Opinión

Radiografía de las arcas del Barça

Las cuentas de resultados no ganan títulos, pero la brecha con los principales competidores cada vez es más grande

  • Joan Laporta, presidente del FC Barcelona.


A estas alturas, son pocos los que desconocen que el FC Barcelona se encuentra inmerso en una compleja situación económica y jurídica. Ambas cuestiones están estrechamente relacionadas, pues muchas de las controversias legales del club han estado vinculadas precisamente a las normas reguladoras del control económico.

Sin embargo, en este artículo nos ceñiremos a las medidas que la entidad ha adoptado desde un punto de vista financiero y su repercusión en los años venideros. Creo que este momento -tras la arrolladora victoria del Barça en la final de la Supercopa de España- es más adecuado para abordar el tema que cuando el equipo atraviesa un bache deportivo, pues puede servir templar un optimismo desmesurado en lugar de parecer un ensañamiento oportunista.

Lo primero que debe hacerse para comprender lo que está sucediendo es detenerse en la naturaleza de la regulación de llamado fair play financiero. Su propósito es el de conseguir que el fútbol sea sostenible, evitando que los clubes, para poder competir, se vean obligados a endeudarse de manera continua e ilimitada.

Que esté excedido no quiere decir que no pueda inscribir, pues la Liga ha flexibilizado esta norma al liberar capacidad salarial por una porción del ahorro que se genere, pero se trata esta de una cuestión en la que no procede detenerse

Consiste, principalmente, en la imposición a cada equipo, en función de un presupuesto de ingresos y gastos, de un límite que no puede sobrepasar la suma de los salarios y las amortizaciones de los jugadores de la plantilla. El Barcelona lleva varias temporadas excedido de su límite salarial; es decir, que paga a sus jugadores más de lo que la Liga considera que puede permitirse de conformidad con los recursos económicos. De perpetuarse esa dinámica, el club no sería viable. [No obstante, que esté excedido no quiere decir que no pueda inscribir, pues la Liga ha flexibilizado esta norma al liberar capacidad salarial por una porción del ahorro que se genere, pero se trata esta de una cuestión en la que no procede detenerse].

Esa circunstancia ha supuesto considerables dificultades a la hora de inscribir a los jugadores que ha ido incorporando. Para sortear tales obstáculos, se han empleado diferentes fórmulas, a las que posteriormente la Liga ha tenido que adaptar su normativa.

La primera fueron las conocidas palancas. Con ellas, se vendió patrimonio del club, constriñendo los ingresos futuros a cambio de un presupuesto más elevado en la fecha en la que se produce la enajenación.

En el verano de 2022, el Barça, por un lado, vendió por 519 millones de euros el 25% de los derechos de televisión que le corresponden por las retransmisiones de la Liga durante los próximos 25 años. Por poner la cifra en perspectiva, el club percibió de la Liga 162,5 millones de euros en ese concepto durante la temporada 2023/24. Una cuarta parte de esa cantidad son aproximadamente 40 millones de euros.

Por otro lado, vendió el 49% de una empresa cuyo nombre ha ido cambiando (Barça Studios, Barça Visión) por 200 millones de euros, de los que cobraron en aquel verano los primeros 20, quedando pendientes tres pagos de 60 millones de euros. Esta operación ha terminado por resultar especialmente controvertida. Dejando a un lado la vertiente legal, a los efectos que aquí interesan lo que ocurrió fue que las diferentes contrapartes -pues han ido sucediéndose distintas empresas en dicha posición- han impagado de manera sistemática.

Como reacción, la Liga bloqueó los importes no cobrados desde que se produjo el vencimiento de los dos primeros pagos, lo que obligó al Barça a generar un ahorro salarial equivalente antes de poder inscribir a sus jugadores. El tercer pago está previsto para junio de 2025, y previsiblemente la Liga hará lo mismo.

El nuevo estadio, otro dolor de cabeza

En otro orden de cosas, el FC Barcelona ha decidido renovar su estadio recientemente. Para ello, y como es lógico, ha tenido que pedir financiación: 1.450 millones de euros de principal con un interés medio que ronda el 6%, lo eleva el coste final a alrededor de 2.800 millones de euros. A modo de comparación, los préstamos del Real Madrid para el nuevo Bernabéu incluyen 1.170 millones de euros de principal a un tipo medio del 3%, lo que sitúa el coste total en unos 1.750 millones de euros.

Por último, precisamente con el objetivo de poder inscribir a Dani Olmo, a finales del diciembre pasado, el Barça vendió la explotación de 470 palcos VIP de su futuro estadio durante los próximos 30 años por 100 millones de euros. Esta cantidad, que originalmente se estimó en 200 millones, no deja de ser una nueva palanca, con la que el club disfruta por adelantado de ingresos futuros.

Se concluye de lo relatado que el Barça dejará de percibir durante las próximas décadas el 25% de los derechos de televisión y los beneficios derivados de sus palcos VIP, deberá hacer frente a una elevada deuda procedente de su estadio y se enfrenta este verano al vencimiento del tercer y último plazo de pago de 60 millones de euros relativo a Barça Vision.

Las cuentas de resultados no ganan títulos, pero la brecha con los principales competidores cada vez es más grande.

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