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Opinión

La autodestrucción de la democracia española

Hacer política se ha convertido en sinónimo de parasitar y en cada elección aumenta el número de bocas que se amamantan del Estado. El voto ya no se gana, ahora se compra

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el exlíder de Podemos Pablo Iglesias, en una imagen de archivo.
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el exlíder de Podemos Pablo Iglesias, en una imagen de archivo EUROPA PRESS / I. Infantes.

“Utilizaremos vuestra democracia para acabar con vuestra democracia” amenazaba hace muchos años el predicador Omar Bakri Mohammad  desde Londonistán, esa miniteocracia islamista incrustada en las entrañas del Reino Unido.  Tras los atentados de Londres el 7 de julio de 2005, todas las miradas se volvieron hacia él y tuvo que huir al Líbano. Pero se ve que el hombre no sabía estarse quieto y allí también anduvo enredando, pues acabó siendo juzgado por terrorismo en 2014 y —siempre según el gobierno libanés—  condenado a prisión y a trabajos forzados. Me apuesto lo que quieras a que en esa cárcel ni hay piscina ni invierten un céntimo en  llevar a los presos de excursión y a comer en restaurantes como hacemos aquí.

En estos días previos a la “fiesta de la democracia” en los que, como siempre,  nos prometen el oro y el moro —de momento, sólo nos han traído al moro—, me viene a la cabeza una frase viral de G. Michael Hopf: “Los tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean tiempos fáciles, los tiempos fáciles crean hombres débiles y los hombres débiles crean tiempos difíciles”. Y mientras escucho las propuestas de algunos partidos políticos, siento que estamos agotando los tiempos fáciles y empezando a disfrutar de los hombres, hombras y hombros débiles que traerán tiempos mucho más difíciles.

Dentro de poco, se inventarán que tenemos derecho a la belleza y nos prometerán operaciones de cirugía estética “gratis”

Muchos candidatos nos hablan como si la vida fuera un camino de rosas que alguien muy malo hubiera sembrado de dificultades. En ese relato, ellos son los peones camineros que se sacrifican por el pueblo, tú  sólo tienes que disfrutar del paisaje. Dile a un chaval de 18 años que si te vota le vas a dar 20.000 € de herencia universal, como ha hecho Yolanda Díaz. No a una pareja que ya trabaja y quiera instalarse en una casa para criar una familia, no. No a un adulto que trabaje y tenga dificultades para mantener una vivienda solo, no. A chavales de 18 años, que hay que acostumbrarles desde bien temprano a depender de Mamá Estado. ¿No sería mejor invertir ese dinero en construir viviendas de alquiler social? No, se trata de que sientas que están reparando una injusticia, que tú te lo mereces porque tú lo vales. Que tienes derecho a tus 20.000 € aunque por tu edad no te haya dado tiempo a aportar nada al común. Dentro de poco, se inventarán que tenemos derecho a la belleza y nos prometerán operaciones de cirugía estética “gratis”.

Otros políticos están llevando el cortoplacismo al extremo y sólo parecen preocupados por el verano. Roberto Sotomayor (UP) clama contra el Armagedón estival que nos espera —ningún empleado de “su” Ayuntamiento trabajará de 12 a 6 de la tarde— y ha descubierto un derecho nuevo: el derecho a refrescarse. Por eso, en plena sequía, promete construir 131 playas en Madrid. En Sumar también están muy latosos con el calor, y Mónica García ha ido con una cámara termográfica a la Puerta del Sol. Pero las altas temperaturas culpa de Ayuso y Almeida no son su única preocupación, también quiere una App pública para que las mujeres que se sientan presionadas a tener sexo por recibir atención de los hombres en Tinder puedan denunciarlo. Una mujer siempre está en peligro, necesitamos a la voz de ya un observatorio de violencias digitales con sus correspondientes activistas, psicólogos y asistentes sociales afines al partido. De un tiempo a esta parte, hacer política se ha convertido en sinónimo de parasitar—ya lo explicó muy bien Errejón hace años— y en cada elección aumenta el número de bocas que se amamantan del Estado. El voto ya no se gana, ahora se compra.

Aquí hemos llevado la antigua amenaza salafista de Omar a una escala superior: hemos utilizado nuestra democracia para acabar con nuestra democracia

Mientras tanto, Omar Bakri ha sobrevivido a la experiencia carcelaria libanesa y salió libre en marzo. Ya tendrá 65 años, una edad magnífica para pasar el testigo de la yihad y disfrutar de los muchos nietos que deben de haberle dado sus siete hijos, nacidos en el Reino Unido y criados  al calor de las dos pensiones que Omar cobraba: una por una lesión de adolescencia y otra por refugiado. Qué buenos somos los occidentales, ¿eh? Quizá, ironías de la vida, incluso tenga derecho a una pensión de jubilación británica. Dudo que la vida en la trena  lo haya amansado; probablemente, y a pesar de que tiene prohibido volver a la Pérfida Albión, siga soñando con conquistar Europa. Y, por si hubiera salido de la cárcel con energías renovadas, ya le voy advirtiendo de que en España no necesitamos barbudos entrenados en  “desiertos remotos ni en montañas lejanas”; nos bastamos nosotros solos con nuestras redes clientelares, nuestras listas cerradas, nuestra corrupción y, particularmente, con la inexistente separación de poderes. Aquí hemos llevado la antigua amenaza salafista de Omar a una escala superior: hemos utilizado nuestra democracia para acabar con nuestra democracia.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • K
    Karl

    Resumiendo a Gustave de Molinari (1819-1912):

    Los partidos políticos son ejércitos entrenados para conseguir el poder; Su método es alcanzar un número de seguidores que garantice una mayoría electoral. A los electores se les promete para ello tal o cual participación en los beneficios que seguirán al éxito, pero tales promesas —generalmente un "carguito" o un privilegio— sólo pueden ser satisfechas mediante la multiplicación de «poltronas» y/o mayores impuestos. A un político no le importa que el resultado sea un aumento de impuestos o deudas. La incesante competencia bajo la cual trabajan, primero en sus esfuerzos por asegurar el cargo, y luego para mantener su posición, los obliga a hacer del interés partidario su único cuidado, y no están en posición de considerar si este interés personal e inmediato está en armonía con el bien general y permanente de la nación.

  • C
    CORIOLANO1

    Lo que ha descubierto la ingeniería social post-marxista es la puesta en marcha estrategia atacar los valores liberales de escalado social en función de valores morales, éticos, merito esfuerzo, productividad y todo aquello que diferencie en positivo, a los que ha denostado por fascistas.
    A cambio crea unos arquetipos de éxito social ligados al parasitismo, la holganza, la molicie y al nihilismo bajuno a los que se les ha empoderado otorgándoles un sinfín de derechos sin contrapartida alguna de responsabilidades sobre sus actos.
    El mensaje que traslada a los jóvenes es que lo que reciben no lo merecen como recompensa a sus méritos, sino que se lo otorga el Estado a cambio de su voto cautivo, porque lo que puedan conseguir en la cucaña social no dependerá ya de lo que valgan como individuos sino de lo que reciban como premio a su lealtad ciega, su anomia y su dependencia de la droga dura que le otorgue un ficticio estado del bienestar.
    Otro nuevo y letal camino de servidumbre. El peor en siglos.

  • M
    ma

    Creí que iba a hablar de los miserables que se niegan a contratar a la gente por encima de los 45 años, o de los políticos que lo permiten quitando la discriminación por edad del código penal, o de los periodistas que se lo callan, pero no, nos da un mitin a la popular donde las subvenciones a las empresas, incluyendo los periódicos, son buenas, y las que se dan a los pobres, malas.

  • D
    de Larra

    Magnifico artículo Marisol.

  • 1
    123probando

    Aquí, los enemigos declarados de España utilizan al gobierno de España para acabar con España. Tiene su gracia y su mérito. Y nos dejamos.

  • K
    KVLT

    Leí el otro día en El Debate (esos fachas, ya saben) que los saharauis amotinados que hace casi cincuenta años secuestraron a sus unidades y las retuvieron durante meses en Argelia, matando a un solado español e hiriendo a otros dos, están actualmente cobrando pensiones del Estado.

    https://www.eldebate.com/opinion/tribuna/20230430/podria-espana-estar-pagando-traidores_110952.html

  • L
    lacolmena7

    Todo lo que comentas es verdad, pero no toda la verdad. Es decir, creo que caes en tu propia trampa del "buenismo ingenuo" y partes de la base de que La Democracia y los políticos deben ser perfectos, honrados y eficaces, y a partir de ahí los descalificas a todos porque no lo son. Creo que hay que partir de la base que son corruptos, mentirosos y codiciosos y, partiendo de esa base universal de la condición humana, pues ver qué se puede hacer. La alternativa a La Democracia es peor, sin duda. Por otro lado estoy de acuerdo en observar un proceso de autodestrucción de La Democracia... pero la culpa no es de los políticos sino del propio sistema, que es caduco por esencia, como todas las culturas humanas, por buenas que fueren. Esperemos que esta vez haya una excepción en nuestra historia y se revierta el proceso.

  • D
    DANIROCIO

    pues yo SI creo lo que dice este Omar,lo que esta pasando y seguira pasando en EUROPA es que cada dia y se esta viendo vamos perdiendo nuestra identidad y lo malo es que nos estamos dejando invadir por costumbres muy lejanas que no son propias de los DDHH ,Europa mirando a otro lado ,cada pais solo mira por ellos

  • V
    vallecas

    Cualquier persona con una vida normal, (trabajo, familia, amigos) no es de extrema izquierda. Para ser de extrema izquierda hay que estar "cabreado".
    Nuestros políticos que dicen ser de izquierdas pero que no se bajan del avión privado o viven en pisos de 400 m/2 como Yolanda, lo saben. El plan es lógico, cabrear a la gente.
    Utilizan todos los medios para su fin, odio, frentismo, populismo, enfrentamiento religioso, falta de agua.et, etc.
    La izquierda en Europa destruirá Europa.

  • N
    Norne Gaest

    Buen artículo.
    Están usando nuestra democracia para menguarla, hoy más que nunca con Sánchez y su banda.
    Los partidos políticos, en vez de instrumentos de representación, se convierten en elementos fundamentales de un sistema hipertrofiado y parasitario que básicamente se representa a sí mismo. En cada elección se juegan miles de puestos generosamente dotados, muchos de ellos superfluos (¿para que sirve el Senado, por ej.?).
    De aquí el carnaval de promesas electorales.
    Juegan a las polarizaciones y la infantilización, mientras los medios de comunicación, sobre todo las televisiones, contribuyen al esperpento, al cual se sumarán los electores con su voto mayoritario.
    Pero es muy fácil criticar y generalizar, y no voy a caer en ello. Por tanto, aunque el sistema partitocrático español funciona así, hay que decir que no todos los políticos ni todos los partidos son igual. Si se valora sin sectarismos previos, no es tan difícil saber donde están las excepciones.

    En cuanto al Omar Bakri, pues eso: primero renunciamos a reconocer intelectualmente al enemigo (la ideología islámica, no estigmaticemos) y luego, cuando tenemos dentro a señalados representantes y éstos actúan como tales, reaccionamos parcialmente, aislando cada caso, sin sacar lecciones de largo alcance.
    Una muestra de la decadencia y estupidez buenista de Occidente, de la que España participa plenamente.