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España

La mujer de Bárcenas pide al juez Ruz 360 euros mensuales para no aparcar en la calle

Rosalía Iglesias, mujer de Bárcenas, sale de la Audiencia Nacional en una de sus últimas comparecencias ante el juez.

¿Alquilar una plaza de garaje para no aparcar en la calle es un gasto necesario? Para Rosalía Iglesias, esposa de Luis Bárcenas, sí. De hecho, cuando hace unos días remitió al juez Pablo Ruz una relación de los recibos de sus "gastos de uso corriente" para que el magistrado accediera a desbloquear 5.000 euros al mes, incluyó los pagos que cada treinta días hace por utilizar dos plazas de garaje situadas en un aparcamiento cercano a su domicilio, en el madrileño barrio Salamanca. Las plazas son, en concreto, las números 283 y 492 del inmueble situado en el número 37 de la calle General Pardiñas de la capital, un lugar en el que el matrimonio tiene en propiedad otra plaza, ahora embargada. Según ha podido comprobar Vozpópuli, la esposa del extesorero del PP paga mensualmente 150 euros más IVA por cada una de ellas. En total, un gasto cercano a los 360 euros mensuales.

En el aparcamiento donde el matrimonio tiene alquiladas las dos plazas figura una tercera en propiedad del propio extesorero. Valorada en 15.000 euros, ya fue bloqueada por el juez

La existencia de dichas plazas de garaje era desconocida por la Justicia cuando en septiembre los abogados de Rosalía Iglesias entregaron en el juzgado un escrito en el que reclamaban al magistrado poder disponer de parte de los fondos que el extesorero y su esposa tenían en las cuentas bancarias bloqueadas ya entonces para hacer frente a sus millonarias fianzas civiles. La mujer recordaba en el mismo que tanto sus depósitos como los del extesorero y los que ambos compartían (cinco en La Caixa y otras tres en Bankia, en total) habían sido bloqueadas por "diferentes resoluciones judiciales". Por ello, reclamaba que se autorizase a ambas entidades financieras "para que, de un lado, sigan atendiendo los recibos que se encuentren domiciliados en ellas" y, de otro, trasfirieran periódicamente "la cantidad de 5.000 euros mensuales" a otra abierta en el Banco Popular

Días después, la Fiscalía respondía al escrito con otro en el que, antes de pronunciarse sobre la conveniencia o no de atender la solicitud del matrimonio Bárcenas, reclamaba que la mujer del extesorero aportase "los recibos que acreditan dichos pagos, el concepto al que corresponde así como el número de cuenta al que están asociados". El 13 de septiembre, el juez Ruz atendía la petición de Anticorrupción de más información y requería a los abogados defensores de Rosalía Iglesias que entregaran en el plazo de tres días la documentación en la Audiencia Nacional. El pasado 23 de septiembre, el magistrado dictaba una providencia por la que incorporaba al sumario los recibos finalmente aportados, que ocupaban un total de 76 páginas. Una voluminosa documentación que Ruz decidió mantener secreta para todas las partes personadas, salvo para la Fiscalía, dado su carácter privado.

900 euros para "gastos familiares"

Cuatro días después, las representantes del Ministerio Público presentaban un nuevo escrito en el que mostraban su no oposición a que el juez Ruz autorizara la entrega mensual de 900 euros "para gastos familiares", aunque a la vez ponían diversas objeciones a parte de los recibos que Rosalía Iglesias había presentado. Entre estas facturas se encontraba el pago de los 360 euros mensuales por el alquiler de las hasta ahora desconocidas plazas de garaje de la calle General Pardiñas. En su escrito, las fiscales destacaban que ambas no constaban hasta ahora en el sumario, en el que sí figuraba otra plaza en el mismo aparcamiento, la número 275, registrada a nombre de Bárcenas y que en la actualidad está embargada. Ésta ha sido valorada en 15.025 euros, según consta en el propio sumario. El juez ordenó el pasado miércoles que la mujer "acredite la titularidad" de las ahora conocidas si quiere que desbloquee dinero para hacer frente a sus gastos.

Rosalía Iglesias también quiere que el juez desbloquee dinero para pagar el teléfono de un local que arrendó para montar exposiciones de arte poco antes de que su marido ingresara en prisión

Otro recibo que ha despertado las sospechas de la Fiscalía es el de uno de los teléfonos fijos a cuyas facturas Rosalía Iglesias asegura tener que hacer frente. Dicha línea está asociada a un local situado también muy cerca del domicilio de la familia del extesorero, en concreto, en el número 32 de la calle General Díaz Porlier. Según el registro de la propiedad de Madrid, este inmueble no pertenece tampoco al matrimonio, lo que ha provocado el recelo judicial. Esta dirección, sin embargo, no es nueva en el sumario. El pasado mes de julio un informe del Servicio de Prevención para el Blanqueo de Dinero (SEPBLAC) del Banco de España revelaba que Luis Bárcenas había acudido el 20 de junio, sólo siete días antes de ingresar en prisión, a una sucursal de La Caixa para abrir una cuenta a nombre de la empresa que comparten él y su mujer, Conosur Land SL, desde la que pretendía "gestionar la operativa" relacionada con la explotación de un local de exposiciones que acababa de alquilar y cuya dirección coincide con la que figura en la factura del teléfono ahora conocida.

Según explicó entonces el extesorero a un empleado de la entidad financiera, su idea era subarrendar a terceros dicho local para que expusieran obras de arte. La cuenta debería servir para gestionar los cobros y pagos relacionados con el mismo. En concreto, a través de ella, el extesorero y su mujer iban a hacer frente a las facturas de 2.299,33 euros, IVA incluido, que la empresa propietaria del inmueble iba a emitir mensualmente a nombre de Rosalía Iglesias. Finalmente, la cuenta "no llegó a abrirse", detallaban entonces los investigadores del Banco de España. Lo que sí se concretó fue el alquiler del local, según se deduce de la factura ahora presentada por el matrimonio al juez Ruz, aunque la actividad en el mismo es actualmente mínima, según confirmaron a este diario vecinos del inmueble. Al mismo se accede por una portalón metálico verde en el que no existe ningún rótulo que indique la actividad y que ayer permanecía cerrado. "De vez en cuando se ve cierto trasiego de muebles antiguos, como si los trajeran a restaurar, y poco más", señalaba a este diario uno de los residentes en el edificio.

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