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Opinión

Pero, ¿qué clase de fascista es Milei?

El Gobierno de Milei suspende la publicidad institucional en los medios al menos durante un año
El presidente del Gobierno de Argentina, Javier Milei EFE

La banalización del término 'fascista' demuestra muy poca cultura y muy poco respeto por la historia. Sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría considera que fascismo es toda postura cercana a valores políticos conservadores y/o liberales cuando el fascismo nació como un movimiento anticapitalista y anti mercado, como una evolución del socialismo, algo que está mucho más próximo a postulados de izquierda que de derecha. Es más, si eliminamos el componente histórico y entendemos el fascismo como un poder absoluto que coarta al ciudadano, al que resta libertades y derechos civiles, el país más fascista del mundo sería la comunista Corea del Norte. Pero dejando de lado disquisiciones políticas, en economía sí que no hay duda sobre lo que es el fascismo, y sus semejanzas con el comunismo son tan grandes que es difícil diferenciar, por ejemplo, las políticas económicas de la dictadura franquista de hace 70 años con las de la dictadura cubana de las últimas décadas.

Frente a la libertad económica que postula un marco regulatorio que fomenta la iniciativa privada, las políticas ultra intervencionistas tanto de fascistas como de comunistas pretenden imponer un exagerado poder del estado. Es muy difícil separar las libertades económicas de las individuales. Las democracias más avanzadas del mundo son economías abiertas. Es muy complicado que un estado, como por ejemplo el chino, sea ultra intervencionista en economía y, a la vez, permisivo con la libertad individual de los ciudadanos, aunque quizás pueda ocurrir en teoría. Lo contrario sí pasa, pero tampoco es algo habitual, ya que ha habido dictaduras con postulados liberales en economía, como el Chile de Pinochet o el régimen autoritario de Singapur. En cualquier caso, una cosa son las derechas e izquierdas ideológicas y otra el intervencionismo y el liberalismo económico. De hecho, tras la enorme importancia que ha tomado la política monetaria los últimos años, aún hay un tercer factor distorsionador para el que se empeña en encasillarlo todo, y es la independencia o no de los bancos centrales. Un gobierno de derechas, con una política económica tirando a liberal como es el caso de Japón, usa al Banco Central para sus objetivos y su grado de intervencionismo es enorme, superior al de muchos países gobernados por “la izquierda”. Así pues, no es nada fácil simplificar y pretender ser veraz a la vez.

En lo económico poco tiene que ver con al intervencionismo que, por ejemplo, propugna Vox en España. De hecho no se parece prácticamente a ningún partido político más o menos relevante

El caso de Javier Milei que, no lo olvidemos, derrotó al peronismo (y Perón simpatizaba con el fascismo y tenía en Franco a uno de sus más afines ideológicos) es sintomático. Por un lado viendo sus aliados internacionales y algunas de sus opiniones, parece un político muy conservador; por otro, siendo un defensor de la libertad, es erróneo llamarle fascista. En lo económico poco tiene que ver con al intervencionismo que, por ejemplo, propugna Vox en España. De hecho no se parece prácticamente a ningún partido político más o menos relevante, al menos europeo. Se le puede encontrar algunas similitudes con determinadas corrientes dentro del Partido Republicano de Estados Unidos, aunque en realidad, cuando han presidido el país miembros de ese partido, no han llegado nunca -ni siquiera Reagan- al liberalismo extremo que defiende Milei.

El liberalismo no es ni de derechas ni de izquierdas, aunque sí podemos concluir que en su defensa de la libertad (por ejemplo los liberales nórdicos europeos fueron los primeros que defendieron al colectivo homosexual cuando el comunismo era tan homofóbico) coinciden en muchos aspectos ideológicos con la izquierda clásica, esa que reclamaba derechos para los más desfavorecidos (no la española actual que aumenta las desigualdades territoriales y disculpa delitos a miembros de la casta) y en lo económico, tiran más hacia la derecha porque la izquierda suele ser más intervencionista.

Así pues si hace falta ponerle un adjetivo a Milei, ese es el de ultra liberal. Llamarlo ultraderechista o fascista como hacen muchos medios es erróneo. Y es ultra liberal porque defiende una reducción del poder del estado sobre la economía, algo que, en mayor o menor medida, muchos candidatos han pregonado en sus programas electorales pero nunca ha llegado, en una economía tan grande, al extremo al que ha llegado el ex guardameta. Y habrá que ver si una vez en el gobierno es capaz de llevar a cabo esas políticas que defiende con tanto ahínco. Las dificultades son, resumiendo, cuatro: la resistencia del Parlamento, en el que no tiene mayoría; el estado calamitoso de la economía argentina que complica cualquier medida (especialmente la de reducir ayudas puesto que millones viven de ellas); la oposición de los muy poderosos sindicatos que no quieren perder sus enormes privilegios y la tentación del poder.

Si Milei renuncia, por ejemplo, a tener banco central, a tener moneda propia, estará coartando en gran medida su capacidad para tomar decisiones económicas

Explico este último punto. Al igual que no es habitual que alguien con enorme poder renuncie a él voluntariamente, es complicado gobernar quitándote poder a ti mismo, y cumplir esa promesa no es fácil. Volvemos al caso de Japón: si controlando el banco central puede mantener los tipos de interés lo bastante bajos como para financiar su enorme deuda pública a muy bajo interés, ¿va a renunciar a ello por circunstancias ideológicas? Ya hemos visto que no. Si Milei renuncia, por ejemplo, a tener banco central, a tener moneda propia, estará coartando en gran medida su capacidad para tomar decisiones económicas, es decir, estará reduciendo su propio poder. Por eso si lo hace, más allá de que sea adecuado o no (sólo el futuro lo sabrá, hay argumentos válidos para ambas posturas), estará siendo no sólo valiente, también coherente con sus principios ideológicos y, cualidad que creo que nadie aprecia en él, humilde. Porque hay que serlo para alcanzar el poder, y desde él, disminuirlo voluntariamente. La mayoría de sus medidas suponen precisamente eso, y yo me pregunto: ¿qué fascista haría algo así?

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  • J
    jm15xy

    No es un fascista en cualquier ascepción que se le pueda dar a ese término. Lo que Javier Milei es, eso sí, es un demagogo, en el sentido más tradicional de la palabra, es decir, en sus maneras y formas vulgares, populacheras, campechanas y simplonas de comportarse y de hacer política.

    No es un demagogo fascista (que los ha habido), sino un demagogo, por así decirlo, "libertario". El contenido de su demagogia es distinto al de un demagogo fascista de a de veras como lo fue Benito Mussolini en su época, o como lo fueron muchos otros, incluso en Amñerica, que a pesar de sus similitudes con Mussolini, no tuvieron el mismo "éxito" (gracias a Dios) que el mismo Mussolini, y algunos que sí tuvieron éxito, como por ejemplo lo fueron Porfirio Díaz, Julio Argentino Roca, Augusto Pinochet, Francisco Franco o Miguel Primo de Rivera, nunca tuvieron el carisma de Mussolini (simplemente eran personalidades distintas), además de las obvias diferencias en lo que tuvo que ver con la sustancia de sus políticas (a pesar de compartir el, podríamos llamarlo, "desarrollismo desde arriba inspirado en el nacionalismo").

    Javier Milei se parece más a cierta corriente de políticos estadounidenses que a cualquier político del pasado argentino o del mundo "latino" y refleja la gran influencia cultural e intelectual que tiene Estados Unidos en el resto del continente americano. A quien esté interesado en el estilo de política que ha adoptado Javier Milei, le recomiendo que consulte este opúsculo del intelectual libertario estadounidense Murray Rothbard:

    Rothbard, Murray N. "Right-wing populism: A strategy for the paleo movement." Rothbard Rockwell Report 3, no. 1 (1992).

  • K
    Karl

    «Si la guardia roja de la corrección política no te ha tratado aún de 'fascista', tienes que empezar a dudar de tu libertad de pensamiento.»
    ~Sir Roger Scruton

  • K
    Karl

    Pongamos, como Irene Montero no se cansa se decir, "el consentimiento en el centro":

    ¿Qué hace que el sexo no sea una violación?
    Tu consentimiento.
    ¿Qué hace que un trabajo no sea esclavitud?
    Tu consentimiento.
    ¿Qué hace que una transacción no sea un robo?
    Tu consentimiento.
    ¿Qué hace que los impuestos no sean un robo?
    Pista: Yo no consiento,
    "No es No." y "Sólo sí es sí."
    __
    «Que el estado nos llame contribuyentes es equivalente a que un violador llame a su víctima "novia".»
    ~Javier Milei

  • K
    Karl

    «Somos socialistas, como enemigos del sistema capitalista de hoy con su explotación de los económicamente débiles, con sus sueldos inferiores, con su indecente valoración del ser humano según las propiedades que posea, en vez de su sentido de responsabilidad, y estamos decididos a destruir este sistema como sea.»
    ~Adolf Hitler, 1 mayo 1927.

    • T
      Tintin

      Digámoslo todo: era igualmente anticomunista. Detallito que, por lo que sea, se le ha olvidado al autor.

  • J
    Juanmanuelito

    Estoy convencido de que el término "fascista o "facha" llegará a cambiar de sentido. Llevará tiempo y quizás no lo veré, pero llegará. El término insultante “facha”, pronunciado por ciertas personas, si va dirigido a otras cuyos valores y comportamientos nos parecen o se acreditan loables, terminará por ir perdiendo su sentido peyorativo, ofensivo, por simple contraste de conductas entre quienes lo emiten y quienes lo reciben. Como el adjetivo “guapo”, que con el tiempo todo el mundo entiende en su primera acepción, “Bien parecido”, quedando en el olvido su sentido primitivo que “de ‘bebida insípida’ pasó a ’sujeto inútil’, y de ahí a ’bribón’, ’granuja’ y, finalmente, ’rufián”.
    Si alguien tiene la curiosidad de leer mis argumentos puede visitar mi blog "quenoyqueno" y buscar la entrada "FACHA llegará a ser un cumplido".
    Gracias.

  • J
    JaimeRuiz

    Hay un artículo muy recomendable de Antonio Escohotado ("La prueba del cinco") en el que invita a tener una conversación sobre política sin usar las palabras "izquierda" "derecha" "fascismo", "extrema" y "ultra". Cada vez que se usan esos significantes confusos se está engañando y manipulando, incluso sin tener conciencia de hacerlo, se está predicando una propaganda que define esta época, que por lo demás es sólo la continuación del fascismo.

    Bueno, ¿qué quiere decir "fascista"? Para la típica persona progre un fascista es alguien brutal, violento, ignorante y zafio. Cosa bien absurda porque los fascistas eran las personas más inteligentes y cultas, como el gran Gabriele D'Annunzio, o el gran Giussepe Tommaso Marinetti o el gran Enrico Ferri; también en España, Ortega y Gasset elogió a Ledesma tras su muerte en términos muy generosos, y Foxá, Sánchez Mazas o Giménez Caballero no eran propiamente tontos. El ignorante es el que descalifica a alguien llamándolo fascista.

    Hay que ir a la cabeza de esa persona progre: un fascista es alguien que odia a muerte el comunismo, y Milei es en ese sentido un fascista en esa acepción de fascista, porque al igual que con todos los términos de que hablaba Escohotado, cada uno entiende esas palabras a su manera y en esa manera eso es correcto. Si no se es una persona progre pues simplemente los fascistas vivos son chiflados comunistas imbuidos de paranoias racistas. No comunistas en el sentido de que sigan a Marx sino en el de esa comunión que promueven todos los totalitarismos.

    En serio, sólo es eso, usar palabras que uno sabe que el otro entiende de manera recta, si digo que mis manos bailan ágilmente sobre el teclado el lector no pensará lo mismo que si digo que amanecí lleno de fantasías derechistas, que para unos serán ideas autoritarias y para otros serán ideas libertarias, para uno serán nostalgia y anhelos de jerarquías y para otros aprecio por la libertad económica y la libre competencia, que son lo contrario.

    Los fascistas, aún los más rudos y sectarios, ya adivinaban que eso de izquierda y derecha ya estaba superado.

  • S
    smondejar

    Bueno. Usted contrapone "ultraliberal" a "ultraderechista", como si fuesen términos antagónicos. Pero no lo son en lo sustancial, a menos que envolvamos la discusión en papel de estraza. Como usted sabe, el término "Derecha" proviene de la Asamblea Constituyente de Francia, de 1789, cuando los partidarios de la nobleza se situaron (literalmente) en un determinado espacio. Huelga decir que el origen del poder de la nobleza radica en la ley del más fuerte, que es precisamente el marco en el que operan utopías libertarias. Cita usted correctamente el modelo económico de Pinochet, diseñado por los "Chicago Boys", Podemos incluso ir más atrás, y repasar citas literales de Hayek y von Mises, como «prefiero un dictador liberal a un gobierno democrático sin liberalismo», y «no se puede negar que el fascismo y movimientos similares que pretenden establecer dictaduras están llenos de las mejores intenciones».

    • J
      JaimeRuiz

      El problema es creer que "derecha" significa algo. Por ejemplo, el narcocomunismo es expresión de los intereses de castas funcionariales que se creen dueñas del Estado y parasitan a la sociedad. Son como una nobleza degenerada, igual en Iberoamérica que en España. Si hubiera que llamar izquierda a la defensa de la igualdad y la libertad, la izquierda realmente existente sería la ultraderecha. Son términos en que creen tontos.

      Bueno, en la Alemania nazi los propietarios de las tierras, casas, fábricas, etc. siguieron siéndolo, salvo que fueran judíos. En ese sentido una persona de ideas comunistas juzga con razón que el nazismo y el liberalismo se parecen y que el agricultor alemán de 1940 vivía más como un granjero estadounidense que como miembro de un koljós. Eso sería cierto, el nazismo se parece al liberalismo. Es como decir que los santos más castos se parecen a los violadores de niños porque ninguno de ellos come gente.

      El lema de Mussolini era "Todo por el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado". En eso es distinto el fascismo del liberalismo.

  • A
    Apeiron

    Estaba disfrutando con la lectura de su columna hasta que me he topado con esta afirmación gratuíta:
    "intervencionismo que, por ejemplo, propugna Vox en España".
    Pero qué dice Ud? Si en España el programa económico menos intervencionista es precisamente el de Vox! Es cierto que hay liberales declarados que recientemente han abandonado Vox, pero ello no ha sido debido a que cambiasen su programa económico, porque éste sigue siendo el mismo.
    Le animo a que en su siguiente columna ofrezca argumentos que respalden su afirmación de que Vox tiene un programa económico tan intervencionista, si es posible mostrando como el PP o el PSOE, a diferencia de Vox, defienden políticas económicas menos intervencionistas.

    • J
      JaimeRuiz

      En el programa de FJL acusan a Vox de un programa cuasi-falangista, por ejemplo, cuando votaron en contra de las propuestas de Ayuso de facilitar la inversión extranjera. Puede que "intervencionista" no sea la palabra más adecuada, pero nacionalista no puede ser sinónimo de liberal, y Vox juega a eso, si fuera un liberalismo coherente podría competir con ventaja con el PP, pero también perdería el voto más conservador.

    • A
      Apeiron

      Sr Jaime Ruiz, en el programa de FJL omitieron reconocer que Vox también votó muchas veces a favor de Ayuso para que fuera posible, por ejemplo, varias de las bajadas de impuestos o que en Madrid los bares y restaurantes pudieran abrir cuando en el resto de comunidades se prohibía con el pretexto del covid. Eso precisamente no es intervencionismo, creo yo.
      esRadio está financiado principalmente por la comunidad de Madrid, no es casualidad la poca imparcialidad de FJL cuando opina sobre Vox.
      La medida a la que Ud se refiere en concreto, era para otorgar beneficios fiscales a los extranjeros para la inversión en vivienda en Madrid, sin ofrecerle lo mismo a los españoles.
      Hay muchas cosas de Vox en la que no estoy de acuerdo, pero no precisamente su programa económico. Por otra parte me parece coherente que Vox defienda los intereses de sus votantes, que no son los extranjeros.

    • J
      JaimeRuiz

      Apeiron, los partidos defienden los intereses de sus votantes, y en ese sentido los intereses de los votantes de Vox pueden ser intervencionistas, luego, ese argumento no sirve para negar que Vox lo sea. En cuando a las facilidades de los extranjeros en Madrid, se puede presentar de cualquier manera, pero ¿era eso conveniente para la prosperidad de la región? Si el interés que defiende Vox es el de dar ventajas a los nacionales a costa de la inversión, pues es intervencionista y nacionalista, no propiamente liberal. Acerca de los móviles de FJL es un poco pedestre lo de la financiación de Madrid, yo siempre oigo anuncios de La Caixa y de la ONCE, y no parece que sean poderes particularmente interesados en condenar a García Egea o a "Yoli Tenacillas". No voy a negar el sesgo, ni que, por ejemplo, desapruebe el uso del idioma por Cuca Gamarra y no por Feijóo, cuyos errores tienen más delito (como decir siempre "deber de" por "deber"), pero suspender la discusión con ese argumento falaz de la financiación no parece demostrar nada.

  • V
    vallecas

    En un país democrático, social y de derecho.
    ¿Qué es ser de Derechas?
    Habría que crear una FUNDACIÓN para explicarlo. Es un trabajo muy duro, arduo, constante y que requiere muchos años (esta es la verdadera batalla cultural). la Izquierda lleva 40 años mintiendo y confundiendo y ha calado en la población.
    Pablo Iglesias es más "fascista" que Abascal. Es un hecho contrastado, pero si lo dijera en una tertulia me tomarían por "loco".

    • J
      JaimeRuiz

      Ser de derechas es ser un tonto, como ser de izquierdas. Esas palabras no significan nada, ¡hasta los fascistas las despreciaban!