El consejo de la comisión ha autorizado la oferta -obligatoria presentada por Inversora Carso, perteneciente al empresario mexicano Carlos Slim-, sobre el 69,69% que no controla en Realia Business. La oferta, registrada ante la CNMV a finales de febrero, se dirige a los 321,11 millones de acciones de Realia que Slim aún no controla.

Apenas unos días después de solicitar a la CNMV una dispensa de lanzar una OPA sobre la inmobiliaria Realia, tras superar el 30% de su capital, el empresario mexicano Carlos Slim ha decidido realizar una oferta voluntaria para hacerse con el 100% de la compañía. El precio, 80 céntimos por título, supone una prima de más del 17% respecto al cierre de la sesión de este miércoles.

Este martes, Carlos Slim colocó por sorpresa a sus hombres de confianza Carlos Jarque y Juan Rodríguez en la cúpula de Realia. Unas semanas antes, descabezó el Consejo de Esther Koplowitz en FCC y acabó con Juan Béjar. Slim, según todos los analistas consultados, ha venido a rehacer las compañías en las que ha invertido, sea o no el accionista mayoritario. Y eso, mientras intenta evitar por todos los medios superar el 30% que le obliga a lanzar una OPA.

El financiero mexicano Carlos Slim, a través de la constructora española FCC, le ha “quitado de la boca” a Juan María Nin el caramelo de la inmobiliaria Realia. El grupo constructor ha confirmado esta tarde que paraliza la venta de su paquete en propiedad de la inmobiliaria y, de esta forma, congela la operación de venta prevista por Nin para el fondo Hispania donde ahora trabaja.

El proceso de venta de Realia que han puesto en marcha FCC y Bankia, sus dos principales accionistas, cuenta con un invitado de excepción: Amancio Ortega. Pontegadea, la inmobiliaria del principal accionista de Inditex, figura entre las entidades que han mostrado su interés por hacerse con la mayoría de la compañía cotizada, cuyo número alcanza ya la media docena. La operación podría cerrarse en el primer semestre de 2014.

La familia Cosmen, principales accionistas de National Express (la dueña británica de Alsa), has comenzado a deshacer posiciones en Realia, por la que apostaron hace algo más de cinco años, poco después de su salida a Bolsa. Los rigores de la crisis y su fortísimo impacto en el sector inmobiliario se han dejado sentir en las minusvalías que ha acarreado la venta de un 2% de la compañía controlada aun por Bankia y FCC: casi 30 millones de euros.

Finalmente, FCC no se desprenderá en su totalidad de su negocio energético, como estaba previsto en el plan estratégico que la compañía presentó a mediados de marzo. El grupo se quedará con una participación minoritaria del 49% que le permitirá desconsolidar la deuda, superior a los 800 millones de euros, y además no desentenderse del todo del negocio energético, a la espera de que la reforma del sector pueda sufrir modificaciones.

La historia de Metrovacesa, Colonial y Realia, las mayores inmobiliarias del país que han sido capaces de esquivar el concurso de acreedores, cambiará en apenas unos días, en los que se van a perfilar elementos clave para el futuro inmediato de las compañías. El próximo viernes se cierra el proceso de venta de la participación de Metrovacesa en la francesa Gecina, que reportará a la española ingresos de 1.800 millones. Mientras, Colonial y Realia se preparan para la entrada de sus nuevos dueños.

A mediados de 2007, el estallido de la burbuja generada por las hipotecas ‘subprime’ en EEUU daba el pistoletazo de la salida a una crisis que ha repercutido especialmente en el sector inmobiliario. Un año después, las grandes empresas españolas del sector se desangraban con pérdidas que sumaron algo más de 8.000 millones de euros. Cuando se cumple el quinto ejercicio de la crisis, los números rojos se han multiplicado por más de dos.

Algunos inversores institucionales llegados del exterior en busca de oportunidades en el sector inmobiliario español se han encontrado con inesperados obstáculos a la hora de llevar a cabo las operaciones. El atractivo precio de las empresas cotizadas ha sido el reclamo pero cuando ha comenzado la ronda de contactos han aparecido los problemas: bancos que no venden, entidades extranjeras que ya tienen su plan para salir y altos directivos que no quieren perder su sillón.

Las grandes empresas inmobiliarias españolas han vuelto a registrar fuertes pérdidas en la primera mitad del presente ejercicio después de que el pasado año lograran minimizar los números rojos. Paradójicamente, han sido las cifras provenientes del mercado español las que han penalizado los resultados de las empresas, que hubieran obtenido notables beneficios si únicamente hubieran dependido del mercado francés, por el las corporaciones apostaron antes de la crisis. 

Las alarmas vuelven a saltar en el sector inmobiliario. El precio de la vivienda se ha situado en los mínimos de los últimos ocho años y, sin embargo, las señales que envía el mercado no conducen a pensar que el coste de los pisos haya tocado suelo. Realia, una de las grandes del sector, confirmó ayer que seguirá recortando precios si es necesario. El ajuste desde los máximos marcados inmediatamente antes de la crisis roza el 30% pero aún está muy lejos del 50% y hasta el 60% que registraron mercados de referencia como Londres y París.

La inmobiliaria Realia tiene claro que su estrategia para el presente año pasa por seguir ajustando a la baja los precios de las viviendas, un aspecto que achaca a la “posición privilegiada” de la banca en el sector, tal y como describe la situación la compañía en su memoria anual. Realia describe una realidad patente en el mercado: la banca precisa aligerar sus balances pero al mismo tiempo cierra el grifo de la financiación a los particulares salvo para aquéllos que vayan a adquirir sus propios pisos. Sin embargo, la crítica de Realia es más que significativa si se tiene en cuenta que uno de los principales socios de la inmobiliaria es Bankia.