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Opinión

El presidente más ausente

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Ya van dos. Dos plenarias del Parlamento europeo en las que el presidente del Gobierno español en funciones, a pesar del semestre español en el Consejo de Europa no asiste. Primera vez que esto sucede en la historia de la UE.

Estoy segura de que no pensaba renunciar a exhibirse en los foros de Bruselas y Estrasburgo, y ponerse mil medallas cerrando asuntos como Mercosur, ¡pero ay!!! por esas carambolas de la vida y sus desmedidos intereses y descomunal egolatría, decidió adelantar las elecciones lo que le ha complicado tanto el calendario como 'la pasarela'. ¿Cómo iba a encabezar Sánchez la primera plenaria bajo presidencia española en su condición de jefe de Gobierno en funciones? De ninguna manera, no fuera a ser que algún eurodiputado le amargara su speech en el turno de intervenciones de los grupos parlamentarios.

¿Y qué ocurre en esta segunda plenaria en Estrasburgo?. Lo mismo, vuelven a amargarle su rumboso paseíllo dado que su segunda vicepresidente en funciones no ha cesado de hacerle “arrumacos” al prófugo catalán y de prometerle el oro y el moro, motivo por el cual también se ha visto forzado a cancelar su presencia no fuere que algunos eurodiputados españoles le inquieran sobe la peregrinación de Yolanda Díaz a los pies de Puigdemont. Nadie se cree, por más que los portavoces oficiales repitan esa palinodia como papagayos, que se trató de una visita a título de 'dirigente de Sumar'. A otro perro, que no nos chupamos el dedo.

Inhabilitación especial

Y no deja de llamar la atención la versión que circula en forma insistente sobre que a la vicepresidenta quizás cabría aplicarle el Art.408 del Código Penal que proclama que “la autoridad o funcionario que, faltando a la obligación de su cargo, dejare intencionadamente de promover la persecución de los delitos de que tenga noticia o de sus responsables, incurrirá en la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años”

Y para remate de esta bufonada, el prófugo y su equipito nos deleitan estos días con una muestra icónica en el Parlamento Europeo que lleva por título, no se rían, por favor: “Exposición sobre las aportaciones de Cataluña al progreso social y político de Europa”. ¡¡Tal cual!. El Parlamento, en lógica reacción, hizo retirar la imagen de una urna de las utilizadas en el “referéndum del 2017” por violar las normas de la casa sobre el uso de los espacios destinados a estas iniciativas (a petición de la delegación de Ciudadanos). La respuesta del equipo del forajido ha sido lamentar "que les incomode una imagen que simboliza la libertad de expresión, la democracia y la autodeterminación de los pueblos”.

Entre tantos episodios fuera de programa, no resulta extraño el hecho de que Sánchez, pese a su condición de presidente del semestre europeo, no quiera dejarse ver estos días por las sedes del Parlamento de la UE, donde está a punto de convertirse en el titular más veces ausente en la historia de estos festejos.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • D
    damaschino

    La autora del artículo escribe mal la palabra speech

  • V
    vallecas

    Hay que darse cuenta a que nos estamos enfrentando. Por favor, dejen de utilizar palabras "biensonantes" a saber: honestidad, moralidad, respeto, solidaridad, responsabilidad, etc. cuando se trata de Pedro Sánchez.

    Este tipo no entiende el significado de todo esto, solo atenderá a la Ley y a la Constitución, dicho esto de modo peyorativo.
    Sánchez seguirá adelante y solo parará cuando el siguiente paso suponga que la Guardia Civil le detenga y le espose.

  • N
    Norne Gaest

    Muy interesante lo del artículo 408 del Código Penal.
    ¿Por qué no se quita de el "quizás" y se estudia como hacerlo, o sea, denunciar a Yolanda Díaz o quien haga falta por vía penal?

    Sobre las aportaciones de Cataluña al progreso social y político de Europa, no es de extrañar desde el momento en el que los nazionalistas han intentado hacer catalán a Colón o Cervantes.