Juan Carlos I pronunció un discurso inteligente, con un mensaje algo oculto pero dirigido de manera directa a quienes tienen ganas de jubilarle. El monarca habó por primera vez de "calidad democrática" y regeneración, algo que Vozpópuli reivindica desde el primer día de su existencia, pero dejó claro a los impacientes que no piensa irse. A cambio, prometió que asumirá su cuota de ejemplaridad, aunque la reforma constitucional, que llegó a plantear con sutileza, no le entusiasma lo más mínimo.