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Opinión

Rushdie y el miedo a la religión

En España, los mismos que transmiten pánico a ser ubicados en la derecha política parecen no temer, sino jalear, entrar en una guerra mundial nuclear

Salman Rushdie evoluciona favorablemente pero todavía sigue en estado grave
El escritor Salman Rushdie Europa Press

Es curioso cómo funciona el miedo en Occidente. Tiene algo de aleatorio y proscrito en la sociedad sentimentalizada en que vivimos, donde las emociones regulan la vida pública y cualquier sentimiento constituye por sí solo el camino del bien. Salvo el miedo. El miedo es una emoción que no se admite, no se reconoce, no existe. Pero está presente en todo.

El miedo se vislumbra de forma errática en Occidente, incluso irracional. Muchos padres para evitar que sus hijos sean señalados aceptan el adoctrinamiento en las escuelas. Como si fuese un mayor temor ser llamados tránsfobos que el hecho de que su hija pueda precipitarse a la mutilación irreversible. La ecoansiedad, otra enfermedad inducida por la propaganda de grandes lobbies, ha conseguido que se tema más al cambio climático que a la hambruna de millones de personas.

En una reciente entrevista en The Wall Street Journal, Henry Kissinger, quien fuese Secretario de Estado en plena Guerra Fría, declaró con preocupación que “estamos al borde de la guerra con Rusia y China por cuestiones que en parte creamos, sin ningún concepto de cómo va a terminar esto o a qué se supone que conducirá”. En España, los mismos que transmiten pánico a ser ubicados en la derecha política parecen no temer, sino jalear, entrar en una guerra mundial nuclear. Se usa incluso un tono de exigencia moralista para emprender acciones de guerra. Causa cierto temor en el adulto que cree que alguna consecuencia habrá peor que bajar la calefacción. Sin embargo un pinchazo, molesto e inocuo, es la causa de terror del verano en los medios en España.

En Occidente hay un miedo que puedes palpar, que todos comparten aunque ninguno admita tras acusaciones de islamofobia. Hay algo revelador del hecho de ocultar el miedo es que ilumina el más temible de los peligros, y nada se teme más en Occidente que su islamización, hasta el punto de abrazarla como el que cree que se agarra a un salvavidas. 

Salman Rushdie, el escritor de origen indobritánico que por escribir los versos satánicos en 1988 fue objeto de una fetua un decreto religioso promulgado por el ayatolá Jomeini que le condenaba a muerte por blasfemia. Un experto en Ley islámica, superando toda frontera de jurisdicción había dictado sentencia. 

Pero el caso Rushdie no se convirtió en un ejemplo para denunciar la realidad de un mundo moralmente incompatible. El miedo que todos ocultaban se convirtió para muchos en un espectáculo de feria en una sociedad que niega el miedo al Islam y lo considera islamófobo. El escritor convivió con las amenazas convirtiendo en exótico el peligro de muerte que cernía sobre él, lo que le procuró una compañía incesante de espectaculares modelos y actrices —y cámaras de televisión.

El propio escritor culpaba a los fanáticos religiosos. Muchos señalan tras su ataque que el problema son las religiones, en general, proponiendo el laicismo como solución. En Francia, no parece que haya sido de ayuda para Samuel Paty, el profesor decapitado o para los asesinados de Charlie Hebdo. Es como si Francia sufriese una irreversible y hostil islamización como consecuencia de la descristianización sangrienta que llevó a cabo como bandera “en favor de la democracia”. La democracia, considerada una religión sustituta, pero artificial, jamás tendrá el profundo poder existencial de una religión de verdad como el Cristianismo o el Islam. Distinguir entre el equilibrio necesario de un mundo complejo y la imposibilidad moral de convivencia.

Una sociedad que no contempla la valía superior de su civilización, sin unos valores sostenidos por algo más trascendente que el actual valor supremo de la diversidad, no se siente interpelada a conservar nada de la misma. Y al miedo, que es humano, no se le opone nada más profundo en el ser. Y se cede, se desaparece.

Una sociedad infantilizada que ignora las consecuencias de los propios actos, no por falta de miedo, sino de valores que merezcan ser conservados, es la auténtica decadencia de Occidente.

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  • V
    Variopinto

    En nuestros dias ya sabemos que un ser humano, para sentirse como tal necesita, a veces y más a según qué edades (mentales), recurrir a los sentimientos, provocandolos, explorandolos experimentandolos. El miedo es solo uno de ellos, uno más. También como uno más, puede sentirse en sus distintos niveles o graduaciones (desde un simple temor hasta el verdadero panico, todo es miedo). Como un sentimiento más, a cada uno nos puede ser provocado o no por objetos o animales bien distintos. Pero siempre es un sentimiento individual. Por eso, cuando alguien plantea un miedo generalizado, huyan, porque o lo hace por algún interés oculto (que suele ir ligado a lo comercial) o lo hace como socialización de pertenencia a una tribu.
    Con la religion, por contra, el ser humano ha buscado trascender, conectar con algo superior, alcanzar un estado en el que dejar de sentirse humano. O sea, algo muy distinto a simplemente probar unos sentimientos. Por eso, lo del miedo a la religión, no creo que sea muy preciso. A la religión se la respeta o no, se comparte o no, pero no se la ama u odia. Que existan unos señores religiosos que decreten asuntos contrarios a la vida de otro ser humano puede hacer más o menos temible a esos religiosos y a sus seguidores. Pero es un temor a alguien humano, no a nada divino. Y desde luego no a nada que merezca ser respetado. Pobre el espíritu del que ame más a su religión oriental cuanto más mate o muera. Y pobre espíritu occidental del que mas apoye la causa palestina, por ejemplo, cuantos más asesinatos provoque. Si unos asesinos y sus esbirros, con la excusa de una religión, pretenden seguir apoyando, matando y muriendo le están haciendo un flaco favor a los practicantes de esa religion. Ojalá algún día lo entiendan y se lo hagan entender sus correligionarios. Los de espiritu religioso solo pueden rezar porque ese ojalá ocurra pronto.
    Dicho lo cual, debo decirle que coincido con gran parte de su análisis.

    • A
      Alexander

      "Si unos asesinos y sus esbirros, con la excusa de una religión, pretenden seguir apoyando, matando y muriendo le están haciendo un flaco favor a los practicantes de esa religión. Ojalá algún día lo entiendan y se lo hagan entender sus correligionarios."
      Me parece que Ud. desconoce qué es y cómo funciona el islam, que no es sólo una religión sino que es una ideología política y una forma de regular la vida de los musulmanes. Los fanáticos que cometen atentados terroristas contra los "infieles" nunca serán criticados por sus correligionarios sino que, por el contrario, la mayoría de ellos los apoyarán. En el islam no se permite que nadie se salga de esa "religión" y el que apostate se expone a ser asesinado por cualquier musulmán que se cruce en su camino

  • E
    Emilezolacuso

    ¿Te imaginas? Formar parte de las "generaciones modernas", cuyo única ocupación, preocupación es EL MÓVIL y su EQUIPO de FÚTBOL. ¿Hijos bajo palio d unos padres a los q se la suda el nene con tal d q esté callado y contento y no los señale? Sin formación, preparación, sin sentido de las dignidades y con unas autoridades, líderes políticos y sociales q ni juntándolos a todos haces uno aprovechable y rentable.

    La sociedad tytianment: ENTRETENIMIENTO, OCIO, ESPECTÁCULO erradicando el sentido cultural, intelectual, capacidad crítica. El aborregamiento colectivo y la manipulación d semejantes manadas.

  • V
    vallecas

    La sociedad está infantilizada porque durante los últimos 40 años se han dado pasos en ese camino. Te encierran en casa y a las 8 de la tarde sales al balcón para aplaudir. .Han conseguido que todo lo que viene por la izquierda sea lo bueno y su no aceptación a "rajatabla" te convierte en islamófobo, tránsfobo, racista, machista, homófobo, fascista, negacionista..... Enhorabuena por el trabajo realizado con éxito.