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Política

Primer varapalo a Sánchez y Borrell por alinearse con la izquierda latinoamericana contra Trump

Pedro Sánchez y Josep Borrell.

El Gobierno de Pedro Sánchez, alineado con el Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, ha cosechado un revolcón diplomático en su intento de apoyar a la izquierda latinoamericana en contra de Donald Trump. Ni España ni la UE han conseguido frenar la elección del candidato a presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que respaldaba el presidente de Estados Unidos después de todo tipo de maniobras para impedirlo.

"Ha sido un buen varapalo de los americanos", admiten fuentes diplomáticas a Vozpópuli. Estas fuentes aseguran que el alineamiento de Sánchez, y también de Borrell, con gobiernos como el de Argentina, presidido por Alberto Fernández; y el de México, liderado por Andrés Manuel López Obrador; "es una mancha más en el expediente de España con Estados Unidos". Y dicen que esa mancha pasará factura si Trump es reelegido en las elecciones del 3 de noviembre.

Trump ha colocado este pasado fin de semana a Mauricio Claver-Carone al frente del BID. Claver-Carone, nacido en Miami con orígenes cubanos y también españoles, era hasta ahora el máximo asesor para Iberoamérica de Trump en la Casa Blanca. Y es conocido por su línea dura en contra de los regímenes de Cuba y Venezuela

Sánchez, con Argentina y México

El eje de Fernández y López Obrador, apoyados por España y la UE, trató de vetar al candidato estadounidense. El plan B fue impulsar como alternativa a la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla. Ante la falta de apoyos, quisieron posponer la votación en un intento de retrasar el proceso hasta después de las elecciones presidenciales de noviembre con la esperanza de una derrota de Trump. 

Ninguno de los planes funcionó. Y Claver-Carone ganó la votación con el apoyo de casi el 67% de los países con derecho a voto en este organismo.

Trump ha cosechado una victoria diplomática muy significativa frente a Europa y la izquierda latinoamericana, según estas fuentes. El presidente estadounidense consigue, por un lado, restar poder a la creciente influencia de China en el América Latina. Y, por otro, dominar la agenda ideológica de la región con Luis Almagro al frente de la Organización de Estados Americanos (OEA) y Claver-Carone en el BID. El Banco Interamericano es una organización financiera internacional que agrupa a 48 países, entre ellos España, que se dividen entre prestatarios y no prestatarios.

Los intereses tanto de España como de la UE en el BID son relativos en comparación con otros organismos internacionales. Pero las fuentes consultadas por este diario entienden que hay un alineamiento cada vez mayor de nuestro Gobierno con el llamado Grupo de Puebla que perjudica las relaciones diplomáticas de España con Estados Unidos.

En ese sentido, recuerdan el fiasco de la precandidatura de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, a la dirección de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que nunca llegó a concretarse por falta de apoyos. O episodios como la escala de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez en Madrid, que destapó Vozpópuli.

España y el Grupo de Puebla

El Grupo de Puebla es un foro político y académico integrado por representantes de la izquierda política iberoamericana. El club, fundado en la ciudad mexicana de Puebla en julio del 2019, es uno los más activos en contra de las políticas de Trump. Los representantes españoles de este grupo son el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y la dirigente de Podemos y ministra de Igualdad, Irene Montero.

A este alineamiento se achacan movimientos como el del BID o las elecciones legislativas de diciembre en Venezuela, en las que Zapatero está jugando un papel crucial como mediador. El Gobierno de Nicolás Manduro pidió a la UE observadores internacionales para supervisar el proceso electoral, que un amplio sector de la oposición venezolana considera un "fraude". 

Borrell era proclive a enviar una misión, dicen estas fuentes. Bruselas ha optado finalmente por no colaborar. La respuesta oficial de la diplomacia europea es que no hay tiempo suficiente para organizar una misión si las elecciones se mantienen para el próximo 6 de diciembre.

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