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Política

Podemos teme caer de la primera a la cuarta plaza en Cataluña y esconde a su candidato

Pablo Iglesias en Barcelona

La coalición de Podemos está rota por dentro en Cataluña. Miembros de la formación señalan a Vozpópuli que los morados tienen hasta problemas en colgar carteles del candidato, Jaume Asens. Su perfil y su nombramiento, pilotado desde arriba por Ada Colau y Pablo Iglesias, ha creado malestar entre los cuadros y la base. “Lo de ser primera fuerza es historia. Como mucho quedamos terceros, pero lo más probable, cuartos”.

El reflujo hacia el PSC será enorme, aseguran fuentes de En Comú Podem. Iglesias apostó fuerte por Cataluña. Viajó a Barcelona dos veces en su campaña electoral. La última, el pasado miércoles, para encontrarse con los electores en una plaza de Sant Andreu, barrio periférico de la capital catalana donde Podemos superó el 30% de votos hace tres años. “Hubo gente, pero menos de lo esperado. Y el partido escondió a Asens, para evitar que dijera algo sobre los presos políticos o la independencia”, sentencian algunos militantes catalanes.

Oficialmente Asens estuvo preparando el debate televisión de la noche en TV3. Pero miembros de la coalición de Podemos creen que es una “verdad a medias”. “No es normal que en un acto de ese tipo el candidato no acompañe a Iglesias”. “Es independentista y su planteamiento no tiene sentido con Iglesias que habla de Constitución”, dicen: “Por esto lo escondieron en el acto del miércoles”.

De 12 diputados a seis

Asens, número uno de la lista y conocido abogado activista de la plataforma antidesahucios, sigue sin convencer a los suyos. Hace tres años Podemos coloreó el mapa catalán de morado. Obtuvo 12 diputados. Pero ahora los sondeos y tracking internos hablan de una reducción de hasta seis escaños. “Nos vamos a dar una hostia…”, aseguran en el partido. “Han dibujado una estrategia centrada únicamente en la cuestión nacionalista, olvidando la agenda social, y ha sido un error. Ahora están rectificando, pero ya no cuela”, sostienen.

Jaume Asens.

Prueba de ello es que en su mitin Iglesias evitó mencionar el referéndum en Cataluña (mientras que sí lo hizo Gerardo Pisarello, otro candidato de la formación a las generales). Y sobre la ausencia de Asens dijo que “estaba estudiando”: “Ya sabéis que los buenos abogados lo son porque se preparan muy bien los pleitos. Estoy convencido de que va a demostrar en el debate que tiene las mejores propuestas para Cataluña", agregó. En lo que insiste Iglesias es en el diálogo: "Les pido que les den una oportunidad de garantizar que en el Estado hay un gobierno de izquierdas que apuesta por el diálogo”, afirmó.

Un debate en entredicho 

Sobre el debate en TV3, no obstante, las lecturas internas no han sido positivas. Varios miembros del partido creen que el candidato no ha convencido y no ha sabido desmarcarse de ERC y del PSC. Los críticos creen que el PSC crecerá con fuerza y que también ERC logrará uno de sus mejores resultados. Después, Junts pel Catalunya o Ciudadanos, con el serio peligro de Podemos de bajar hasta la cuarta posición.

Los problemas internos se han extendido a todos los niveles. Catalunya en Comú es un archipiélago de siglas dominado por la marca de IU en Cataluña, Podem y los comunes, es decir, los fieles de Colau. Sin embargo, en el proceso de nombramiento de los candidatos, la voz cantante la han tenido los comunes, a los que Iglesias ha dado credibilidad.

"El 80% no es independentista"

Según varias fuentes, la decisión de la lista se tomó en Madrid, en una cena entre Iglesias y Colau que se celebró poco después de la disolución del Congreso. Y que el nombre de Asens se eligió por la amistad con el secretario general de Podemos, pero también por la intención de Colau de enviar a Madrid a un político que le habría podido hacer sombra en las próximas municipales.  

Entre la militancia ha cuajado la idea del dedazo. Por ello, aseguran miembros de En Comú, faltan militantes para colgar pancartas y carteles. Y hay incluso históricos electores y hasta cuadros que se están planteando votar al PSC, afirman. “La gente se niega a ayudar porque el 80% de nosotros no es independentista, y si lo fuera ya votaría a ERC”, arremeten. De concretarse las previsiones más pesimistas, la caída en Cataluña de Podemos sería “histórica”. Y para al día después los críticos están listos para pedir cuenta.

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