Tres años de pandemia: así ha evolucionado el uso de la mascarilla en España

Tres años han pasado desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparecía a última hora del 14 de marzo de 2020 para confirmar, después de un Consejo de Ministros que duró más de siete horas, la aprobación del Real Decreto de la declaración del estado de alarma en España para contener la pandemia del coronavirus.

Desde ese momento, la mascarilla fue un elemento más de nuestra vida. Un instrumento necesario para salir a la calle y evitar posibles contagios por covid. Pero, ¿cuál es la historia de la mascarilla en el país? ¿Cómo ha evolucionado su uso?

Historia de la mascarilla en España

Con la llegada del coronavirus a España, la obligación de llevar la mascarilla en todos los espacios se mantuvo un año, pero la vuelta a la normalidad, hizo que el Gobierno comenzará a ir retirándola poco a poco.

En junio de 2021, Sanidad tomó la decisión de ir retirando el uso obligatorio en exteriores siempre que se respetara la distancia de seguridad entre personas. Sin embargo, con la llegada de la variante Ómicron en diciembre, el Gobierno implantó de nuevo el uso obligatorio en exteriores.

Cuando la sexta ola empezó a remitir, en febrero de 2022, se volvió a retirar el uso obligatorio en exteriores. A pesar de ello, el uso de la mascarilla en interiores se mantuvo hasta el 19 de abril de ese año. El Gobierno aprobó un Real Decreto-ley para eliminar su aplicación.

La aprobación de este decreto suponía la mascarilla dejaba de ser obligatoria en restaurantes, supermercados, teatros, conciertos, cines, gimnasios, etc.

A pesar de ello, desde el 20 de abril de 2022, se tuvo que seguir utilizando en el transporte público, hospitales, farmacias, centros sanitarios... Durante varios meses, Sanidad intentó quitarla, pero no fue hasta el 8 de febrero de 2023 cuando se aprobó de forma definitiva la retirada de la mascarilla en el transporte público.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el final de su uso, aunque, a día de hoy, todavía se tienen que seguir utilizando en residencias de mayores, centros sanitarios, hospitales y farmacias.