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Opinión

Universidad de Berkeley, por ejemplo

Se han apoderado de la Universidad quienes prefieren que, en lugar de conocer la compleja realidad, esta se construya bajo principios ideológicos

El exministro de Universidades Manuel Castells. EP

At Berkeley (2013) es un trabajo excelente de Frederick Wiseman. Dura casi cuatro horas, pero no le sobra nada. Wiseman, es consciente, y así lo ha dicho, que todo documental es una manipulación de aquello sobre lo que informa. Lo honesto para él es dejar que se reconozca en la escritura audiovisual, lo que va atrapando la atención del realizador. Que ha estado ahí con la cámara, que ha dedicado mucho tiempo al registro de toda clase de situaciones, que ha montado los planos con paciencia, intención y conocimiento, ese es el mensaje que importa.

Visto ahora, diez años después, nos ayuda a comprender que el proceso de degradación de las universidades norteamericanas ya había comenzado bastante antes.

Solo voy a comentar unos pocos episodios significativos.

1) Un vicerrector dice en una reunión: “Lo principal en la academia es la argumentación racional y poner en orden la evidencia […] y no las relaciones públicas y la adulación, […] la gente a la que solo le importa la adulación y las relaciones, sin respaldar eso con la evidencia y la lógica, es gente que se frustra mucho”.

Que un vicerrector tenga que recordar la primacía de la argumentación y la evidencia frente al despliegue relacional de adulaciones es un indicio de que estas prácticas de corrupción académica ya resultaban inocultables.

2) Unos estudiantes de diferentes razas comentan cuál es su experiencia a la hora de integrarse en las clases y, sobre todo, en los grupos de trabajo. Se percibe que pesa demasiado la ideología de la victimización de ciertos colectivos. Esa ideología se sustenta en la suposición –gustan mucho las hipótesis no demostradas- de que les perjudican ciertas ideas que “han sido diseñadas cultural o socialmente”. Eso hace que le concedan al aspecto físico de la gente una importancia enorme, lo cual es contradictorio con el principio académico de que lo valioso es la adquisición de saberes, la creatividad, la capacidad para la colaboración, etc.

La autopercepción de pertenecer a un colectivo victimizado empieza a aplastar la individualidad del estudiante, del investigador, del profesor

Hay estudiantes que han interiorizado que deben representar al colectivo de su propia raza en lugar de a sí mismos, en un ejercicio monstruoso de alienación. En esa reunión, sólo un asiático se atreve a defender la necesidad de respetar la individualidad y la necesidad de que cada estudiante se responsabilice de su trabajo académico. Un profesor blanco que está presente sugiere que los docentes podrían organizar los grupos con el criterio de la mezcla racial. La autopercepción de pertenecer a un colectivo victimizado empieza a aplastar la individualidad del estudiante, del investigador, del profesor. Como decía Klemperer al analizar los discursos nazis, “cuanto menos dirigido al intelecto sea un discurso más popular será. Y cruza la frontera hacia la demagogia o la seducción de un pueblo cuando pasa de no suponer una carga para el intelecto a excluirlo y narcotizarlo de manera deliberada.”

Ya no sorprende que las universidades norteamericanas alcancen los actuales niveles de disparate anticientífico. Hace poco, la de Stanford promulgó una larga lista de palabras prohibidas. Los profesores que no renuncian a su libertad de expresión sufren acoso. Muchos abandonan la universidad. La matriculación de estudiantes ha ido disminuyendo. Bastantes de los que terminan sus carreras no pueden devolver los créditos que han necesitado para estudiar. El modelo de universidad ideologizada constituye un tremendo fracaso. Y ese fracaso es el fiasco cultural y civilizatorio de una nación que hasta hace pocas décadas era un referente en bastantes cuestiones.

Demasiada gente que hace selectividad no sabe decir cuándo se redactó la Constitución […] Nos convertimos en un pueblo cínico, pasivo y desinformado

La película cumple bien su función de documentar cosas. Queda patente la diferencia entre ciencias de lo real (física, astrofísica, biología, química), ciencias de la realidad (sociales y jurídicas, humanidades, bellas artes) y disciplinas de creación tecnológica (ingenierías). Matemáticas, geometría, lógica son necesarias para todas. Por lo que se ve, tanto la ciencia de lo real como la creación de tecnología alcanzan un buen nivel. Donde se detectan deficiencias importantes es en el conocimiento de la realidad.

3) Un viejo profesor lamenta en una conferencia lo siguiente: “En muchas universidades se está dejando de enseñar historia de EEUU […] se censuran los libros de texto sobre historia. […] Pagamos un alto precio por eso: el analfabetismo histórico. Demasiada gente que hace selectividad no sabe decir cuándo se redactó la Constitución […] Nos convertimos en un pueblo cínico, pasivo y desinformado”. Termina reivindicando “el derecho a no estar de acuerdo”.

4) En una clase de análisis de textos literarios –la creación artística y cultural forma parte importantísima de la realidad- se exhibe un simplismo sonrojante para una de las universidades en la cima de las clasificaciones mundiales. Ausencia alarmante de herramientas analíticas. En contra de lo que yo esperaba, ni rastro del deconstructivismo derridiano que había hecho fortuna en Harvard en los años 80. Tampoco se perciben las argumentaciones feministas de Laura Mulvey. Ni Derrida ni Mulvey son mis preferidos, pero asombra que ni siquiera se deslicen alusiones a ellos ni a la semiótica ni a los estudios culturales. Se limita al comentario de sensaciones superficiales de un lector no demasiado culto y sí proclive a la trivialidad, por tanto, ni hay referencias intertextuales ni contextuales. Ese mismo año de 2013 yo ejercía de profesor de asignaturas de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Complutense de Madrid y el nivel analítico general de estudiantes y de profesores era muy superior al que se ve en Berkeley.

¿Por qué falla la investigación y la enseñanza sobre la realidad? Porque se han apoderado de la Universidad quienes prefieren que, en lugar de conocer la compleja realidad, esta se construya bajo principios ideológicos. Así es el desfiladero de las distopías totalitarias.

Para terminar, algo que no sale en el documental. Manuel Castells, el primer impulsor de la catastrófica LOSU en España, ha dado clases en Berkeley desde 1979 y hoy es Catedrático Emérito de Planificación Urbana y Regional y de Sociología de la universidad californiana.

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  • V
    Variopinto

    " ¿Por qué falla la investigación y la enseñanza sobre la realidad? Porque se han apoderado de la Universidad quienes prefieren que, en lugar de conocer la compleja realidad, esta se construya bajo principios ideológicos. Así es el desfiladero de las distopías totalitarias.". Muy bien explicado, desde su raíz clasista (que lo es) y muy bien descrito, como enfiladero (cancelador). Muy de acuerdo.

  • M
    ma

    La universidad debe prescindir de carreras como sociología, derecho, etc,etc. Que se estudien en academias superiores o que les pongan otro nombre, pero en el siglo XXI no pueden compartir cartel con las ciencias y darle a sus títulos el mismo valor

  • V
    vallecas

    Es imposible batir a los USA del modo cásico, la Guerra, pero sus enemigos están consiguiendo inocular un virus que terminará por destruirlos.
    Se ha utilizado a todos los grupos vulnerables (en USA los hay a "espuertas") para envenenar a la población.

    La verdad como que en África había un fructífero mercado de esclavos 1.000 años antes de que llegaran los Europeos a sus costas . o que los Nativos Americanos caminaban rápidamente hacia su extinción (frenada por el contacto con los Europeos) es algo que jamás una Universidad se atrevería a estudiar.

    Si quien debe defendernos de esta intoxicación es el Sr. Trump, estamos "apachaos".

    • V
      vallecas

      ....estamos "apañaos".

  • D
    Dudandomucho

    "...¿Por qué falla la investigación y la enseñanza sobre la realidad? Porque se han apoderado de la Universidad quienes prefieren que, en lugar de conocer la compleja realidad, esta se construya bajo principios ideológicos. Así es el desfiladero de las distopías totalitarias..."
    No hace falta añadir nada más.

  • G
    Grossman

    Mi hija estudió en Berkeley arquitectura, por cierto, si figura Castell en el panel de profesores pero no daba clases, creo que en ese momento andaba por España contribuyendo a su destrucción y apoyando el golpe de estado.

    Allí es un medio ricachon que vive sin darle un palo al agua y que por supuesto no hace nada de las cosas que preconiza por Europa, por eso lo echaron de Francia.

    El nivel de estas universidades tan prestigiosas no es superior al de las mejores de España pero tienen prestigio, yo creo que por sus mejores instalaciones y por su investigación, se traen a los mejores investigadores del mundo, los tienen desarrollando proyectos de futuro, y con apoyo de los grandes capitales.

    Aquí son un montón de burócratas que paren un ratón.

  • N
    Norne Gaest

    Ha salido un churro, al darle a publicar inadvertidamente
    Quería decir que en las universidades españolas la situación puede no ser tan diferente a las norteamericanas en las ciencias sociales.
    La ideología progre o woke, por lo vivido en su momento o actualmente compruebo, está muy presente. Y ello marca la línea ideológica en los departamentos correspondiente a la que conviene someterse.

  • N
    Norne Gaest

    Con profesores como Castells es para echar a correr.
    ¿Es muy diferente la situación de España respecto a USA en las cieMe temo que las ciencias sociales en las universidades españolas no es muy diferente de laé de las disciplinas sociales