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España

La ‘marea blanca’ le gana el pulso a las privatizaciones sanitarias del Gobierno

Pancarta vista en una de las protestas de la 'marea blanca'

La mayoría de los ciudadanos, concretamente un 63,5% de los encuestados, prefieren que en España el sistema de sanidad sea público. Frente a ellos, un 30% se decanta por la alternativa privada. Pero aún así –a pesar de que más de la mitad de los encuestados por el CIS haya preferido lo público- la valoración positiva que dan a dicho sistema va en descenso. En el año 2011, esta valoración era del 73%, un año después del 70,6% y en el último Barómetro Sanitario realizado, correspondiente al año 2013, es de un 66%.

La nota media con la que califican la sanidad pública ha vuelto a bajar por tercer año consecutivo y es de un 6,41

En una entrevista con Vozpópuli, S.B.T, licenciada en Medicina por la Universidad Autónoma de Madrid y actualmente preparando el examen MIR 2015, explica que este descontento que parece que existe entre los españoles no debe en concreto al modelo sanitario: “Yo no creo que la gente esté descontenta con la sanidad pública sino con las políticas sanitarias que se están intentando implantar. Es desconfianza, no descontento”.

Las dos caras de la moneda: tijeretazo y despilfarro

Este descenso de la calificación por tercer año consecutivo está ocurriendo en un contexto de recortes continuados por parte del Gobierno que lo único que están consiguiendo es reducir personal, reducir camas, colapsar los servicios de urgencias y alargar las listas de espera convirtiéndolo en algo interminable. A.V, médico adjunto del Hospital Universitario de La Paz, asegura que con estos recortes a lo que se está llegando es a una sanidad degradada que hace que los usuarios contraten seguros privados para poder ser atendidos antes. Natalia Gil García, estudiante de 5º curso de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid afirma que con estos recortes “no se está consiguiendo absolutamente nada bueno: médicos con consultas a rebosar de pacientes y sin sustituciones cuando no pueden acudir a su puesto de trabajo, sin hablar de lo que sufren los enfermeros y demás personal”.

Los recortes lo único que consiguen es llegar a una sanidad degradada que hace que los usuarios contraten seguros privados para que les atiendan antes

Un ahorro de 7.000 millones de euros en la sanidad fue el objetivo del Partido Popular al aprobar el Real Decreto ley de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud en abril de 2012. Pero tanto ahorro provoca que el despilfarro de dinero, por ejemplo en hospitales fantasmas como el de Collado Villalba por el que hay que pagar 900.000 euros al mes aún estando cerrado, salga a la luz con más rapidez e indigne a la gente. Seguramente, este sea uno de los motivos por los que la nota media, en general, con la que los españoles califican la sanidad pública haya bajado de un 6,59 puntos que tenía en 2010 a 6,41 puntos en 2013. “Afortunadamente estamos consiguiendo frenar un poco la implantación de las políticas sanitarias que el Gobierno lleva tiempo queriendo implantar, saliendo a la calle y manifestándonos por unos derechos que nunca deberían haberse tocado. Esperemos que estos logros sean definitivos, porque lo único que se está consiguiendo con los recortes es empeorar un Sistema Sanitario que ha sido envidiado por otros países durante años”, lamenta S.B.T.

Se puede comprobar que España tiene un gasto sanitario, en relación con el PIB menor que otros muchos países vecinos como Alemania, Portugal, Francia o Reino Unido. Con un 9,3%, ocupa la décima posición, lo que supone 2,1 puntos más que en 2001. Aunque para realizar una mejor valoración de esta variación debe considerarse lo sucedido antes de 2009, que fue un periodo pre-crisis, y lo sucedido después. En el periodo de 2001 a 2009 el porcentaje del gasto sanitario sobre el PIB creció 2,4 puntos y en el de 2010 a 2011 cambió la tendencia y decreció 0,3 puntos. Atendiendo a estos datos, por tanto, no se puede decir que España sea el país de la Unión europea que más recursos usa en sanidad. No obstante, aunque algunos médicos lo hayan hecho bien, hay muchos otros, como otros colectivos, que lo han hecho bastante mal.

El tesoro más preciado de la sanidad pública

Está demostrado que el bien más valorado de la sanidad pública es su personal: su atención al paciente, su formación y preparación en todos los campos. Nazareth Rodrigáñez cuenta la situación de su padre y su opinión al respecto de los cuidados que recibe en el Hospital 12 de Octubre cada vez que se produce un ingreso: “Mi padre tiene una enfermedad crónica coronaria pero en 2012 su salud empezó a empeorar y fue derivado a la unidad de trasplante cardiaco del 12 de Octubre.” Explica que en dicho centro, como pasará seguramente en muchos otros hospitales públicos, las instalaciones dejan entrever, sin mucho disimulo, el paso del tiempo. Los largos pasillos, las camas estrechas, el hecho de compartir la estrechez con otro compañero, las incómodas sillas de las salas de espera -casi siempre llenas de familiares y pacientes- o el penetrante olor a tabaco de los cuartos de baño de las plantas, son solo algunos de los detalles que destaca. “Pero hay algo que hace que todo eso se quede en circunstancial y segundo plano. Lo que realmente humaniza y da vida a este hospital, y por otro lado, lo que también le da el prestigio de ser vanguardia de la medicina en el mundo, es su personal”.

El bien más valorado de la sanidad pública es su personal: su atención, formación y preparación son clave

Esta capacitación y profesionalidad de este colectivo es la que ha hecho que dentro del informe se pueda encontrar algún dato que haya ido al alza con el paso del tiempo. La valoración del trato recibido en hospitales por parte de las enfermeras ha pasado de 7,49 (2012) a 7,52 y la atención por parte de los médicos se sitúa en 7,45 puntos. “Asun, una de las jefas de enfermería, consigue que mi padre pierda sus miedos y ponga de su parte para ‘hacerse fuerte’. Maribel hasta le dio un beso en la frente cuando llegamos la última vez. Todos y cada uno de ellos, a su manera, porque son humanos y tienen sus días, le han dado todo el cuidado profesional pero sobre todo algo que no está en sus contratos, todo el cariño y apoyo humano que necesita tanto él como toda su familia” agradece Nazareth.

Este descenso de la nota con la que se califica la sanidad pública no sorprende del todo teniendo en cuenta los recortes que se están llevando a cabo, el despilfarro y el retraso en las gestiones, entre otras cosas. Aún así, no por ello se puede decir que la sanidad privada sea mejor porque, “si fuera más eficiente, habrían avalado sus propuestas con firmes estudios que lo demostrasen y por el momento esto no se ha dado”. Lo que sí se puede decir es que si convertimos la sanidad en una gran empresa con búsqueda de beneficios, los pacientes serán los primeros perjudicados. ¿Dónde quedará ese sistema sanitario español tan envidiado por otros países?

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