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Europa se moviliza contra los no vacunados: Austria limita sus actividades

Prohíbe la entrada a cafés, restaurantes y eventos de ocio, entre otros lugares, a quien no presente un certificado de vacunación completa

Europa se moviliza contra los no vacunados: Austria limita sus actividades
Protesta en Viena contra las medidas del Gobierno para frenar el coronavirus. Hans Punz / APA / DPA.

Austria ha comenzado a aplicar este lunes restricciones para las personas que no se hayan vacunado contra el coronavirus, de tal forma que no podrán comer en restaurantes, asistir a eventos deportivos o usar las telesillas en las estaciones de esquí, entre otras actividades. Es decir, ya no es posible, como lo era hasta ahora, acceder con el resultado negativo de un test.

"Creemos que puede ayudar bastante a contener lo que está ocurriendo", ha esgrimido el vicecanciller, Werner Kogler, en una declaración en televisión en la que ha justificado estas nuevas restricciones como vía para contener el repunte de casos de las últimas semanas.

Las nuevas medidas, que también se aplican para hoteles, peluquerías o centros de masaje, podrían no ser las últimas, toda vez que el Gobierno no ha descartado recuperar la línea dura. Los confinamientos, no obstante, se mantienen como una opción de "último recurso", en palabras de Kogler.

Más de una cuarta parte de las personas mayores de 12 años en el país no disponen del certificado de vacunación y las autoridades sanitarias atribuyen a este grupo el repunte tanto de los contagios como de los ingresos en hospitales.

Estas nuevas restricciones, sumadas a la obligatoriedad de poseer un certificado de inmunización (vacunado o curado) o un test negativo para trabajar, que entró en vigor la semana pasada, han surtido el efecto deseado de impulsar a más gente a aceptar la vacuna. Después de que el ritmo de administración de dosis cayera a menos de 30.000 por semana, entre el sábado y el domingo más de 50.000 personas acudieron a diversos centros para vacunarse.

Incidencia

Según han informado este lunes las autoridades sanitarias, la incidencia del virus en la república alpina se ha disparado hasta su máximo nivel desde el primer brote de la pandemia en marzo de 2020, al situarse en 633,2 contagios por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días.

Con 8,9 millones de habitantes, el país se encuentra en medio de la cuarta oleada de la pandemia, con 2.002 enfermos de coronavirus hospitalizados, 377 de ellos en cuidados intensivos. Los datos publicados por los ministerios de Salud e Interior muestran que en las últimas 24 horas se contabilizaron 8.178 nuevas infecciones, algo menos que el récord absoluto de 9.943 casos registrado el sábado pasado. Además, 13 personas fallecieron por la enfermedad en el mismo periodo, con lo que el número total de muertes atribuidas al virus asciende a 11.515.

El empeoramiento de la situación epidemiológica es atribuido en parte al relativamente bajo índice de inmunización de la población, que se sitúa en el 63,5% con pauta completa.

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