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Dos años después, la sombra de Rosalía Mera sigue siendo alargada

Rosalía Mera (Gtres).

Era el 14 de agosto de 2013 y los teletipos de las agencias cantaban las noticias con el ritmo pausado que solo tiene la información en agosto, pero de repente los cimientos de la industria textil española se tambalearon: la empresaria y filántropa Rosalía Mera había sufrido un accidente cerebrovascular y se debatía entre la vida y la muerte en un hospital de Menorca. Pocas horas después, entrados ya en el 15 de agosto y tras ser trasladada a La Coruña, se confirmaban los peores presagios: había sufrido un fallo multiorgánico y fallecía en el hospital San Rafael de la ciudad gallega.

Adicta a la discreción, solo entonces fue cuando la mayoría de los españoles comenzaron a descubrir a una empresaria que había sabido mover su fortuna con acierto y que, consciente de su responsabilidad social,  también había dedicado una buena parte de ella a fines no especulativos, sino solidarios. La coruñesa Rosalía Mera, nacida en 1944 en una familia humilde, nunca olvidó sus orígenes, ni siquiera cuando la empresa que fundó con su entonces marido Amancio Ortega comenzó a despuntar en la industria textil española a comienzos de los años 80.

Sandra, Marcos y el divorcio

Por aquella época su matrimonio con Ortega, con quien se había casado en los años 60, era prácticamente una formalidad  administrativa. Aunque eran padres de una niña, Sandra, los años habían hecho mella en la relación, que también se había visto afectada por el duro esfuerzo para poner en marcha Inditex y por el nacimiento de su segundo hijo, Marcos, aquejado de una grave discapacidad intelectual. “Toda persona que espera un hijo hace un proyecto, imagina cómo será... Y luego nace uno que no es el esperado y que cambia tu vida. Es una de las situaciones más duras, es peor que una muerte. Es una muerte simbólica, y luego una carga y una responsabilidad enorme”, reconocería Rosalía al escritor Suso de Toro en una recordada entrevista publicada en El País en 2004.

No fue una ruptura fácil: ella se enteró de que él estaba con otra mujer (Flora, con la que continúa) al nacer la hija de ambos, Marta, y decidió refugiarse en su hijos, Sandra y Marcos. Rosalía sabía que su hija, que por entonces tenía 18 años, había adquirido muchos rasgos de su carácter y confió en ella para ir otorgándole responsabilidades en sus acciones solidarias.

El presupuesto de su fundación ha aumentado tras su fallecimiento.

Ese fue, precisamente, el gran pilar en el que Rosalía Mera cimentó su leyenda. Más allá de ayudar a levantar el que hoy en día es uno de los mayores imperios textiles del planeta, la coruñesa supo invertir su dinero con gran acierto y dedicar una parte nada desdeñable de su fortuna a una fundación llamada Paideia Galiza dedicada a la integración social y que es, en realidad, su gran herencia. A ella se sigue dedicando Sandra, que igual que ella mantiene un perfil discreto a pesar de haber heredado el título de ‘la mujer más rica de España’ y que no ha descuidado la gran obra de su madre. Su presupuesto ha aumentado desde el fallecimiento de Mera hasta más de 1.700.000 euros.

En lo que no ha seguido Sandra los pasos de su madre es en el deseo de convertirse en abanderada de causas solidarias. La fundación fue la constatación más palpable de un espíritu combativo que llevaba a Mera a opinar abiertamente de asuntos sociales con una voz que sonaba diferente a la de otros empresarios. A pesar de que su discreto carácter la mantuvo alejada de los medios durante muchos años (la entrevista con De Toro fue una de las contadas excepciones en una calculada política de secretismo), Mera expresó en más de una ocasión su apoyo a la legislación sobre la interrupción voluntaria del embarazo del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y no calló su disgusto por los recortes sociales llevados a cabo como respuesta a la crisis económica que España comenzó a padecer a finales de la pasada década: “Si regateamos en el tema de la salud, de la infancia, de la educación, nos estamos haciendo un flaquísimo favor”. 

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