Opinión

Lo único que falta

Santiago Abascal, líder de Vox, en un mitin en Zaragoza Europa Press

Mientras escribo estas líneas los enemigos de España continúan, gracias a la torpeza del PP (y de Vox)  con su plan de destruir España y de aniquilar definitivamente a los españoles libres e iguales.

En España hay dos bandos, uno rojo y rojillo, resolutivo, inescrupuloso, aderezado con berridos estalinistas a lo Pasionaria, heredero orgulloso de la barbarie comunista. Y otro bando, compuesto mayormente por ovejas costumbristas, dadas a la vida bona, a la culpa burguesa, embobecidas y adoctrinadas por la televisión pública y autonómica y por un sistema escolar mentiroso, ideologizado y tendencioso.  La tarea de estos medios de prensa y la llamada educación es imponer un marco mental al bando oveja con el objetivo de que acepte la irrelevancia de lo español, sacralice lo tribal e interiorice la tramposa mercancía “progresista” del bando rojo y rojillo, resuelto a ganar esta vez la guerra que, afortunadamente, perdió el siglo pasado.  

El gran error de los estrategas (es un decir) del PP, durante la reciente campaña electoral, fue (y es) pensar que existe un centro político en España y que apelando a la moderación y al “vivir juntos los distintos”, se llega al poder. Muy bonito. Pero. Lo de “vivir juntos los distintos”, en realidad, no ha significado más que negociar la soberanía y la igualdad de los españoles libres e iguales con sus enemigos, los nacionalistas regionales. 

Esa “voluntad de vivir juntos los distintos” no existe para ellos, ni existió nunca. ¡Libertad, amnistía, y estatuto de autonomía! ¿Recuerdan? ¿Juntos? Separaditos desde el principio. Yo estoy por pensar que al igual que en Cuba lo de “dialogar con el castrismo”, lo de la “voluntad de vivir juntos los distintos” es un invento del enemigo de los ciudadanos españoles libres e iguales. Nada ha ayudado más al castrismo que llamar al “diálogo” con el castrismo. Juntos y en paz los españoles, seamos honestos, sólo bajo la dictadura de Franco. Es decir, a la fuerza. El resto es cháchara y wishful thinking.

La que cancela es la izquierda, si lo sabré yo. Es cierto. Pero. Estaba en juego el futuro de España y ustedes ¿banderitas, banquitos, censuras?

Y otra cosa. ¿Los distintos? La igualdad la establece y asegura, exclusivamente, la ciudadanía española (la única que existe en España). El folklor regional no hace distintos a los españoles. ¿Distintos en qué? ¿En los bailes, en los trajes de colorines de las fiestas locales? ¿En los gorros estrafalarios? ¿En los ritmos o acentos al hablar el idioma común? ¿En cargar piedras para entretenerse unos, y correr otros detrás de unos toros? ¿En que unos se aferran primitivamente a unas jerigonzas insignificantes y otros no? Bueno. Siempre y cuando, como es lógico, se imponga el idioma nacional, el gran idioma español, eso no pasa de ser una curiosidad lamentable, pero soportable dentro de ciertos límites. La variedad de jerigonzas no es una riqueza. Es un incordio y un despilfarro que alimenta el regionalismo, el nacionalismo cantonal, la xenofobia, el racismo, el pensamiento mágico, el tribalismo y es, sobre todo, un enorme negocio. ¿Distintos? Ciudadanos españoles. Punto. 

Pero regresemos a las elecciones. Vayamos a las estupideces de Vox. ¿De verdad Abascal y sus acólitos no podían esperar a que pasaran las elecciones para quitar las banderitas arcoíris y los bancos arcoíris. ¿Qué prisa había? ¿Qué importancia tenía eso?¿Les pareció inteligente alimentar la infame campaña del PSOE y sus etarras, chavistas y golpistas contra Vox? ¿A qué lumbreras se le ocurrió esa imbecilidad? ¿Cancelar obras de teatro? ¿En serio? ¿Pero no vienen a defender la libertad? ¿O es sólo la libertad de los suyos lo que hay que defender? La que cancela es la izquierda, si lo sabré yo. Es cierto. Pero. Estaba en juego el futuro de España y ustedes ¿banderitas, banquitos, censuras?

Sánchez consiguió que el PP se uniera a su roja y rojilla campaña para convertir a Vox en una película de nazis, a la espera de ganar el 23J para inaugurar campos de concentración en Cataluña y el País Etarra

Y he aquí el resultado: Otegui y sus etarras eufóricos, Puigdemont y sus golpistas preparando el regreso triunfal y Sánchez y sus comunistas, chavistas y antiespañoles en general, exultantes. Con razón.  Todo les ha salido según lo planeado. La trampa en verdad no era muy sofisticada y había que ser torpe para no verla. Un día vacacional y veraniego para votar, hacer creer al PP que ya tenía las elecciones ganadas, ¿y si ya habían ganado, para qué dejar la playa e ir a votar? El llamado a un “voto útil” que haría ganar votos al PP pero perder ¡escaños a Vox! Y tal vez lo más importante, que, hay que reconocer, tiene mérito: Sánchez, consiguió que el PP se uniera a su roja y rojilla campaña para convertir a Vox en una película de nazis, a la espera de ganar el 23J para inaugurar campos de concentración en Cataluña y el País Etarra. El éxito de la trampa de Sánchez ha sido total. La torpeza del PP (y Vox) nefastas. Ese viene a ser el resumen de lo sucedido el domingo.

Mientras que Sánchez defendía desafiante sus mentiras, sus sucios y antiespañoles pactos con etarras, golpistas, comunistas e independentistas, Feijóo y su tropa (¡Guardiola, qué mujer más burra!),  se esforzaban en ¡blanquear a Sánchez! Lo de derogar el sanchismo desapareció a medida que Feijóo se ablandaba física, moral y mentalmente a ojos vistas.

Lo único que falta para que concluya la obra y caiga el telón español es que salga por televisión un señor calvo, mohíno, lloroso, y anuncie trémulo: Españoles… España ha muerto.

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