi apunta que el capital de máxima calidad de CaixaBank caería hasta el 10,4% en caso de que llegara a un 70% de capital de BPI, "por debajo del objetivo mínimo del 11% marcado por el equipo gestor". El banco de inversión norteamericano cree que la entidad catalana podría cubrir este hueco sin necesidad de una ampliación de capital, ya sea mediante venta de participadas y, en menor medida, generación orgánica de capital.

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