Hecha pública la sentencia, los focos informativos quedarán definitivamente fijados sobre Urdangarin, mientras que Cristina pasará a un salvífico segundo plano, hasta desaparecer por completo del panorama informativo. Y aquí paz y después gloria.

El fallo del 'caso Nóos' es una prueba de que en España "el Estado de Derecho funciona" y "rige el imperio de la ley", señala Íñigo Méndez de Vigo. El Ejecutivo insiste en que no es su papel "comentar" fallos de la Justicia, pero pide a "todos" que las acaten y asuman. Aplaude el papel de la Corona: "Ha sido ejemplar en toda esta cuestión".

Nada como el 'escándalo Urdangarín' ha desgastado tanto a la Corona en 40 años de democracia. De ser la institución mejor valorada por los españoles pasó a ser puntuada con una nota de 3'72 (2014), desgaste en gran parte provocado por la sombra de la corrupción. Felipe VI revocó el título de duquesa a la Infanta Cristina para distanciarse del caso que empañó el final del reinado de Juan Carlos I y hoy vuelve a la palestra con una sentencia histórica.

Fue el yerno perfecto hasta que sus movimientos en el Instituto Nóos derivaron en un juicio que empañó la imagen de la monarquía y condicionó el futuro de España. 

El último escrito del magistrado es todo un ajuste de cuentas con los abogados de la infanta Cristina en general y con el expolítico en particular, al que acusa no sólo de “faltar a la verdad” sino también de manipular a los medios y de presentar recursos “cansinos”. Los letrados han llegado a acusar al magistrado de dar más importancia a Manos Limpias que al Supremo y de filtrar sus autos. Castro se despacha a gusto en su resolución.

El presidente de la sala, Diego Jesús Gómez-Reino, fue aceptado para revisar los recursos el pasado viernes 31. Publicará su fallo el día 7. Técnicamente, eso significa que en una sola semana revisará un sumario de 40.000 folios y resolverá sobre los 14 recursos pendientes. La acusación denuncia una decisión tomada de antemano.