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Opinión

El 42% de incertidumbre 'trabaja' para el tripartito

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Nadie se atreve a descartar todavía que gobierne un alicaído PP al que todos los sondeos pronostican una debacle el próximo 28 de abril a manos del PSOE. Y si eso es así, ¿cómo es posible que un Pablo Casado por debajo de los 90 escaños, o menos, pueda acabar en La Moncloa? Pues por la misma razón por la que Juan Manuel Moreno Bonilla, que obtuvo el pasado 2 de diciembre el peor resultado histórico del PP en unas autonómicas, es hoy presidente de la Junta de Andalucía y Susana Díaz, la ganadora, está en la oposición. Porque las encuestas que pronostican esa debacle de Casado también reflejan -en el caso del CIS- que un 25,3% todavía no sabe si irá a votar y otro 17% no contesta qué.

Buena parte de ese 42% total no se quedará en casa el día de las elecciones -no hay elecciones generales con un 58% de participación, todas son del 67% para arriba-; es lo que los expertos llaman voto oculto. Un sufragio que, mayormente, creen que en esta ocasión irá a formaciones de centro-derecha o de ultraderecha.

Ya están 'decididos' el primero (PSOE) y el segundo (PP). Pero la clave es dónde va a quedar Vox: ¿Quinto tras Podemos? ¿Cuarto tras Ciudadanos?...¿Tercero?

Al PP, reconocía este mismo miércoles el presidente del CIS, José Félix Tezanos, le va a ir mejor de lo que su propio organismo ha dictaminado en la macroencuesta que vaticina a los socialistas distintas formas de gobierno. Puro olfato de viejo corredor de fondo de la política. Eso no va a a alterar su segundo puesto tras un Pedro Sánchez que hace meses le dejó atrás. Casado, dicen los sociólogos, difícilmente superará 85/90 escaños, cifra preocupante -Mariano Rajoy le dejó el Grupo Popular con 135 diputados- si no fuera porque otra parte de ese voto oculto irá a Vox, clave en estos comicios.

Los socialistas esperan que la formación de Abascal no convierta todos sus sufragios en escaños propios a costa de los que va a perder Podemos -de 71 a 40-, pero ¿y si lo logra?. Si así fuera, y Abascal queda cuarto o tercero por delante de Ciudadanos, Sánchez y el PSOE tienen un problema. Porque entonces, el tripartito, con Casado al frente, suma.

No hay datos fiables en una época líquida donde se espera hasta el último día para decidir -algo de eso ocurrió en Andalucía-, pero en los estados mayores de los partidos, donde está el corazón de las campañas, asombra la capacidad de movilización del partido verde y de ese Abascal improvisando mítines porque la gente no entra en el aforo elegido. Pasó en Santander, en Cuenca y este martes en Córdoba. Veremos... 

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