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Opinión

Comentarios y relinchos

Extrañaba el retraso del presidente, quien prefirió jugar a la simultaneidad y aparecer muy pocos segundos antes de que lo hiciera el Rey con el propósito de pasar lo más inadvertido posible por el público

Comentarios y relinchos
Desfile Fiesta Nacional (12 de octubre).

Eran las diez de la mañana y en el paseo de la Castellana a la altura de la plaza de Lima, culminaban los preparativos para el inicio del desfile militar. Iban llegando los ministros, el alcalde y la presidenta de la Comunidad de Madrid. La titular de Defensa ejercía de maestra de ceremonias. La novedad de este año era la reducción de las tribunas, reservadas en exclusiva para las autoridades, sin invitados tampoco la recepción de Palacio. Algún micrófono direccional captaba comentarios de la ministra Margarita Robles que enseguida fueron inaudibles por la superposición de relinchos con muchos más decibelios.

Extrañaba el retraso del presidente, quien prefirió jugar a la simultaneidad y aparecer muy pocos segundos antes de que lo hiciera el Rey con el propósito de pasar lo más inadvertido posible por el público allí congregado, que como en otras ocasiones en cuanto le identificó procedió a tributarle muestras de desafecto con abucheos y gritos de "¡fuera, fuera!". Ninguna infracción del Reglamento de Honores Militares fijado en el Real Decreto 684/2010, cuyo artículo 3.3 dispone que “en cualquier acto sólo se rendirán honores a la bandera de España y a la autoridad que lo presida” que, en este caso, era el Rey. De conformidad con esas prescripciones, la megafonía ha eliminado en los últimos desfiles el anuncio de “hace su entrada en la plaza el señor presidente del Gobierno”, que se escuchaba años atrás y que servía de consigna fulminante para desencadenar las protestas contra el presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Dice el artículo 21º de las Reales Ordenanzas que “Las Fuerzas Armadas representando a la Nación y en nombre de los poderes del Estado, serán encargadas de rendir los honores de ordenanza en los actos o ceremonias oficiales”. Así se ha cumplido antes de iniciarse el Desfile con el izado de la bandera y el homenaje a quienes dieron su vida por España. Gustaría saber por qué este año se ha preferido que tuviera un trayecto más corto y excéntrico, desde iba de la plaza del Cuzco hasta el cruce con Raimundo Fernández Villaverde. En cuanto a las unidades seleccionadas se ignora el criterio aplicado para que estuvieran ausentes los alumnos de la Academia Militar de Zaragoza, de la Escuela Naval de Marín y de la Academia del Aire de Alcantarilla, así como de las Academias de Suboficiales.

Viene a cuento repasar el artículo 8º de la Constitución donde se señala que las Fuerzas Armadas se componen del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire".

Llegados aquí, viene a cuento repasar el artículo 8º de la Constitución donde se señala que las Fuerzas Armadas se componen del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire, y se define su misión: garantizar la soberanía e independencia de España y defender la integridad territorial y el ordenamiento constitucional. De modo que: primero, ni la Guardia Civil, ni la Policía Nacional forman parte de las Fuerzas Armadas, como sucedía con graves consecuencias para el orden público y las libertades civiles en el régimen franquista; segundo, a las Fuerzas Armadas se les asigna una misión, palabra que sólo aparece ahí en todo el texto constitucional; tercero, los verbos garantizar y defender hacen referencia inequívoca al respaldo de las armas; cuarto, de ahí la importancia de que la disciplina sea, según el artículo 11º de las Reales Ordenanzas, su factor de cohesión, obligue a todos por igual, haya de ser practicada y exigida como norma de actuación y tenga su expresión colectiva en el acatamiento a la Constitución, a la que la Institución Militar está subordinada; quinto, ahora que se ha expandido el deporte de vituperar al rey emérito, habrá que mantenerle el reconocimiento de haber logrado el cambio de lealtades de las Fuerzas Armadas que pasaron de la lealtad inquebrantable al Caudillo a ser el respaldo de la democracia española.

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