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Popular movió 123 millones en provisiones para tapar otros agujeros detectados

Oficina de Banco Popular.

Banco Popular dejó sin provisionar 123 millones en créditos de grandes clientes a finales de 2016. Éste fue uno de los motivos que impulsó la reexpresión de las cuentas de 2016 impulsada por Emilio Saracho en abril, pero sin explicar entonces al mercado en profundidad el motivo. Un informe confidencial de PwC al que ha tenido acceso Vozpópuli lo hace, dejando entrever que el banco liberó provisiones de créditos en mal estado para tapar otras dotaciones. Desde Popular no hicieron comentarios más allá de recordar los motivos oficiales de la reexpresión.

La cifra -123 millones- es minúscula comparada con los casi 5.700 millones que provisionó Popular durante 2016, la mayor parte en el tramo final, y no tendría apenas impacto en las cuentas del último ejercicio, según fuentes próximas al banco consultadas por este medio. Asimismo, las cuentas aprobadas por la junta son las previas a la reexpresión. Pero estos 123 millones pueden convertirse en uno de los frentes de batalla entre el equipo de Saracho y el de Ángel Ron si la caída de Popular llega a los tribunales.

El informe confidencial de PwC, dirigido a la CNMV y al consejo de Popular, detalla que estas provisiones surgen de una investigación de la Auditoría Interna del banco. En la misma, se pone sobre la mesa que Banco Popular tenía a 31 de diciembre 333 grandes acreditados (clientes) que por su volumen debían contar con provisiones individualizadas, "y no mediante modelos colectivos". 

Todavía bajo la batuta de Ron, la entidad contrató dos auditorías adicionales a la de PwC para que certificaran que las cuentas estaban bien. Por un lado, KPMG revisó los procedimientos en las provisiones inmobiliarias, la metodología seguida y procesos. Y por el otro, EY realizó un trabajo de revisión de determinadas dotaciones para el consejo, entre las que se encontraban los grandes acreditados.

En el ángulo muerto

Entre PwC y EY revisaron 265 de los 333 grandes clientes, casi un 80%, sin detectar errores. Sin embargo, sigue el informe de PwC: "Auditoría Interna confirmó que el 100% del defecto de provisiones informado corresponde a acreditados no incluidos en las muestras de dichas revisiones debido a una reasignación de las provisiones de acreditados individuales a ser efectuadas, que no fue detectada por los procesos de control interno del banco". Es decir, que se liberaron provisiones de créditos pertenecientes al 20% no revisado por PwC y EY.

El informe confidencial continúa diciendo que "la entidad nos ha manifestado que dicha reasignación fue llevada a cabo para ajustar el nivel total de provisiones al resultante de la aplicación de sus modelos internos de análisis individualizado, sin considerar un requerimiento adicional de los supervisores por 123 millones".

Emilio Saracho, presidente de Banco Popular que impulsó la reexpresión de las cuentas.

El documento de PwC añade un punto clave, y es que, según la dirección de Popular, este déficit de provisiones de 123 millones "no había sido puesto anteriormente en conocimiento de la Comisión de Auditoría, ni del consejo de administración del banco, ni de los auditores externos del banco, hasta esa fecha de 21 de marzo de 2017".

Según las fuentes consultadas, son las áreas de Intervención y Auditoría Interna las que se encargan de elaborar este tipo de detalles de las cuentas, en dependencia del consejero delegado, entonces Pedro Larena. Posteriormente llegaban a la Comisión de Auditoría y al auditor externo, antes de acabar en el consejo. Los puestos de Intervención y Auditoría Interna tuvieron salidas de sus principales responsables justo coincidiendo con el cierre de las cuentas.

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