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Opinión

El jardín

Ganará la tribu

Las diferencias entre el voto nulo, en blanco y abstención en las elecciones generales
Una persona votando en las elecciones EP

“Veo delante de mí, vaya donde vaya, un poco más cerca, un poco más lejos, la ermita de Sant Sebastià. La ermita es la esencia de nuestro espíritu, nuestro perenne baluarte comarcal. Estas cuatro paredes blancas me hacen sentir las raíces, esta es mi tierra, aquí nací (…) La ermita es nuestra vida más alta (…) Las canciones, la serena claridad del país, la pequeña avenida de cipreses delante del mar, sobre el declive, el olor a tomillo y romero bajo el rumor de los pinos, las faenas de la tierra, el mar del azar y de la desazón… Colaborando con estas elementales necesidades, las imágenes, los placeres y los dolores de las generaciones pasadas han creado una tradición, una ley que ha gobernado inexorablemente a nuestros muertos, que nos guía a nosotros, que guiará al porvenir. Delante de esta terrible persistencia es una locura la evasión. La tradición nos ha dibujado el corazón, los goces pueriles de la ermita nos han moldeado la lengua, el pensamiento se moldea sobre la melodía del cielo, de la colina y de la rama caída sobre los acantilados de basalto y de granito”.

Comienzo con esta cita de Josep Pla, insigne ejemplo del papel de los escritores (grandes y pequeños) en el enorme prestigio del tribalismo, o “espíritu comarcal” español. Mentiras. Adoctrinamiento “es una locura la evasión”. Pensamiento mágico. Pero. Ambrosía para los oídos y los corazones tribales. La literatura, como siempre, alimentando el atrofiamiento del camino cerebral de la especie hacia un hombre universal, o al menos planetario. Tribalismo o muerte. Podría ser el lema de la España democrática.

Si gana el PSOE, seguirán en el poder las formas más extremas y siniestras del tribalismo español: Bildu, PNV, ERC, Sumar. País de países, nación de naciones. Lengua propia

¿Quién ganará el próximo domingo las elecciones? Ganará la tribu. Triunfe el PP como se vaticina, o el PSOE, ganará la tribu. Si gana el PSOE, seguirán en el poder las formas más extremas y siniestras del tribalismo español: Bildu, PNV, ERC, Sumar. País de países, nación de naciones. Lengua propia. ¡De pie los esclavos sin pan! Lengua materna. Banderas sagradas. Sacralización folklórica. Referendos. Identidad nacional de cualquier villorrio, y hasta superioridad genética.

Cuatro años más de desmantelamiento de la España de ciudadanos libres e iguales. Que, seamos honestos, nunca existió. Hermoso embeleco. El juego, desde el primer día, de la mano de los “padres de la Constitución”, y con la complicidad del bipartidismo, ha estado amañado a favor del tribalismo y del berrido propio y comarcal. Y algo más grave. Con este apaño antidemocrático, con este reconocimiento oficial de la superioridad de la tribu sobre la igualdad ciudadana y la unidad nacional, se aceptó la hoja de ruta de los enemigos de la España libre e igual.

Si gana el PP, tendremos un nuevo capítulo de bipartidismo (lado derecho) respetuoso con la superioridad moral de la izquierda, y respetuoso con el desigual orden tribal, del que el mismísimo presidente del PP es pieza connotada y fiel. El señor Feijóo es tan nacionalista regional y tan oscurantista respecto a la lengua gallega como Junqueras o Urkullu, en lo referente al catalán o el euskera. Es lógico que se contente con la vergonzosa cuota del 25% de español en Cataluña. Nada hay en la actitud o las declaraciones del PP que haga pensar en algo diferente, si gana al fin, de lo que ha sido la alternancia bipartidista de las últimas décadas. Aceptación absoluta del altamente corrupto, antiespañol y parasitario régimen autonómico, compadreo con los putrefactos sindicatos, alianzas con los enemigos de la España libre e igual.

Vox pretende trabajar para la tribu española. No deja de ser una pulsión tribal, pero, al menos no es tan reductora, racista, enemiga de los ciudadanos españoles libres e iguales

El mal menor en este panorama postelectoral sería que ganara el partido del señor Abascal. Vox es, también, un partido tribal. Pero. Seamos pragmáticos, apela a una forma de tribalismo amplio, más integrador (abarca a toda la población española). Vox pretende trabajar para la tribu española. No deja de ser una pulsión tribal, pero, al menos no es tan reductora, racista, enemiga de los ciudadanos españoles libres e iguales, parroquial y aldeana como la que abrazan el PP de Feijóo, la  socialdemocracia pacificadora, y los partidos izquierdo-chavistas y comunistas que se agrupan a su izquierda. 

Vox no ganará porque se ha atrevido a proponer el desmantelamiento del sistema parasitario tribal y ha declarado la guerra a los enemigos de los españoles libres e iguales y a las reglas de juego del bipartidismo corrupto. Durante años, demonizar a Vox ha sido, para el bipartidismo, la tarea primordial. Pero. Si esta campaña no tuviera como sólida base el congénito y nefasto tribalismo español, los resultados tal vez no serían los mismos.

El tribalismo es el estigma que impide a los españoles construir una nación de ciudadanos libres e iguales. Ya sé que es una tara que afecta a la alimaña humana, en diversos grados, en todo el planeta, pero en España alcanza niveles que amenazan la integridad de la nación española (la única nación que hay en España). Aspirar a tener una fuerza política supratribal se antoja imposible, sin embargo optar por un tribalismo menos dañino para los ciudadanos libres e iguales, es un objetivo alcanzable.

El gran problema español no es el nacionalismo provincial, la corrupción política, la vergonzosa calidad de la clase política o los pujos de país de cualquier aldea remota. Es la retrógrada marca tribal impresa en el cerebro de los españoles de todas las ideologías. Por eso el 23J ganará la tribu.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • A
    Aleluyo

    Soy votante de VOX porque defiende un patriotismo válido. Sin embargo, dudo que ese partido triunfe a medio plazo, pues su confesionalismo es una rémora que nunca aceptará la población española del siglo XXI, afortunadamente. Hay otras rémoras, pero no merece la pena extenderme hoy con ellas. El domingo 23, votaré en el sentido que he dicho antes y lo haré con profunda tristeza, porque los míos no se presentan. Yo me dirigiré a la urna con la papeleta de VOX en la mano, mientras espero la llegada de aquellos que nos traerán una verdadera democracia.

  • X
    Xirolme

    No respeta Usted ni el "tradicionalismo" de Josep Plá. Lo de libres se lo compro. Lo de iguales, depende. Bo día.

  • T
    Talleyrand

    Lo que llamas tribalismo se ha llamado aquí desde hace mucho cantonalismo.
    Tenemos experiencia en los desastres particularistas. La España cantonal. (nada que ver con la civilizada Suiza)
    Es curioso pero la ultima gran traca que libero nuestros hechos diferenciales fue en el Sur y mas concretamente en Cartagena y Murcia (entre otros tantos lugares.

    Naciones de bolsillo que pretendían asociarse a los USA, guerras entre ciudades vecinas y un grito de guerra que ha pasado a la historia del absurdo: Viva Cartagena!
    Nada es nuevo y todo es fruto de un pais atrasado en manos de caciques que trincan para si usando lo que haga falta, sea el RH y los curas trabucaires o la lengua. A ellos pronto se sumaron los profetas del Nuevo Hombre. Esos mataban por" nuestro bien..."
    El cantonalismo es uno de los problemas endémicos de los españoles (o sea de España). El otro es el cainismo que de tanto en tanto se despierta pidiendo sangre. La ultima vez fue en los años 30 y desde entonces el futbol ha canalizado de forma pacifica ese espíritu asesino que llevamos de serie.

    El arte de la política en España se basa sobre todo en anular a eso dos demonios que lo infectan todo. Analizad con estos ojos los gobernantes pasados y os sorprenderéis de quienes tuvieron mas éxito conteniendo a nuestros malos espíritus....

  • V
    vallecas

    Usted describe un problema Humano que va mas allá de elecciones generales o de países. Filosofía Humana.
    Yo soy prácticamente analfabeto, me cuesta leer sus textos y no entiendo nada de nada de lo que dicen los políticos. Soy fácilmente manipulable apelando a sentimientos básicos. Mi voto vale lo mismo que el suyo D, Juan.
    Como usted hay pocos, como yo hay millones.

    ¿usted piensa que los que dominan la Democracia quieren que yo sea como usted o seguirán trabajando para que continúe en mi "cultura" en mi "acervo" en mi tribu?

    Pensamos que somos mejores que las hormigas pero no es verdad. Para la Naturaleza somos un bicho más. Es verdad que hemos logrado hacer algo más que "Naces, creces , te reproduces y mueres", pero lo que no dominamos es el Tiempo.

  • N
    Norne Gaest

    De acuerdo al 90%.
    Ya lo expliqué en un anterior comentario al Sr. Abreu, sobre las diferencias entre nacionalismo y patriotismo. El primero es malo, el segundo es bueno, es lo contrario. El patriotismo es necesario, un sentimiento sano de pertenencia a lo una cultura, con idioma, historia, costumbres, creencias, economía, lo que hemos heredados y respetamos.
    El patriotismo no excluyente, sino inclusivo ( pero no tonto, a veces hay que defender lo propio), es decir, que es en todo contrario a los nazionalismos que infectan regiones como Galicia, Navarra, Cataluña, Baleares, Valencia o Baleares y a veces saca la cabeza en Andalucía.
    Eso no es incompatible con el sentir otras pertenencias, sino un enriquecimiento. Por un lado sentirse español, hispano (los lazos con iberoamérica), europeo, occidental, ciudadanos del mundo, o identificarse con la tradición liberal,. Y por el otro lado sentirse manchego, andaluz y de la comarca o pueblo que sea. Son diferentes escalas, diferentes dimensiones.

    Vox apela al patriotismo español. Eso que debería ser lo natural en todos los partidos políticos, como lo es en cualquier nación con cierta salud, pero que aquí es excepción. No quiero decir que sea perfecto, pero sí que incorpora el sentido común en este aspecto (y en otros muchos, dicho sea de paso).

    Lo que es una patología es el nazionalismo antiespañol que infecta diversas regiones. Es un virus malsano hecho de falsedad, egoísmos, división, odio, intolerancia, en fin, lo propio de los totalistarismos. Pero con mucha capacidad de contagio. No es tribal en cuanto que es una enfermedad que no afecta a toda la tribu, pero si es malsano, corrosivo, destructor.