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Una terapia con células madre abre una nueva esperanza para los lesionados medulares

Los doctores Ana Castaño e Igor Paredes, del 12 de Octubre, en quirófano

Cada año se producen en España entre 800 y 1.000 lesiones medulares. Los accidentes de tráfico (también los deportivos), las caídas o, ahora en verano, las zambullidas son algunas causas más comunes de estas lesiones con demoledoras repercusiones para quien las padece. Tras el paréntesis marcado por la pandemia del coronavirus, el madrileño Hospital 12 de Octubre ha retomado un prometedor ensayo clínico con células madre para el tratamiento de la lesión traumática aguda, actualmente en fase 2, que contempla incluir 40 pacientes y en el que también participan otros centros españoles como el Hospital de Parapléjicos de Toledo.

La  lesión medular es una alteración de la médula espinal, por causa traumática, por enfermedad (por ejemplo tumoral) o de origen congénito (espina bífida). Según el grado de afectación de esa lesión puede ser completa o ser parcial. En función del nivel en que el daño se produce las consecuencias pueden ser más o menos graves: tetraplejia o paraplejia. La lesión medular traumática puede causar discapacidad física y complicaciones complejas a largo plazo: aproximadamente el 60 por ciento de los pacientes crónicos dependen de una silla de ruedas y más del 97 por ciento, si la lesión es completa en el momento del trauma.

Hasta ahora, no existe ningún medicamento autorizado para el tratamiento de la lesión medular traumática aguda

El ensayo clínico SPINE, en el que el 12 de Octubre lleva trabajando más de un año y que se vio interrumpido por la crisis sanitaria de la covid-19, está dirigido a evaluar la eficacia y seguridad de FAB-117-HC (Neurosave®), un fármaco en fase de investigación cuyo principio activo son las células HC016 (células madre). Se trata, explica a Vozpópuli el doctor Igor Paredes, investigador principal del ensayo y médico del Servicio de Neurocirugía del centro madrileño, de un ensayo de gran complejidad.

Hasta ahora, no existe ningún medicamento autorizado para el tratamiento de la lesión medular traumática aguda, explican desde el centro sanitario. Aunque todavía no existen resultados definitivos, los investigadores resaltan que es esperanzador que comience a haber terapias dirigidas a este tipo de lesiones que alcancen la fase de ensayo clínico. "El hecho de empezar a ensayar terapias celulares en estos pacientes es, al menos, un primer paso que para ellos es un mundo", indica el doctor Paredes

Elevada mortalidad de las neuronas

Según detalla el investigador, este tipo de lesión medular produce una elevada mortalidad de las neuronas y oligodentrocitos -otro tipo de células del sistema nervioso diferente a las neuronas- en la médula espinal, lo que lleva a la pérdida de funciones motoras, sensoriales y autonómicas. La pérdida se concentra en los primeros días después del traumatismo. Por eso el ensayo se ha diseñado para que la administración del medicamento celular coincida con ese periodo crítico de la lesión en el que existe una elevada liberación de agentes inflamatorios, oxidantes y citotóxicos.

"El tratamiento se aplica exclusivamente en fase aguda. A día de hoy no hay gran evidencia de que las células madre sean capaces de diferenciarse a neuronas maduras (aunque todo esto está evolucionando rápidamente) y por tanto no vemos gran utilidad a aplicarlas en fase crónica. Sin embargo, si parece que ejercen un papel protector sobre las neuronas y los distintos tipos celulares en fase aguda, y por eso se infunden en este periodo", detalla el neurocirujano a este digital. 

Infundir células madre de donantes sanos

Las células HC016 son células madre obtenidas a partir de la grasa de donantes sanos, expandidas in vitro y cultivadas con niveles muy bajos de sustancias oxidantes para aumentar su capacidad de supervivencia en un medio hostil, explican desde el 12 de Octubre. La solución, prosiguen, es suministrada en quirófano directamente en la médula espinal lesionada, infundiendo entre 0,45 y 0,9 mililitros repartidos en 6 micro-inyecciones, tras la cirugía de estabilización de la espina dorsal.

"Los campos en los que se podría predecir alguna mejora son la función motora (aunque esto siempre es lo más difícil), recuperar función de esfínteres o sexual", señala el doctor Igor Paredes.

El fármaco, que está dirigido a reducir la mortalidad de las neuronas y oligodendrocitos durante el periodo más crítico tras la lesión, podría ser de gran valor para minimizar un proceso que hoy es irreversible. Si se prueba su eficacia, indican los investigadores, el descenso en la tasa de mortalidad de esos tipos celulares podría tener "impacto positivo a corto, medio y largo plazo sobre el grado de afectación de los pacientes".

¿Podrían los lesionados llegar a recuperar algún tipo de movilidad?. El doctor Igor Paredes se muestra prudente: "El grado de mejoría, si es que esta se produce, es ahora mismo completamente especulativo. Pero los campos en los que se podría predecir alguna mejora son, por supuesto, recuperar función motora (aunque esto siempre es lo más difícil, y lo que peores resultados da), recuperar función de esfínteres (tanto vesical como fecal), función sexual, sensibilidad, y disminución del dolor neuropático".

Comienzo de la Fase 2 del ensayo

La investigación consta de dos fases. Una primera, ya realizada, que ha consistido en la evaluación de la seguridad del procedimiento en ocho pacientes a los que se ha infundido células madres, y una segunda, ahora en sus inicios, en la que se analizará la seguridad y también la eficacia, mediante un diseño doble ciego aleatorizado en el que uno de los grupos recibe la inyección de células madre y el otro actúa como control.

El neurocirujano avanza que la actual Fase 2 del ensayo contempla incluir 40 pacientes, 20 en la rama de tratamiento y 20 en la rama de placebo. "A día de hoy, que yo tenga constancia, se han incluido 2 pacientes en esta fase, de los que nuestro hospital ha aportado 1", señala el doctor Paredes.

En el caso del hospital madrileño, su puesta en marcha, explican desde el centro, ha requerido de un gran esfuerzo coordinado de equipos multidisciplinares formados por profesionales de Medicina Intensiva, Neurorradiología, Anestesiología, Neurofisiología y Neurocirugía o Enfermería.

El Hospital de Toledo es uno de los participantes

En el ensayo participa el Hospital de Parapléjicos de Toledo, referente en España en lesión medular. El centro, apunta el doctor Paredes, se ocupa de la atención en fase subaguda y crónica tanto de los enfermos que sean operados en nuestro centro como de los que se operen en el hospital Virgen de la Salud de Toledo. "Ellos reciben al paciente una vez este ha sido operado y estabilizado de sus lesiones iniciales, e inician el proceso de rehabilitación", indica Paredes.

Esta atención en dos centros distintos, añade, "supone añadir complejidad al ensayo, pero a su vez añade un punto de objetividad importantísimo, ya que los rehabilitadores de Toledo no saben si el paciente ha recibido o no el tratamiento con células madre y por tanto no están sesgados. Esto es así en todos los centros, los rehabilitadores no saben qué tratamiento recibe el paciente, pero el hecho de estar en dos hospitales físicamente separados facilita y asegura esta condición de "ciego" del evaluador".

El ensayo, promovido por la farmacéutica Ferrer en colaboración con la biotecnológica Histocell, se desarrolla en varios hospitales españoles entre los que figuran el Vall d'Hebrón, en Barcelona; el Virgen del Rocío, de Sevilla; La Fe de Valencia o el Hospital de A Coruña.

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