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Opinión

La obligación de decir no

Reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE tras el 28-M
Reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE tras el 28-M

Se supone que unas elecciones generales tienen por objeto dilucidar la formación de un gobierno que haga frente a las necesidades del país en que se celebran. Sólo así se entiende la convocatoria de elecciones generales anticipadas para el 23 de julio que fijó el presidente Sánchez al día siguiente de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.

Pero aquí, en España, por desgracia se ha navegado en dirección contraria desde que fueron conocidos los resultados de las elecciones del 23 de julio.

El hecho de que las dos principales fuerzas políticas españolas -PP y PSOE- obtuvieran casi el 65% de los votos populares, de que obtuvieran casi el 74% de los escaños en el Congreso –258 sobre 350–, ha sido irrelevante a la hora de alcanzar un acuerdo de gobierno entre ambos partidos. Eso no ocurre en ningún otro país de Europa, donde la necesidad de concierto entre ambos partidos principales no se discutiría, y sin embargo sucede en España.

Sabe que la amnistía es inconstitucional, no porque lo diga uno mismo, sino porque medio gobierno con el Sr. Sánchez a la cabeza se hartó de decírnoslo a los españoles hasta el 23 de julio

La incapacidad para ponerse de acuerdo ambos partidos ha conducido a una situación deplorable e insoportable. El hecho de que el PSOE pretenda fiar su investidura en un golpista, delincuente prófugo de la justicia, el Sr. Puigdemont, es entender el mundo del revés. Un fugado que dirige un partido, Junts, con sólo el 1,6% del voto nacional, que es el quinto partido en Cataluña, por detrás también del PP en aquella comunidad, no puede pretender condicionar la política española y no es aceptable que se le confíe ese arbitrio.

Y ese Sr. Puigdemont, desahuciado, despreciado y perseguido antes de las elecciones del 23-J, y ahora en rehabilitación por el gobierno de España, pone unas condiciones enloquecidas, comenzando por la amnistía de sus propios delitos para seguir con la independencia de Cataluña invocando la vía de la unilateralidad, es decir, del golpe de estado.

Es claro que ante tal suma de desmanes el problema y la falta de cordura no reside en el Sr. Puigdemont, sino en quien pretende ostentar la presidencia del gobierno de España. Porque ante ese disparate la única salida inteligible del Sr. Sánchez es decir sencillamente “No”. Sabe que la amnistía es inconstitucional, no porque lo diga uno mismo, sino porque medio gobierno con el Sr. Sánchez a la cabeza se hartó de decírnoslo a los españoles hasta el 23 de julio.

Sabe que la amnistía de los golpistas catalanes sería un acto aberrante que borraría el abrazo de la reconciliación en el que se fundó la salida de la dictadura franquista mediante la amnistía de 1977, y toda la obra democrática posterior. Sabe que la amnistía rehabilitaría el golpe de estado del 1 de octubre de 2017 y proporcionaría impunidad indebida a sus autores. Y que los efectos de esa impunidad serían demoledores para las Fuerzas de Seguridad del Estado, abandonadas a su suerte, y deslegitimadores para el poder judicial que hizo bien su trabajo después de aquellos hechos. Y que sería desastrosa para la mayoría de la población catalana, ajena al independentismo.

De nada sirve referir que se trata de “pasar página”, cuando parece que nada se ha leído y que, además, en ese pasar página se pueda acabar incendiando el libro y la biblioteca entera

Que la amnistía, en suma, se convierte en un acto de humillación hacia los ciudadanos que entienden que fuera de la ley sólo queda la jungla y la arbitrariedad.

Esta actitud del gobierno, que no dice “No”, ha tenido el efecto de envalentonar a un independentismo que perdió 700.000 votos en las elecciones del 23 de julio. Dar la llave de la formación de un gobierno en España a esa gente constituye una temeridad inadmisible.

En suma, esta situación interpela al gobierno de España, inmerso hasta ahora en una cháchara que a nada conduce. De nada sirve referir que se trata de “pasar página”, cuando parece que nada se ha leído y que, además, en ese pasar página se pueda acabar incendiando el libro y la biblioteca entera. “Desjudicializar” es otro término vacío de cualquier contenido: ¿desde cuándo los tribunales no tienen por función, constitucionalmente establecida, perseguir los delitos?. Como es término vacío expresar que todo se hará dentro de la “Constitución”, cuando es el gobierno mismo el que se ha cansado de decirnos a todos, hasta la misma fecha electoral, que la amnistía es inconstitucional.

Cuando observamos a los independentistas catalanes, tan ufanos de la barbaridad que hicieron y pretenden volver a hacer, el resultado es claro. Es un disparate seguir en ese proceso marcado por integristas y neocarlistas que nos devuelven a lo peor de la historia de España, a lo más tenebroso de la persecución de las conductas libres de los ciudadanos.

Lo interpela porque, una vez enredado el PSOE en los desatinos de tal integrismo, se deslizaría por una pendiente reaccionaria

Y la situación interpela al partido socialista más allá de la gran cantidad de voces de dirigentes históricos de ese partido, y que forman parte ya de su mejor historia, que estos días han denunciado esta situación. Lo interpela porque, una vez enredado el PSOE en los desatinos de tal integrismo, se deslizaría por una pendiente reaccionaria. Si pactase con los carlistas catalanes, sería ya un partido casi inerte, anestesiado, sin apenas masa ética ni intelectual que diera cuerpo a sus principios y obligaciones. Sería un partido, a plazo, cercano a su propia decadencia. A la irrelevancia.

Aceptar la receta envenenada de los supremacistas, envenena la mejor historia del PSOE. Y saber decir “No”, que no todo vale con el objetivo de permanecer en el gobierno, es la exigencia ética inevitable para no caer en el precipicio.

Es conveniente volver a releer a Agustí Calvet, alias Gaziel, el más lúcido e inteligente periodista catalanista del siglo XX y de lo que llevamos de este siglo XXI. Sus citas son inacabables, de una gran brillantez. Véase como botón de muestra: La historia de Cataluña es esto: cada vez que el destino nos coloca en una de esas encrucijadas decisivas, en que los pueblos han de escoger, entre varios caminos, el de su salvación y su encumbramiento, nosotros, los catalanes, nos metemos fatalmente, voluntariamente, estúpidamente, en un callejón sin salida”. Lo escribió Gaziel a los pocos días del golpe de Companys en Barcelona, en octubre de 1934. Sus palabras resultan de una actualidad extraordinaria.

Es justo lo que sucede ahora, a la vista de todos. Un independentismo arrogante e imposible, que escoge el peor de los caminos y trata de meter ahora en un callejón sin salida a quien pretende gobernar España y así a la nación entera.

Debemos salir de ahí, de esa vía a ninguna parte distinta de la discordia, del enfrentamiento y de la fatalidad. Para cambiar ese destino funesto, que es evitable, pónganse de acuerdo los dos grandes partidos españoles, que recogen la voluntad de casi dos tercios del voto nacional.

Y si ese acuerdo fuera imposible, recúrrase al mal menor, la celebración de otras elecciones generales que sirvan para su auténtica finalidad: dilucidar la formación de un gobierno que afronte las necesidades de los españoles.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • G
    Gorrono52

    no es cierto que el comentario este duplicado…
    Si la amnistia convierte a la Constitucion y al regimen en ilegal e ilegitimo..que impedira que tengamos que pedir perdon a eta,no solo sacarlos de la carcel..sino imdemnizarlos?

  • G
    Gorrono52

    A alguien se le ha ocurrido,que. una amnistia fuera de la Constitucion,condena lo que votamos en el 78 y la transicion,como un regimen ilegal!…..y que mañana Eta y sus esbirros exigiran tambien que se les pida perdon,y se les imdemnice??

  • E
    egv50mh51

    Con todo el respeto y admiración, José María, no estoy de acuerdo en absoluto en el comentario: "la incapacidad para ponerse de acuerdo ambos partidos ha conducido a una situación deplorable e insoportable", la única incapacidad, que raya en odio y animadversión es la de Sánchez, que nunca ha contado, ni contará con el PP, está más comodo con los separatistas y comunistas. Estoy seguro de que si hubiese sido por el PP tendríamos acuerdo. Es más, Feijóo le ofreció gobernar dos años cada uno, un ofrecimiento, a mi entender, generoso. Todo era cuestión de hablarlo y darle forma, y así, prescindir de los enemigos de España.

  • T
    Talleyrand

    El articulo describe perfectamente las consecuencias de los deseos de Sanchez y el riesgo para los españoles.
    pero obvia lo principal:

    Cada dia esta mas claro que el tapado del golpe de estado fracasado del 17 es Sanchez con Zapatero detrás.

    El golpe contra el Estado, contra la Constitución y contra los españoles lo esta dando el psoe con el personaje funesto que lo dirige a la cabeza y con unas bases totalmente podemizadas.

    Por eso habra amnistia y el Estado se romperá. Se derogaran de facto las leyes molestas y se intentara crear unas nuevas por la fuerza a medida del nuevo regimen. Eso se intento en Cataluña y se va a intentar en España.

    A partir de ahi todo es posible, como en el 36.

  • M
    MR

    Lei que Trump podia llegar a Presidente aun estando en la carcel y luego autoaministiarse. Me parecio una barbaridad, una situacion que a los legisladores ni se les hubiera pasado por la cabeza. Pues ya ves, Puigdemont lo supera.

  • V
    vallecas

    Su cinismo, D. José María es inmenso. Indignante.

    Felipe González voto a Sánchez y Felipe González le volverá a votar.
    Es "intolerable" pactar con Puigdemont, pero perfectamente asumible hacerlo con Otegui.
    Son ustedes lo peor de la política, lo peor de la sociedad.
    ¿Qué más tiene que hacer Sánchez para que se den cuenta de su naturaleza?
    Yo le "calé" enseguida, en mi barrio hay muchos como él.

    Pedro le ha dicho Carles; "Te daré TODO lo que esté en mi mano"
    Ya está. Ese es el pacto, y si puede "colar" la amnistía aunque sea "travestida" de Constitucionalidad lo hará sin DUDA ALGUNA.

    • Y
      yameacordare758

      No sería mala idea informarse sobre el personaje antes de entrar en descalificaciones: " Su cinismo, D. José María es inmenso. Indignante ..." por afirmaciones como ésta puede uno considerarle a Vd. un descerebrado ¿de qué cinismo habla? ¿cómo es tan torpe de decir que es perfectamente asumible pactar con Otegui al hijo de un asesinado por ETA, al que rompió su carnet socialista cuando vió la foto de diciembre del 2018 de Mendía, lider de los socioslistos vascos, preparando una cena de navidad con Otegui ? .
      Jose María Múgica ha dado muestras de estar en total desacuerdo con el acercamiento sociolisto a los proetarras de Bildu, pero, claro.... era socialista y por ellos hay que condenarlo... Vd. no tiene ni dos dedos de frente y no sé que pintan rancias opiniones (las hay en demasía) como la suya, en un periódico de bandera liberal, en fin...

    • Y
      yameacordare758

      Lea un poco antes de decir barbaridades.

      https://www.europapress.es/nacional/noticia-jose-maria-mugica-dice-psoe-perdido-memoria-convertido-carcasa-no-sirve-nada-20201201110356.html
      https://www.larazon.es/espana/20220715/esh6vleamra73de76sxvnajnom.html

  • J
    jgarejula2

    "...sería un acto aberrante que borraría el abrazo de la reconciliación..." Exactamente de eso se trata, de volver al ambiente de enfrentamiento en el que el P$O€ repta como pez en el agua pues su elemento. Fue el P$O€ el que provocó la Guerra Civil y es el P$O€ el que nos quiere llevar a ella.

  • L
    Leonidas

    El PSOE de Sánchez quiere ganar una guerra civil que perdió junto a comunistas y catanazis y creen que ésto es un juego que no pasará nada. Pero si pasa y no será bueno. Es un gobierno de delincuentes y deberían estar procesados por traidores y corruptos. O eso o vamos al desastre

  • R
    RafaR

    El problema de España se llama PSOE

    • R
      RafaR

      Hasta que ese partido no sea reducido a cenizas no conseguiremos avanzar. El partido reducido a cenizas, y sus dirigentes y militantes excluidos de cualquier posibilidad de volver a participar en política (hasta el derecho a voto les retiraba).