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Política

El Gobierno forzará otras elecciones si no consigue garantizarse los Presupuestos con los pactos de investidura

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene claro que no quiere repetir los errores de la pasada legislatura, cuando se vio obligado a convocar elecciones generales al no poder aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Por eso, ahora, justo cuando negocia con los diferentes grupos parlamentarios su posible investidura, pretende conseguir no sólo los votos para esa sesión, sino amarrar también los apoyos para cuando toque aprobar las cuentas públicas.

Según han informado a Vozpópuli fuentes socialistas, el PSOE está negociando a la vez tanto la investidura como los primeros Presupuestos, para así asegurarse cierta estabilidad. En caso de no obtener garantías sobre las cuentas públicas, Sánchez se inclinaría por no salir elegido y forzaría una repetición electoral en otoño, una vez transcurridos los plazos fijados por la Constitución.

Es precisamente por ese motivo por el que en el PSOE prefieren buscar un pacto con Ciudadanos, ya que eso garantiza 180 votos en el Congreso de los Diputados y dota de mayor estabilidad a la legislatura. Ante la furibunda negativa de Albert Rivera, los socialistas buscan ahora repetir una fórmula similar a la que permitió sacar adelante la moción de censura contra Rajoy, es decir, una variopinta alianza con Podemos y los partidos nacionalistas e independentistas.

Sin embargo, tanto en Ferraz como en La Moncloa ven con recelo repetir el Gobierno Frankenstein, según la terminología del difunto Alfredo Pérez Rubalcaba, porque eso complicaría sobremanera la aprobación de los Presupuestos y, en consecuencia, dificultaría la gobernabilidad. 

Falta una abstención

En principio, Sánchez tiene a su alcance 173 votos para su investidura, que son los que resultan de sumar los diputados de PSOE, Podemos, Partido Nacionalista Vasco (PNV), Compromís y Partido Regionalista de Cantabria (PRC). Dado que tras la suspensión de los cuatro diputados catalanes actualmente se sientan 346 personas en la Cámara Baja, el presidente del Gobierno necesita para salir elegido en segunda votación que al menos otro diputado se abstenga, para que así haya más votos a favor que en contra (173 frente a 172 y una abstención). Los más partidarios de abstenerse son los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que ya han dicho que quieren evitar a toda costa una repetición electoral, y los abertzales de Bildu, que se han visto beneficiados por los últimos pactos navarros del PSOE.

Por tanto, en principio las cuentas dan para que Sánchez pueda salir elegido como presidente, pero lo que quiere el líder del PSOE es garantizarse que esa misma mayoría se pueda repetir cuando unos meses después haya que abordar la votación sobre la admisión a trámite de los Presupuestos, y evitar así que puedan prosperar las enmiendas a la totalidad presentadas por la oposición, como sí ocurrió en febrero pasado.

Tanto ERC como Bildu suelen anteponer las cuestiones políticas a las económicas y, en consecuencia, no es tan fácil 'comprar' su voto en una votación presupuestaria

Y ahí es donde está la dificultad, porque tanto ERC como Bildu suelen anteponer las cuestiones políticas a las económicas y, en consecuencia, no es tan fácil comprar su apoyo en una votación presupuestaria, como se comprobó en febrero y como sí suele funcionar con el PNV, según recuerdan fuentes socialistas. De hecho, el temor en el Gobierno es que tanto unos como otros pongan caro su apoyo exigiendo cesiones políticas, como por ejemplo un posible indulto en caso de que los líderes del procés sean condenados por el Tribunal Supremo.

Según las normas de la Unión Europea, el Gobierno debe aprobar este mes de julio el techo de gasto y su objetivo de déficit público y, antes de final de septiembre, presentar un proyecto de cuentas públicas para 2020, cuya admisión a trámite en el Parlamento se votaría unos días después.

Teniendo en cuenta ese calendario, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha dado esta semana por hecho que, de haber investidura, el Gobierno centrará su atención en aprobar los Presupuestos del próximo año y dará por perdidos los de 2019. 

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