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Política

El día que Cuixart impuso su ley en Badalona y la Policía se quedó sola

Jordi Cuixart durante su declaración en el juicio del 'procés'.

Corría el 25 de septiembre de 2017. Todavía estaba reciente la concentración de decenas de miles de personas ante la Consejería de Economía el 20-S y Cataluña se aproximaba a la fecha del referéndum ilegal. En una de las principales calles de Badalona (Barcelona) -apenas a 100 metros del Ayuntamiento- una patrulla de agentes de la Guardia Urbana vio un grupo de personas con una escalera colocando carteles a favor del referéndum porque, según les dijeron, “se lo pedía el cuerpo”.    

Lo que empezó como una incautación de material del 1-O, terminó con los agentes retirándose. Entre medias hubo una una llamada a la alcaldesa, la intervención del líder de Òmnium, el acusado Jordi Cuixart, o la reacción del teniente de alcalde de Badalona, que arrebató los carteles a los agentes para dárselos de nuevo a la gente. Este martes, la Audiencia de Barcelona ha absuelto al edil porque, entre otras cosas, nadie le hizo un “requerimiento expreso a no tocar los materiales incautados”.

Lo han recordado este martes en el juicio del 'procés' los miembros de la Policía Local, único cuerpo al que aún no se le había escuchado en el Tribunal Supremo. En sesiones anteriores, varios testigos han definido aquellos días en términos dispares. Fue un clima de “estado de excepción” para la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y un periodo “insurreccional” a juicio del guardia civil que firma la mayoría de atestados a debate en el Tribunal Supremo.

"Un bien para Cataluña"

Este martes, los dos agentes de la Guardia Urbana han explicado como testigos que actuaron siguiendo las instrucciones de la Fiscalía, que había ordenado incautar todo el material para la celebración del referéndum. En estos carteles azules y amarillos se podía leer “Hola República”, “Hola Europa”, “Hola Nou País” y el anagrama “Sí”, en alusión a la consulta declarada ilegal. Era un grupo de cinco personas que “decían que era un bien para Cataluña”.

En ese momento, una mujer del grupo llamó con su teléfono móvil a Dolors Sabater, exdirigente de Òmnium y entonces alcaldesa de Badalona por la plataforma Guanyem Badalona, que agrupaba formaciones como la CUP o Podemos. Se quejó de que le estaban “robando” los carteles y lo que transmitió al otro lado de la línea la alcaldesa era que los agentes no se podían llevar el material sin una orden judicial. Los policías procedieron igualmente dando cuenta a sus superiores de lo que estaba pasando y asumiendo la responsabilidad.

A medida que la Guardia Urbana levantaba el correspondiente acta, el grupo de cinco personas pasó a ser una multitud de entre 20 y 30, entre ellas Cuixart y el teniente de alcalde, José Téllez, quien llegó “en bicicleta”. “Hablé con el señor Cuixart, me insinuó que podíamos haber pasado de largo, no haber intervenido”, ha recordado el guardia. De pronto se vieron rodeados de personas: “Recibíamos insultos, nos ponían el móvil en la cara, que nos iban a echar el 1-O, que nos iban a echar de la Guardia Urbana y de Cataluña. Cuixart estaba allí entre la gente, era uno más de ellos”.

Las manos sobre el capó

La escena se complicó aún más cuando los agentes perdieron uno de los DNI que habían solicitado para identificar a los primeros cinco. “La situación era un poco tensa” y para quitarse “el agobio de la gente” decidieron “buscar refugio” y marcharse a comisaría para seguir buscando allí. Pero cuando quisieron abandonar el lugar Cuixart se lo impidió: “Iba a arrancar y el señor Cuixart se puso por delante y dijo que el coche no se iba hasta que no apareciese el DNI y no diesen el acta en in situ”. Según el relato del jefe del servicio, el líder del Òmnium llegó a poner las manos encima del capó.

Cuixart no ocultaba la sonrisa en algunos tramos del relato de este testigo, quien ha relatado que no pudieron abandonar la zona. Por su parte, José Téllez se arrogó la potestad para arrebatarles los carteles.  “Nos dijo que como teniente de alcalde y como autoridad entendía que la situación era tensa” y por ello les exigió la devolución del material.

“Téllez levantó las manos ante la gente y dijo que, ante la negativa de los agentes de darles los carteles, que los iba a coger él. Iban sacando los carteles y se los iban a dando al señor Cuixart. La decisión la tomó Téllez y Cuixart estaba allí como todos los demás. Llegó a coger carteles y a repartirlos y luego salieron de allí gritando '¡Hemos ganado!'”.

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