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Opinión

Carta a un fiscal general del Estado no idóneo

Yolanda Díaz es abrazada por el fiscal general del Estado, Alvaro García Ortiz, ante el presidente del Tribunal Constitucional , Cándido Conde-Pompido EFE

Sr. D. Álvaro García Ortiz. Fiscal general del Estado.

            Muy señor mío:

Aunque en las cartas e instancias oficiales el tratamiento que se da al destinatario suele ser distinto, aquí, para demostrar que nada le pido, permítame utilizar esta fórmula tan poco administrativa y protocolaria. También le ruego que sepa disculpar a este humilde abogado la licencia que se toma y tenga a bien disponer un buen ánimo y no peor miramiento.

Tras el prólogo, créame que si me he decidido a escribirle es porque le supongo disgustado e incluso algo abatido por el informe que el pasado jueves el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en cumplimiento del trámite de audiencia del artículo 124.4. de la Constitución, emitió con la conclusión de que no es usted idóneo para el cargo de fiscal general del Estado, pues ocho vocales de ese órgano entienden que su currículum político es, y copio literalmente, «un serio impedimento en aras a garantizar la imagen de autonomía e imparcialidad exigibles».

Apenas comenzar, vaya por delante que, sin renunciar a decirle lo que pienso, el propósito de esta carta no es sumarme al catálogo de reproches que esa mayoría de vocales del CGPJ le dedican. Mi aspiración no es, por tanto un ejercicio de censura. Yo no soy nadie para juzgar a nadie, y menos que a nadie, a usted. Naturalmente, tampoco asumiré el papel de defensor suyo, pues a no dudar que se merece usted un letrado de plena confianza y, además, que sea experto en tretas de leguleyo, condición de la que carezco. Quede constancia, por consiguiente, de que con mis palabras no ejerzo de potencial recurrente ni tan siquiera de coadyuvante de quienes, en su caso, tengan pensado impugnar su nombramiento, cosa que quizá ocurra frente a quienes sostengan que es irrecurrible al ser un «acto político» y no exclusivamente administrativo, pues no le extrañe que los disconformes con su designación argumenten que en su día el Pleno de la Sala Tercera del TS, en sentencia de 17 de junio de 1994, dijo que ese «obstáculo» a la jurisdicción cede cuando están en juego principios constitucionales de forzoso acatamiento.

Afirmar que no es usted idóneo porque el propio Tribunal Supremo le ha dicho que, en el nombramiento de doña Dolores Delgado como fiscal Togado de la Sala de lo Militar, incurrió usted en el «vicio de desviación de poder» es realmente letal para su reputación

En relación al meollo del asunto, es decir, a la tacha de inepto que el CGPJ le hace en su dictamen, es cierto que las pegas que le ponen son muy severas hasta el punto de que más de una y de dos pueden calificarse de espantosas, aunque, puestos a ser sinceros, la verdad es que buena parte de ellas son merecidas o, si lo prefiere, se las ha ganado a pulso. Afirmar que no es usted idóneo porque el propio Tribunal  Supremo le ha dicho que en el nombramiento de doña Dolores Delgado como fiscal Togado de la Sala de lo Militar, incurrió usted en el «vicio de desviación de poder», pues la designación no fue por méritos ni capacidad de la candidata, sino debido a la estrecha relación y al compromiso que mantenía con ella, es realmente letal para su reputación, como lo es acusarle de que hace usted una utilización espuria de las potestades que se confieren a un fiscal general del Estado o cuando en la designación de fiscales para cargos discrecionales es tachado de cacique, que es lo que significa señalar que no ha sido usted transparente ni coherente.

Ahora bien, con todo, para mí la peor de las reprimendas que ha recibido es la que, con mucha razón, le echa en cara el silencio, en buena parte cómplice, que ha guardado usted frente a las intolerables acometidas, tanto públicas como privadas y el escarnio desaforado, sufrido por los miembros de la carrera fiscal que de forma impecable intervinieron y siguen haciéndolo, en defensa de la legalidad y el orden constitucional en los procesos relacionados con los hechos ocurridos en Cataluña en octubre de 2017. Una falta de reacción, la suya, que, sin exagerar, permitiría pensar que está usted en sintonía con los promotores de esas campañas y que es lo que han hecho las asociaciones de fiscales y la práctica totalidad de los fiscales de la Sección Penal de la Fiscalía del Tribunal Supremo que el pasado 21 de noviembre le escribieron expresando su decepción ante la negativa de amparo que le habían pedido.

Porque usted sabe tan bien como yo, e incluso mejor, que un fiscal general del Estado sumiso al Gobierno que lo nombra es una aberración. Un fiscal ha ser esclavo sólo de la ley y esto desgraciadamente no es ni ha sido así

Así las cosas, parece lógico que una gran parte de la carrera fiscal, de la judicatura y de otros estamentos del Derecho mantengan que carece usted de la aptitud exigible para desempeñar el cargo de fiscal general de Estado. Sin ir muy lejos, recordará que el otro día, con ocasión de la clausura de su último congreso, la Asociación Profesional Independiente de Fiscales (APIF) habló de que su designación suponía transmitir a la sociedad una dependencia del Gobierno que se plasmó en aquella manifestación ya tristemente popular de «¿la Fiscalía de quién depende?». En términos inusualmente duros, la asociación de fiscales a la que me refiero, considera que el estado de Derecho en España requiere un Ministerio Fiscal independiente del Gobierno y sometido únicamente al imperio de la ley y que, en este sentido, usted no tiene ni el talante, ni la actitud, ni el carácter, ni la convicción para ser un fiscal general del Estado y no del Gobierno.

Señor García Ortiz, la carta se alarga y va siendo hora de concluir. Verá. Si la independencia de un fiscal reside en la imparcialidad, quizá tendría usted que reconocer que no ofrece indicios de serlo, pese a la mucha fe que se ponga en la búsqueda. Al margen de la libertad de cada uno para tener sus propias ideas políticas, no me negará que con las suyas es usted bastante exhibicionista. Digo esto porque, aun cuando el gesto pueda pertenecer al ámbito de lo estético, que todo un fiscal general del Estado abrace efusivamente a la señora Díaz, vicepresidenta del Gobierno, en un acto institucional como lo fue la solemne apertura de la XV legislatura, es una muestra de afecto tan falta de prudencia y tan escasa de formas que implica una confesión de parcialidad. Tenga en cuenta y usted lo sabe bien, que no es suficiente con ser imparcial, sino que también hay que parecerlo. O sea, un poco lo de la mujer de César, sólo que al revés, que no le bastaba con ser decente sino que también tenía que aparentarlo no obstante lo peliagudo que le resultaba.

Aun reconociendo que el cargo tiene muchas dificultades, lo que en ningún caso debe hacer un fiscal general de Estado es comportarse como acólito de nadie, para lo cual se necesita bien poco: independencia

Permítame concluir con el recuerdo de las palabras que Adrián Salazar, fiscal que fue presidente de la Unión Progresista de Fiscales, escribió en 1999, o sea, cuando usted apenas llevaba un año en la carrera. Decía esto: «La experiencia demuestra que los diferentes Gobiernos han primado en muchos casos la afinidad de unas ideas políticas o la fidelidad personal por encima de criterios de capacidad e idoneidad». Y añadía: «Este problema se agudiza cuando la actuación de algunos fiscales generales es percibida por la sociedad como una clara alineación con las posiciones del Gobierno». Mi tesis es que se trata de una cuestión de personas y de libertad. Aun reconociendo que el cargo tiene muchas dificultades, lo que en ningún caso debe hacer un fiscal general de Estado es comportarse como acólito de nadie, para lo cual se necesita bien poco: independencia. Porque usted sabe tan bien como yo, e incluso mejor, que un fiscal general del Estado sumiso al Gobierno que lo nombra es una aberración. Un fiscal ha ser esclavo sólo de la ley y esto desgraciadamente no es ni ha sido así.

            En fin, don Álvaro. Me despido. Me cuentan sus allegados, incluidos los de Lumbrales, de donde es natural, que es usted un hombre que nació para definir qué conductas son buenas y cuáles son malas. Según el Registro Civil, está a punto de cumplir 56 años, circunstancia que permite considerarle una persona joven. Le deseo que, al final de su estancia en el escalafón, el recuerdo que deje es el de un fiscal que no fue de nadie y, por tanto del Gobierno de turno. El buen fiscal no tiene dueño ni partido. Lo contrario le convierte en servil y hasta sectario.

            Acepte mis cordiales y sinceros saludos, a los que sumo el respeto debido.

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  • P
    Pontevedresa

    Sr. Gómez de Liaño Le he escuchado en TRECE TV y como siempre, inspiran la mayor confianza sus opiniones, y me alegro que haya dicho que el tribunal de verdad judicial y fiable es La Sala Segunda del Tribunal Supremo. Recuerdo cuando el infame Garzón le hizo aparecer como un juez prevaricador, lo que los tribunales tiraron por tierra, pero vd. debió soportar lo que no está en los escritos. Da gusto escucharle.

  • K
    k. k.

    Ya está bien de tanta murga.
    Más mazo y menos letra.

  • A
    Alexander

    En España se hace casi todo al revés de como se hace en otros paises del mundo occidental. La designación del Fiscal General es, por regla general, una atribución exclusiva del Presidente del Ejecutivo y los jueces, ya sean los del Tribunal Supremo o los que forman el CGPJ, no deberían tener ninguna competencia para decir si el Fiscal General nombrado por el Ejecutivo es idóneo o no lo es.

  • H
    HUNTER

    La desgracia es que el lacayo Ortiz no leerá la carta aunque me temo que si la leyera tampoco tendría efecto alguno, dada la poca vergüenza e indignidad del sujeto

  • U
    Ulysses

    Debe leerse bien la despedida del sr. Liaño: los "cordiales y sinceros saludos" arruinan lo que se podía entender con lo de "el repeto debido". Esto y el exordio no invalidan la contundencia del texto, pero sobraban, vive Dios que sobraban, sr. Liaño.

  • J
    joluisma

    El abrazo de la "ínclita" de SUMAR, es igual que él de la JENNY con RUBIAlES, salvando obviamente que RUBIALES, no es tan "sin verguenza" que el tal GARCIA ORTIZ,

  • S
    S.Johnson

    Carta tan precisa como inútil señor Gómez de Liaño.
    Viendo la foto del artículo no se precisarían mas razones para una dimisión inmediata, y sin necesidad de invocar el reciente y sospechoso caso Rubiales.
    "Era varón inaccesible al honor; a la madrugada tuvieron que degollarlo". Jorge Luis Borges, El incivil maestro de ceremonias Kotsuké no Suké.

    • J
      joluisma

      De que VARON SOCIALISTA habla usted, hay tantos.

  • I
    impactado

    No entiendo prácticamente nada sobre leyes y estamento judicial pero cualquiera puede llegar a apreciar que ahora más que nunca están asaltando el estado de derecho y la división de poderes con la pinza que está ejerciendo toda la izquierda contra el poder judicial.
    La pinza que encarnan la sra Dolores Delgado y ahora el Sr Ortiz, ambos amigos y designados por Sánchez para convertir la justicia en una extensión de su brazo político lo cual le va a permitir involucionar el estado de derecho que teníamos por uno más afin a sus propósitos que ya sabemos que pasan por una desmembración del país.
    Resulta cuando menos irónico que escuchar al nuevo ministro de justicia y de los grandes expresos europeos que Europa tiene O preocupación por la amnistía y añade sin despeinarse que Europa sabe que somos un país democrático donde se respeta escrupulosamente la división de poderes. Este tío es sun más cínico que Perro Sánchez y eso, saben ustedes, que tiene un mérito superlativo.

  • A
    arturo moreno

    Sí, acusado por verdaderos delincuentes como Jesús Polanco y Juan Luis Cebrián. Eso dice tu bajeza y la altura del Sr. abogado Javier Gómez de Liaño.

  • T
    Talleyrand

    La foto de la mafia en celebración

    No hay fiscal general del estado.
    Eso desaparecio

    Hay camarada fiscal general del pueblo.

  • A
    AALICANTINA

    Fiscal General del Estado no idóneo ? Ahhh si , por una carta política hecha por jueces Conservadores, que se han pasado hacer política al lado del PP....!! Lo nunca visto. !!

    • M
      maullador

      El humo le ciega los ojos, o no hay peor ciego que el que no quiere ver.
      La justicia como tal no pueden ser partidistas ni cómplice del poder,sólo debe cumplir y hacer cumplir la ley., lo contrario es dictadura.

    • H
      HUNTER

      No te has enterado de nada

  • P
    Pontevedresa

    ¡Que foto¡ Con razón se dice que una imagen vale más que mil palabras, el sr. Fiscal General del Estado espachurrando materialmente a Yoli Pelambres, con la amorosa complacencia con su cara de chivo de Cándido (de eso poco) Conde Pumpido, es la viva imagen del contubernio de la izquierda. Los peones de Sánchez mostrándose con todo el descaro, ni siquiera disimulan.

  • sr. gomez de liaño , " quien nombra al fiscal general del estado ? " , pues eso..... , a mi no me vale " las buenas conciencias " , ya sabe ! , somos pecadores " , este cargo tendria que ser nombrado por = el congreso, el senado , el supremo , el contitucional , los fiscales , el rey , y asi ? posiblemente las ganas de " pecar " no serian tan evidentes .

  • T
    txemadero007

    ¡¡ Ay, que me parto !! Dice Ud. que lo único que le hace falta a un Fiscal General del Estado es INDEPENDENCIA. JA, JA. Aquí el único independiente es el sr. Puchidelmonte.

  • S
    syloxozi

    Hoy he oído a un comentarista de algún programa mañanero que la democracia en España durará mientras resistan los jueces o algo así. En realidad creo que desde hace tiempo ya no vivimos en democracia sino en una autocracia camuflada, donde toda acción de gobierno está orientada a mantener a Sánchez en el poder 'sine die'. Y esto ocurre porque Sánchez se cree intocable ya que nadie tiene arrestos para enfrentarse a él, ni en España ni en Europa. Y nadie es nadie.
    Y me temo que los jueces no van a ser menos. Ya de hecho hay un buen número de jueces dispuestos a prevaricar si Sánchez lo necesita. Los jueces que quedan terminarán claudicando, como ya están claudicando las demás instituciones, unos por no apechar con 30 años de castillo, otros por pura cobardía y otros por pura comodidad porque tampoco es tan incomodo vivir en una monarquía bananera, al menos mientras a Doña Begoña Polo de Sánchez no se le antoje ser ella la que entregue el premio Cervantes y nos pegue la homilía navideña. Los jueces que quedan vivos terminarán claudicando porque Sánchez puede acabar con su carrera con solo una llamada de móvi. Este tío no ha llegado hasta aquí para ahora achantarse ante unos pocos jueces, como no se achanta ante Europa, ni ante el Mossad, ni ante un rey bananero, ni ante una oposición de probrecitos habladores. Sánchez como Rambo y sobrevivirá a todos y a todo mientras no salga alguien que le haga temblar de miedo de verdad. Y ese no va a ser ningún juez.

  • V
    Valoriano

    Me alegro de haber leído esta carta y recordar lo que le ocurrió al Sr. Gómez de Liaño que fue JUEZ y fue apartado de la Judicatura hace años por privatización o algo así ,poco claro. Más bien nada claro.
    Sobre lo que dice del Fiscal General totalmente de acuerdo. Como persona es libre de tener sus ideas; como Fiscal debe de mantener el principio de imparcialidad y, por lo que vemos no es así.
    Opinión de un ciudadano de a pie.

  • A
    arturo moreno

    Ha sido un verdadero consuelo leer esta carta. Lástima que sean tan escasos los líderes como este "humilde y valiente abogado, y muy doloroso que seamos mas escasos aún los que tendríamos que respaldarlo con el mismo valor.

  • A
    arturo moreno

    Estás tardando mucho para denunciar a ese "delincuente".

  • D
    Discobolo-60

    Magnífica carta Sr. Liaño, lo aconsejable ahora sería que el acólito de Sánchez di.itiera, pero me temo que a este personajillo no se le pasará por la cabeza. Seguiremos sufriendo las consecuencias del plan puesto en marcha desde hace años.

  • L
    Leonidas

    Desde pumpido la cosa ha ido ha peor. Es tan obscena la exhibición de caciquismo de este gobierno, que pone los pelos de punta. Y sus apesebrados sindicales y mediáticos son parte del sistema corrupto. Bien que lo pagarán, pagaremos. Por desgracia