No es fácil retirarse trabajando activamente llegada la edad legal de jubilación. Cada vez son menos los que lo consiguen. La tendencia a rejuvenecer las plantillas al precio que sea, implantada desde hace ya alguna década en las grandes empresas, está cambiando la fotografía fija del mercado laboral español año tras año. Hace unos días, el Gobierno anunciaba la enésima reforma laboral de los últimos años. Como todas las últimas, tiene como objetivo principal ampliar la cobertura, la duración y el importe de las prestaciones por desempleo tanto en su parte contributiva como asistencial, consideraciones que priman sobre la reincoporación al mercado lo antes posible.
El Ejecutivo ha 'vendido' la reforma, que quedó parada en el mes de enero por el rechazo de Podemos, como algo necesario para fomentar la reincorporación al mercado laboral de los desempleados, especialmente los de larga duración y los más mayores, mediante la posibilidad de compatibilizar el cobro de una prestación o subsidio con el desempeño de un puesto de trabajo simultáneamente. Si el paro juvenil sigue siendo la asignatura pendiente del mercado laboral español, la vuelta al trabajo de quienes lo perdieron y tienen más de 45 años se ha convertido en la patata caliente.
En su opinión, ampliar la cobertura del subsidio por desempleo y simultanear el cobro del paro con un puesto de trabajo remunerado “daría alicientes a aquellos perceptores que rechazan un puesto de trabajo hasta que agotan totalmente el tiempo de cobrar una prestación contributiva”. Los resultados, obviamente están por verse, pero la realidad del mercado laboral español, y sobre todo las cifras, no permite ser muy optimista.
A cierre del pasado mes de abril, había en España 2.666.500 parados registrados en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal. De esa cifra. 1.537.315 eran mayores de 45, lo que representa el 57,65% del total. De esta cifra, el 60,78% son mujeres (934.368) y el 39,22% restante (602.947), hombres. En resumen, el 35% de todas las mujeres desempleadas tiene más de 45 años y el 22,6% de los hombres. En el caso de los trabajadores extranjeros, los datos varían sustancialmente: el 45,2% de los parados supera los 45 años.
Las regiones más problemáticas
Pero hay más estadísticas que refuerzan la idea de que a partir de una determinada edad se hace cada vez más difícil reintegrarse al mercado laboral. Cuando se analiza con detalle el reparto del número de parados mayores de 45 años por comunidades se observa que en Canarias, el 61,36% de los desempleados tienes más de esa edad, situación que se repite en Galicia (61,26%), La Rioja (60,66%) y Asturias (60,55%). Otras cinco regiones tienen sus porcentajes entre el 58 y el 59%.
En nuestro país hay, además, 247.064 parados registrados en el SEPE que buscan su primer empleo. El problema no está en la magnitud de la cifra, sino en el hecho de 83.215 de ellos, la tercera parte del total, tiene más de 45 años y no ha trabajado nunca. El 81,43% son mujeres. Sólo en el año 2008 y durante diez meses, el número de parados sin empleo anterior bajó de 200.000. Cuatro años después, en plena crisis de la deuda soberana, alcanzó su máximo en 415.387.
La CEOE ha defendido siempre que un altísimo porcentaje de las personas que están apuntadas como paradas en el SEPE no tienen intención alguna de trabajar, aunque necesitan cumplir con esa exigencia para obtener determinados beneficios sociales, como descuentos en el transporte urbano de su ciudad, en el cine, teatros...
Sorprende que casi la tercera parte de los mayores de 45 años que no han trabajado nunca estén concentrados en Andalucía, con 26.613, según los registros del Ministerio de Trabajo y Economía Social. La siguiente comunidad con mayor porcentaje es Cataluña, con el 10,6%, seguida de la Comunidad Valenciana (9,82%) y Madrid (8,27%).
Parados que cobran prestación
Si en los datos de paro se nota el peso de los mayores en los porcentajes, en el de las prestaciones por desempleo se agudiza aún más. Las ultimas cifras del Ministerio de Trabajo corresponden al mes de marzo. A finales de ese mes un total de 1.794.934 personas cobran algún tipo de ayuda económica. Las prestaciones contributivas, las que se cobran por haber cotizado a la Seguridad Social el tiempo correspondiente, eran percibidas por 871.861 personas, el 48,57% del total. El resto, 923.073, el 51,43% cobrab an algún tipo de subsidio.
De todos los beneficiarios de prestaciones por desempleo, a finales de marzo de este año, 1.125.752 tenían más de 45 años, lo que equivale a decir el 62,72% del total. Por tipo de ayuda,cobraban la prestación contributiva 354.802 (el 43,96%); el subsidio de desempleo, 583.213 personas (77,35%); la renta agraria, circunscrita a las comunidades de Andalucía y Extremadura, 38.993 (60,12%); el subsidio agrario, 73.107 (el 95,55%) y la renta activa de inserción, 75.637 (81,7%). En total, 731.957 personas de más de 45 años cobraban algún tipo de subsidio, el 65% del total.
En marzo de 2019, por ejemplo, con 1,8 millones de beneficiarios de prestaciones por desempleo, 1,047 millones tenían más de 45 años (el 55,55%) y 694.657 de ellos cobraba un subsidio, el 66,3% del total. La diferencia es que entonces había 3,255 millones de parados y en marzo del pasado año 2,727 millones, 528.000 menos. El problema de la reinserción laboral de aquellas personas que tienen más de 45 años sigue sin resolverse desde hace muchos años.