Quantcast

Opinión

La derecha y los calvos

¿Qué más tiene que hacer para que entendamos de una vez que lo único que le preocupa a Pedro Sánchez es Pedro Sánchez?

Moción y querella: la ofensiva de Abascal contra Sánchez que le desmarca de Feijóo
Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal Europa Press

Hay cuestiones filosóficas que suelen parecer irrelevantes a los no iniciados (o no interesados). Si les expongo una de ellas quizá dejen de leer, aunque les prometa que su importancia, aplicada a la práctica, es toda. Por ejemplo, la definición de conceptos, clave en teoría del conocimiento, ontología y metafísica. Definir algo implica delimitarlo, poner fronteras claras. El blanco no puede ser negro, y viceversa. Una demostración clara de su relevancia aplicada a cuestiones políticas sería la cuestión trans. Para no caer en sexismos (que es lo que acaba haciendo el feminismo queer), distinguimos entre hombre y mujer recurriendo a lo biológico, que es lo único que siempre es común a cada sexo: los hombres son XY y las mujeres somos XX. Si, como algunos pretenden, una mujer es la que se siente mujer y hace cosas supuestamente femeninas (maquillarse, usar determinados cortes de pelo y forma de vestir) no sólo caemos en estereotipos sexistas, sino que dejamos fuera a quienes, no encajando en esa definición, sí son mujeres en términos biológicos. Hasta aquí la explicación es sencilla, tanto la relevancia de la cuestión filosófica como su aplicación práctica.

Ahora bien, en otros aspectos la materia no es tan dicotómica, porque la realidad no lo es. Ahí se demuestra la altura intelectual del filósofo que encara la cuestión, especialmente en lo que se refiere a su traslación a problemas reales. Empecemos por un ejemplo sencillo: la diferencia entre estar calvo y no estarlo. A casi nadie se le cae el pelo de golpe. De hecho, pocas personas pierden todo el cabello a no ser que medie una enfermedad o tratamiento médico. ¿Cuándo, entonces, consideramos que alguien ya está calvo, en un sentido coloquial del término? ¿Cuando tiene entradas prominentes, tanto que acaban consistiendo tan sólo en una salida? ¿Cómo de ancha -o estrecha- debe ser ésta para decidir si es una salida generosa y no unas entradas elegantes? Luego está la cuestión de la edad. Consideramos sexy una salida ancha y plateada si se luce a los sesenta y, sin embargo, resulta toda una fatalidad en la treintena. Aquí entra en juego la doctrina de Heráclito -nada es, todo fluye- que fue adecuadamente rescatada por Aristóteles y su doctrina sobre las diferentes formas del ser.

¿Nos cuesta tanto entender -porque lo ha demostrado en numerables ocasiones- que para él no hay obstáculo sobre la tierra -menos aún la ley- que le impida salirse con la suya?

¿Y qué tendrá que ver la derecha con los calvos, Heráclito y Aristóteles? Todo. Llevamos días escandalizados con los últimos movimientos del Gobierno, y me pregunto por qué. Si hay algo de bueno en nuestro presidente es que resulta absolutamente previsible, como lo son las primeras pérdidas de cabello. ¿Qué más tiene que hacer para que entendamos de una vez que lo único que le preocupa a Pedro Sánchez es Pedro Sánchez? ¿Cuántas mentiras y asaltos a la ley, cuantos pelos tienen que caer para asumir la realidad? ¿Nos cuesta tanto entender -porque lo ha demostrado en numerables ocasiones- que para él no hay obstáculo sobre la tierra -menos aún la ley- que le impida salirse con la suya? La mayoría de los políticos de derechas -y sus votantes- parecen ese treintañero que se observa cada mañana en el espejo y se dice “son sólo unos pelillos, mi melena sigue intacta”, mientras ignora las nobles calvas de su padre y abuelos. Deposita sus esperanzas en Turquía, llegado el momento se dará un garbeo por allá, problema resuelto. Largo me lo fiais. Por lo visto, tampoco le inquieta Nadal, su infortunio le es ajeno. El siguiente movimiento será dejar de mirarse en el espejo, ojos que no ven, corazón que no sufre. Hasta que un día descubra en un selfie ajeno en el que aparezca él de espaldas que su cabeza empieza a parecerse más a la de un monje benedictino que a la melenaza de la que presumía con veinte años. ¿Qué hará entonces? Nada. Lamentarse. La derecha y los calvos suelen ser así.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • T
    Toni Besalduch

    Primero te doy las gracias Mariona por tus artículos, donde en un contexto de actualidad introduces unos matices filosóficos que me han ayudado a entender la utilidad de esta materia.
    En segundo lugar, estoy totalmente de acuerdo con la opinión de "vallecas"

  • V
    Ventr1l0cu0

    Muy interesante el artículo. Ahora sólo queda ser coherente y, en una próxima entrada, aplicarlo.
    Por favor, defina con un mínimo rigor (económico, político y social) izquierda y derecha. A ver qué pasa. Creo que nos vamos a llevar una enorme sorpresa.
    Una pista: ¿qué pasa con la propiedad privada, colectiva o estatal de los medios de producción, financiación, comunicación y comercialización?

  • V
    vallecas

    Es que esto no va de la verdad y la razón. Cuando el votante se mueve por percepciones la lógica no funciona.
    La gente es buena y confiada (torpe y manipulable) y serán lo que los "medios" les digan que sean.
    Serán lo que TVE, A3. Cuatro, Telecinco, La Sexta, El País. TV3 etc, les digan que sean.
    Cuando en un País (España) resulta que es contraproducente denunciar abiertamente y echar a un acreditado embustero trilero porque se vuelve en tu contra es que ese país esta no funciona.

    Para ganar a Pedro Sánchez hay que entender las motivaciones (percepciones) del votante.

  • K
    KVLT

    Bald Lifes Matter!