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Opinión

El dardo de Arranz

Pedro Sánchez copia la estrategia chavista que mató a Iglesias

No son los medios de comunicación críticos con Sánchez los que han provocado que la población no se fíe del presidente, sino sus embustes, sus renuncios y sus indultos y reales decretos a traición

Relato del político incómodo e inquebrantable
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece tras la reunión del Consejo de Ministros Extraordinario, en el Palacio de la Moncloa.

El diario El País publicaba este domingo una entrevista que se titulaba: “Ni hay interferencias, ni habrá injerencias mientras sea presidente”. Su protagonista era Marc Murtra, el líder de Indra. Es decir, la empresa cuyo Consejo de Administración había pasado a ser controlado por el Gobierno tras una trapacería en la Junta General de Accionistas que implicó el cese de cuatro consejeros independientes con nocturnidad y alevosía. Su precursor fue el fondo de inversión Amber Capital, cuyo dueño, Joseph Oughourlian, preside Prisa.

Resumiendo: el cóctel incluye a Moncloa, al máximo accionista de Prisa, a su periódico, al presidente ‘amigo’ de la empresa asaltada… Nada nuevo bajo el sol, pero nada especialmente sorprendente. Las páginas del domingo sirven para lo que sirven algunas veces.

El periódico que hace unas semanas recurrió a los audios de Villarejo para intentar que sus lectores apartaran la vista de Pegasus, de la inflación o del debilitamiento de las alianzas parlamentarias del PSOE salía al rescate del Ejecutivo otra vez –y de su máximo accionista- para tratar de negar la evidencia que planea sobre el escándalo de Indra. ¿Cuál es? Que el PSOE y sus adláteres están dispuestos a todo para cumplir sus planes. Caiga quien caiga y aunque sus maniobras –así fue la de Indra- transmitan a los inversores una falta de seguridad jurídica que es más propia de una república bananera que de una democracia occidental.

El diario independiente de la mañana, el que tantas veces enarboló en sus páginas la bandera de la modernidad, lanzaba un salvavidas a Moncloa en este asunto, pese a que eso comprometiera su credibilidad de una forma insostenible. Obsérvese el precio que está dispuesta a pagar la ‘prensa amiga’ cuando le piden un favor.

Pedro Sánchez y la prensa que conspira

Todo esto viene a colación de la rueda de prensa de Pedro Sánchez del pasado sábado. Porque el presidente aprovechó la ocasión para denunciar –sin que se le torciera el gesto o se le escapara una sonrisa de trilero- la hostilidad que demuestran contra el Gobierno “determinados poderes económicos" que "tienen sus terminales políticas y mediáticas" dispuestas siempre a disparar contra Moncloa a cada momento. A este respecto, aseguró: no van a conseguir "quebrar" al Ejecutivo pese a todo lo que le golpean.

Debe pensar el líder del Ejecutivo que fuera de Moncloa no se ve la televisión. Porque cualquiera con un poco de memoria podrá recordar sus baños de masas en Casa de América, a los que asistió sin ruborizarse la plana mayor del Ibex 35. Desde Pallete hasta Sánchez Galán.

La muerte de un gobernante no comienza al final de su última legislatura. Se inicia cuando su discurso despega del suelo y comienza a distanciarse poco a poco de la realidad.

El Gobierno que ‘encalomó’ la responsabilidad de la inflación a Putin, que indulta a discreción y que no pagó ni una sola consecuencia por la ilegalidad de los estados de alarma o por las falacias que formuló de forma constante en la pandemia no puede, precisamente, quejarse del maltrato que sufre por parte de las terminales mediáticas. Ni mucho menos de esa parte tan irresponsable del Ibex-35 que en cuanto ha escuchado la frase ‘fondos europeos’ se ha puesto el traje de los domingos y no ha escatimado en reverencias hacia el presidente.

Sánchez tiene a Prisa a su favor del mismo modo que ha tenido a La Vanguardia. Para la historia quedará aquella crónica de John Carlin en la que alababa los atributos físicos de Sánchez tras una visita a Moncloa. Aquella carta de amor se publicó en junio de 2020, tan sólo un día antes de que el presidente afirmara aquello de “hemos derrotado el virus”; y a pocas semanas de que Salvador Illa tratara de cerrar Madrid para tratar de ganar las elecciones en Cataluña.

Ninguno de sus aliados mediáticos hizo sangre al respecto de estos asuntos humillantes. Como ahora tampoco lo hace con la inflación. ¿De qué conspiración se queja Sánchez? ¿De la prensa que critica sus desmanes? ¿O de la que le dejó de criticar, como La Sexta, la que en su día apoyó a Susana Díaz, pero que vivió una sorprendente epifanía tras la moción de censura que le llevó a apoyar a ‘Pedro’?

Pedro y el mundo

Nadie en su sano juicio suele prestar mucha atención a quienes anuncian el apocalipsis en los vagones del metro o a quienes amenazan con el infierno en la Puerta del Sol. Tampoco a los dirigentes que predican sobre una realidad inexistente o apelan a la teoría de la conspiración para salvar el tipo cuando intuyen que el final de su carrera se aproxima.

Por eso, este intento desesperado de Sánchez de clamar contra los medios de comunicación para tratar de explicar la desafección de los españoles hacia el Ejecutivo no tendrá un gran efecto sobre los ciudadanos. Porque la muerte de un gobernante no comienza al final de su última legislatura. Se inicia cuando su discurso despega del suelo y comienza a distanciarse poco a poco de la realidad.

Madrid, Castilla y León y Andalucía demostraron que los votantes están desencantados, que no descontentos. Y eso no tiene remedio. El descontento surge cuando algo no sale como alguien espera. Es inmediato y se puede asociar a una causa concreta. El desencanto es la suma de esas desilusiones. Es la pérdida de la confianza tras la enésima decepción. No son los medios de comunicación críticos con Sánchez los que han provocado que la población no se fíe del presidente, sino sus embustes, sus renuncios y sus indultos y reales decretos a traición. Y la sensación de que en su discurso habla de bienestar mientras sube el precio del depósito de gasolina y de la cesta de la compra.

Sánchez no es un zombi político porque haya directores de periódico que se nieguen a llamarle guapo, sino porque su acción política es un desastre. Y toda su decadencia se resume en una frase que está en mente de todos los desencantados: este tipo nos habla de bienestar y cada vez vivimos peor.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • M
    mariem

    Desencanto: es la palabra justa.

    Y tras el desencanto qué le puede llegar o le esté llegando a Sánchez?
    ¿aversión, desprecio, rabia, ira.....? Un cóctel explosivo.

  • C
    Clearco

    Antonio Sánchez Castejón, caerá. Cierto.

    Será por la ruina económica y no por el desastre político o la catástrofe nacional que va dejar. Pero mis compatriotas son así. Vivan las cadenas...... mientras tengamos pan. Hay que asumirlo.

    Pero ¿Qué pasará con las metástasis mediáticas que va dejar?. La secta, los Ferrera's boys, lo pais y demás gentuza que copa los medios. ¿Se van a volver vegetarianos?.

    Antonio caerá. Pero o el gallego los tiene cuadrados y termina con los mafiosos italianos que dominan los Medios españoles, o esto no tiene remedio y volveremos a las cadenas. No vamos a tener pan para tanta hambre que nos van a dejar.

  • T
    Talleyrand

    Buen articulo, pero me temo que el modelo no es el bolivariano aunque tiene algunas notas sino el de CDC en Cataluña.
    Se basa en dominar todas las instituciones con personajes adictos y controlar los medios de comunicacion bienpagaos para construir un Regimen.
    En el fondo tanto CDC como Sanchez tienen el modelo franquista (neo) en la cabeza. El franquismo de los 60 claro.
    Se nombran y se hacen dimitir cargos en las instituciones sin parar cuando conviene (acuerdense del famoso motorista con el telegrama franquista...) mientras la oposicion duerme placidamente en busca del centro feliz.
    CyL, Madrid y Andalucía han encendido las alarmas en el Pardo, perdon, Moncloa, pero el resiliente esta convencido que si sigue luchando ganara.
    Como si tuviera en la cama el brazo incorrupto de Sta Teresa Antonio sueña con perdurar mas alla de toda duda porque para el el Maquiavelillo local, el poder justifica los medios.
    Sólo con pensar que tenga alguna posibilidad pone los pelos de punta!

    • C
      Clearco

      Cierto, los pancas como el franquismo tenían su "enemigo" al que zurrar sin tasa ni medida. La conspiración judeo-masónica o madrid nos roba, todo es lo mismo.
      Pero claro, el franquismo de los 60 era puro desarrollo social-económico (que gran invento el turismo :). y lo de CDC pura ruina social de todos y económica de muchos.
      Lo de Cataluña, como la sociedad vasca de los 90, es algo se estudiará en las universidades de sociología.

      Este piernas ni tiene la astucia para el mal de los Pujol ni la inteligencia para lo mismo, de un Franco. Es simplemente un trilero al que colocaron ahí cuando solo aspiraba a ser profesor en la Carlos III.
      El sacar ahora “determinados poderes económicos" que "tienen sus terminales políticas y mediáticas" no cuadra con su naturaleza y pocos le creen.

  • B
    Birmania

    Sánchez habla de bienestar, pero se refiere a su bienestar, es lo único que le interesa y destruirá con sus sucias manos todo lo que se interponga entre él y sus intereses.

  • D
    Dudandomucho

    El futuro cada vez más negro.
    Magnífico artículo.