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Intensivistas y médicos de emergencias aconsejan cómo trasladar a pacientes de UCI entre hospitales

La SEMES y la SEMICYUC publican un documento en el que diferencian entre el transporte por tipo de paciente o los recursos que hay que tener preparados

Ambulancia.

La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) y la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) han elaborado un documento conjunto con las recomendaciones para el traslado de pacientes críticos entre hospitales ante la pandemia del coronavirus en el que exponen los puntos débiles de ese traslado.

Los expertos de ambas sociedades incluyen en el documento una serie de 'hot points' o puntos débiles del sistema en los que se han detectado "incidencias" en el traslado de esos pacientes graves.

Los últimos datos del Ministerio de Sanidad indican que, a fecha de 7 de abril, había 7.069 personas ingresadas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs) de los hospitales españoles a causa del coronavirus.

El texto que han hecho público la SEMICYUC y la SEMES diferencia el transporte por tipo de paciente (si precisan de ventilación mecánica o no), los diferentes riesgos que conlleva el traslado o los recursos asistenciales que los profesionales deben tener preparados.

Acompañamiento según la gravedad

Las dos sociedades destacan el acompañamiento que cada paciente debe tener durante el transporte, según su grado de gravedad. El mínimo, indican, sería una Unidad de Soporte Vital Avanzado con un enfermero de emergencias y un técnico de emergencias sanitarias.

El miembro del equipo que conduzca el vehículo, apostillan, no tendrá contacto con el paciente infectado.

Para los casos más complicados, los llamados Traslados de Alta Complejidad, recomiendan un médico intensivista, una enfermera experta y un técnico de emergencias. El miembro del equipo que conduzca el vehículo, apostillan, no tendrá contacto con el paciente infectado.

El protocolo de recomendaciones también se fija en la limpieza y desinfección de la propia ambulancia. Los expertos establecen una rutina de seis pasos, en el caso de no haber ya un protocolo específico en el servicio de emergencias, que aconseja una primera limpieza de superficies con productos homologados o agua con lejía, así como la descontaminación de posibles superficies con pulverizadores.

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