Con el Pacto Verde y su plan REPowerEU, la UE es pionera en la transición mundial hacia una energía limpia. Esta transición no solo responde a las preocupaciones medioambientales, sino que también es vital desde una perspectiva social y garantiza el acceso a una energía asequible para todos.
El año pasado, la UE encabezó el despliegue mundial de las energías renovables, junto con China y por delante de los Estados Unidos. La energía eólica y solar representaron el 22 % de la producción de electricidad de la UE, superando el gas natural por primera vez.
Sin embargo, este liderazgo en materia de energías renovables no va acompañado de una posición igualmente fuerte en la fabricación de tecnologías energéticas de cero emisiones netas. La cuestión de cómo garantizar una base industrial sólida en la UE en este sector, que se encuentra en una fase de rápido crecimiento, y asegurar nuestra autonomía estratégica sin crear dependencias nuevas es una prioridad absoluta.
En este debate hay un factor que a menudo se pasa por alto: la importancia del capital humano. El informe de 2023 sobre la competitividad de las tecnologías limpias que acaba de publicar la Comisión Europea nos ofrece un claro recordatorio.
La UE tendrá que crear 3,5 millones de nuevos puestos de trabajo de calidad en el sector de las energías renovables para cumplir sus objetivos. Esto significa más del doble de la mano de obra existente.
El empleo en el sector de las energías renovables de la UE alcanzó los 1,5 millones en 2021, un aumento del 12 % en comparación con 2020, superando el crecimiento del empleo en el conjunto de la economía. Sin embargo, la tasa de vacantes de empleo en la fabricación de energía limpia se duplicó entre 2019 y 2023, lo que dio lugar a una gran escasez de personal cualificado.
Hemos iniciado varias asociaciones entre el sector público y el privado para favorecer el perfeccionamiento y el reciclaje profesional de nuestra mano de obra, en particular en los ámbitos digital, ecológico y técnico
La energía y la fabricación se encuentran entre los sectores con las necesidades de formación más altas en términos de capacidades técnicas y específicas de cada trabajo. Así, más de la mitad de la mano de obra necesita mejorar sus capacidades. Tenemos que hacer algo para invertir esta tendencia.
La UE celebra el Año Europeo de las Competencias, que se puso en marcha en mayo de 2023. Se trata de un año dedicado a la transición hacia una cultura de la formación continua y a la promoción de la ejecución de las políticas en materia de capacidades en toda la UE.
En el marco del Pacto Europeo por las Capacidades, hemos iniciado varias asociaciones entre el sector público y el privado para favorecer el perfeccionamiento y el reciclaje profesional de nuestra mano de obra, en particular en los ámbitos digital, ecológico y técnico. Esas asociaciones reúnen a empresarios, sindicatos, servicios públicos de empleo, autoridades regionales y otras partes para determinar qué capacidades se necesitan en los distintos sectores de la economía y para comprometerse a impartir formaciones. Hasta la fecha, el Pacto cuenta con más de 1 500 miembros, con 18 asociaciones a gran escala. Los miembros del Pacto han invertido alrededor de 160 millones de euros en actividades de formación hasta el momento, y ya se han beneficiado 2 millones de personas.
Los fondos de la UE también desempeñan un papel fundamental en la revolución de las capacidades de Europa. En total, los fondos de la UE representan alrededor de 65 000 millones de euros para invertir en programas de capacidades. Los planes nacionales de energía y clima también ofrecen a los Estados miembros una herramienta útil para la planificación estratégica de las capacidades relacionadas con la energía.
A principios de este año, la Comisión Europea presentó el Plan Industrial del Pacto Verde y la Ley sobre la industria de cero emisiones netas. Ambos fomentarán la competitividad de la UE mediante la aceleración de la concesión de permisos, la facilitación del acceso a la financiación y la mejora del desarrollo de capacidades en la UE. Una Academia de Capacidades creada en 2022 por la Alianza Europea de Baterías ya coordina el reciclaje profesional a escala europea al ofrecer formación de alta calidad en todos los Estados miembros para satisfacer la demanda de unos 800 000 trabajadores cualificados necesarios en este sector en crecimiento. A través de la Ley sobre la industria de cero emisiones netas, otros sectores de cero emisiones netas seguirán su ejemplo.
Las inversiones en las capacidades de la mano de obra deben adaptarse para aumentar la participación de las mujeres en estos nuevos puestos de trabajo de tecnología limpia
El reciclaje y el perfeccionamiento profesional deben prestar especial atención a cómo atraer a más mujeres a los sectores en cuestión. El sector energético de la UE se enfrenta a una brecha de género en el empleo que perdura, puesto que en 2022 tan solo el 26,6 % de la mano de obra en el sector de la electricidad, el gas, el vapor y el aire acondicionado estaba compuesto por mujeres. Por ello, las inversiones en las capacidades de la mano de obra deben adaptarse para aumentar la participación de las mujeres en estos nuevos puestos de trabajo de tecnología limpia, empezando por campañas en las escuelas para conseguir que más niñas participen en las asignaturas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM).
La transición hacia una energía limpia ofrece una oportunidad sin precedentes para la creación de empleos de calidad. Para cosechar los beneficios para nuestros trabajadores, tenemos que hacer una gran inversión en las personas. Ahora es el momento de que los Estados miembros de la UE adopten un enfoque prospectivo y pongan en marcha políticas activas y sostenibles del mercado de trabajo para garantizar que, en los próximos años, Europa cuente con una mano de obra cualificada en aquellos sectores en los que es necesaria, como la ciencia, la ingeniería y la instalación, entre otros, a fin de construir un futuro energéticamente limpio.
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Nadie le hace un comentario Dª Kadri y D. Nicolás, porque aquí tenemos problemas reales y acuciantes y no nos interesan columnas escritas desde Disneyland.