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Opinión

El dardo de Arranz

Menos mal que Sánchez es doctor en diplomacia económica…

El oscurantismo y la altanería con la que ha actuado Sánchez con el Sáhara Occidental vuelve a evidenciar su particular estilo de gobierno, que mezcla el personalismo con un evidente desprecio al resto de las opciones políticas

Sánchez irá al estado de la nación sin votar el pacto con EEUU para no romper con sus socios
Pedro Sánchez en el Congreso. Efe

No era sencillo superar a Godoy como el gerifalte más nefasto de la Historia contemporánea de España, pero Pedro Sánchez parece dispuesto a superarlo. Seguramente, lo del Sáhara Occidental no tendrá consecuencias tan nefastas como el Tratado de Fontainebleau, pero en ambos casos sobrevuela la sospecha acerca de si quienes tomaron ambas decisiones pecaron de ingenuos o escondían intenciones que no revelaron. Piensa mal y acertarás.

Porque hay que ser muy iluso para considerar que la cesión a las pretensiones del rey marroquí en este asunto se ha producido a cambio de nada o que es fruto del fracaso de la diplomacia durante los últimos 47 años. ¿Por qué ahora? ¿Hay que creerse que Sánchez se levantó una mañana, descubrió un error histórico en política nacional y decidió llamar a la contraparte para anunciar su cambio de postura? Estos virajes suelen estar impulsados por condiciones y compromisos. Sánchez los obvió en su comparecencia en el Congreso y, claro... algo huele a podrido aquí.

Hubiera sido lógico que el comunicado del Gobierno español sobre el Sáhara Occidental hubiera podido hablar del compromiso de Mohamed VI para abandonar sus pretensiones territoriales sobre Ceuta, Melilla o Canarias. O para reactivar el comercio al 100% en las zonas fronterizas. O para minimizar el efecto sobre España de los movimientos migratorios africanos, pero con algún compromiso sobre los medios económicos, humanos y técnicos a utilizar.

Nada de eso se concretó. Todo fue etéreo y vaporoso. Sánchez defendió el miércoles en el Congreso que el cambio en las relaciones internacionales es positivo para España, pero no lo refrendó con datos. Existe una lamentable costumbre tercermundista en la vida pública española de anunciar proyectos sin memoria justificativa. Eso equivale a creer en que el fuego fatuo aparece para rescatar a quienes son presa de las tormentas.

Sánchez y el Sáhara

Lo que ocurre en la antigua colonia española es complejo y parece que Sánchez está incapacitado para gestionarlo, dado que requiere buen pulso y sapiencia. El Frente Polisario no surgió exclusivamente por una aspiración nacionalista, sino por los intereses de Estados Unidos, Marruecos y Mauritania en las materias primas de la zona. Entre ellas, hierro, fosfatos e hidrocarburos. Poco antes de morir Franco, el príncipe Juan Carlos I auspició el abandono del Sáhara español a cambio del apoyo norteamericano a su proyecto político. También de la cordialidad de Hassan II. Se pasaron por el forro el criterio de la ONU, pero España, al menos, obtuvo algo. Se actuó con astucia. ¿Qué es lo que ha guiado la toma de la última decisión sobre el Sáhara y por qué se oculta? ¿Hay que asumir que la cesión actual es gratuita o que el Gobierno ha pactado algo que no ha revelado con Mohamed VI?

El oscurantismo y la altanería con la que ha actuado Sánchez en este asunto vuelve a evidenciar su particular estilo de gobierno, que mezcla el personalismo con un evidente desprecio al resto de las opciones políticas. Incluidos sus socios en Moncloa, a los que ocultó sus planes con el Sáhara. 

Si Sánchez y su equipo acertaran en sus decisiones, sus errores podrían tolerarse, dado que, a fin de cuentas, ayudarían a mejorar la vida de sus ciudadanos. El problema es que el presidente es torpe, como todos los hombres que pierden más tiempo en auto-reivindicarse y atajar falsos amotinamientos que en muscular su cerebro. Sólo un profundo desconocedor de la política internacional puede llegar a pensar que un regalo a un vecino que está en guerra con otro país va a tener un efecto irrelevante sobre las relaciones con el tercero.

Es lo que ha sucedido con Argelia, que lleva varias décadas batallando con Marruecos por los territorios saharauis y que considera que ha sido traicionada. En realidad, lo ha sido. Los dos países norteafricanos han realizado todo tipo de movimientos y triquiñuelas durante la época reciente para ganar influencia en el territorio desértico que reclama el Frente Polisario, que han incluido censos irregulares, migraciones sospechosas y navajazos por la espalda. Por eso, Marruecos -que llegó a emplear napalm en el Sáhara- nunca ha querido el referéndum que recomendó la ONU. Porque se exponía a perderlo, entre otras cosas, por las dificultades para que se celebrara sin las trampas del vecino.

Inutilidad en el exterior

Lo lógico hubiera sido que España apelara a lo dicho por ese ente superior, que son las Naciones Unidas, para no mancharse más las manos sobre un territorio que descolonizó hace casi medio siglo. Quizás sería la mejor forma de mantener un equilibrio con Argelia -potencia energética a la que España necesita este momento- y Marruecos, cuyas reclamaciones territoriales nunca van a parar. Ni ahora, ni antes. Ni mucho menos si en el futuro se mantienen las incertidumbres económicas que afectan al país de Mohamed VI. Siempre es más sencillo para el tirano buscar a un enemigo exterior con el que distraer la atención que enfrentarse a la ira de los súbditos.

¿Por qué ha hecho esto Sánchez de forma unilateral, con nocturnidad y alevosía? Es una gran pregunta. Seguramente, la respuesta tenga un alto componente energético, toda vez que los países árabes -las teocracias incluidas- están a favor de que Marruecos controle el Sáhara Occidental. Hay 22 Estados musulmanes que así lo defienden. Si la decisión se explica en ese factor, Sánchez debería explicarlo. No gobierna por él ni para él, sino para garantizar el proceso de una nación. Por otra parte, si todo forma parte de una estrategia de Europa para acercar Italia a Argelia y mejorar la sintonía entre Marruecos y España -esta última, dañada por la torpeza de la operación Ghali-, también debería trascender.

De este modo, con la información que hay sobre la mesa, lo que parece es que Sánchez ha cedido en el tema del Sáhara Occidental sin contraprestación alguna, lo que le ha valido la enemistad con Argelia, con las consecuencias para el suministro de productos como el gas que eso puede suponer. Deben estar en Naturgy que se tiran de los pelos con el golpe a su negocio que pueden suponer las represalias argelinas. ¿Y los ciudadanos? Que se preparen para que este patético trampantojo geopolítico derive en una nueva subida del precio de los carburantes. Porque, sí... todo esto sucede en la mayor crisis energética desde la década de 1970.

El autor (o mejor dicho, el firmante) de una tesis sobre la diplomacia económica internacional ha cometido un error tan grande y absurdo que quizás la universidad que le evaluó debería plantearse quitarle el honor de doctor. Qué país. Y qué nefasto líder.

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  • W
    Wesly

    A ver Sr. Arranz, no moleste, no estorbe.

    A quién se le ocurre cuestionar las decisiones personales del líder supremo, quien, como buen aspirante a tirano ensolutista, no tiene intencion alguna de justificar sus decisiones. Faltaría más.

    Al Parlamento, a los medios de comunicación, a los súbditos, un tirano que se precie no tiene porqué dar explicación verosímil alguna.

  • S
    S.Johnson

    El señor Arranz creo que se equivoca... No sabemos nada de este asunto, es cierto, pero no saber nada solo significa eso, no saber nada.
    Aunque algo sí que sabemos, estamos del lado de EEUU, Israel, de Europa y de todos o los principales Estados musulmanes, que no es poco.
    Que dé la impresión, o la certeza, de que el Líder Inmarcesible va pisando todos y cada uno de los charcos, por embarrados y profundos que sean, que se encuentra en el camino y alrededores es otra cosa...

  • E
    eddo

    por cierto estuvo el doctor en economía con tesis amañada en Senegal esta pasada primavera en visita oficial, resulta que un grupo de españoles de una pesquera de Euskalerria estaban también, imposibilitados por el gobierno senegalés, pidieron ayuda a la embajada, así durante más de 5 meses, ni el autonómico ni el del doctor, que estuvo, se han preocupado porque es un asunto privado entre unos ciudadanos de la UE y Senegal.

    • K
      Kj26

      Hay algo que haya hecho bien Sanchez?

      Entendiendo por hacer bien, hacer algo en beneficio de 'todos' los españoles, no de algunos.

  • E
    eddo

    Lo de Juan Carlos los Nixon y Ford, Kissinger, es cierto y le agradezco su atrevimiento, pero olvida los muertos del F P a españoles, le recomiendo que busque unas asociaciones canarias de familiares de pescadores desparecidos en aguas del Sahara, le informaran.

  • V
    Variopinto

    Un par de insidias. Entonces, si el problema de nuestra vecindad con Argelia es Antonio, ¿si se fuera Antonio volveríamos a tener un vecino que controle pateras y que no pondría problemas a vendernos sus productos?. Y la segunda es que con estos hechos (más otros muchos) además de ser un mentiroso de manual, Antonio el doctor ha demostrado que tampoco tiene un pase como estratega ¿que organismo internacional lo va a acoger "por sus competencias" cuando nos dé la espantada (que la dará)?

    • G
      giledu

      ¿Y de qué están llenos los organismos internacionales? De elefantes al cementerio. Algunos vuelven, para fastidiar, como Iglesias y otros para revolucionar (jajaja) un partido, como Pons.