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Ignacio Polanco dimite como presidente de honor de Prisa

El hijo del fundador del grupo ostentaba el cargo desde 2012. Los Polanco pidieron en la pasada Junta de Accionistas un mayor peso en la gestión de la compañía, tras haber perdido toda su influencia

Prisa mejora resultados en todas sus líneas de negocio en el tercer trimestre del año
Sede del Grupo Prisa en la Gran Vía madrileña EFE

Nuevo 'histórico' que abandona su cargo en el Grupo Prisa. Ignacio Polanco ha dimitido este martes como presidente de honor de la compañía después de haber ostentado este puesto desde 2012, tal y como han informado a Vozpópuli fuentes internas. Esta posición tenía un valor simbólico, pero deja clara la menguante importancia de la familia fundadora en la empresa.

De hecho, figuran como accionistas significativos a través de la sociedad Rucandio S.A., que aglutina el 7,6% de los títulos del grupo. Sin embargo, tan sólo tienen un vocal -Manuel Polanco- en el órgano de gobierno del grupo y cuentan con menos peso en el accionariado que Amber Capital (29,7%), Vivendi (9,9%) y Telefónica (9,4%).

Según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), los descendientes de Jesús de Polanco conservaban, en el momento de su fallecimiento, el 64% de los títulos de la compañía, mientras que actualmente no llegan al 8%.

Su influencia también se ha visto debilitada en los últimos meses, dado que se posicionaron del lado de Santander en la batalla que libró contra Amber Capital por el control de la compañía, que culminó con el cese de Javier Monzón como presidente y en el nombramiento de Joseph Oughourlian como sustituto.

Su oposición al golpe de timón que Oughourlian -con el apoyo de la gran mayoría del Consejo- realizó en el grupo no ha sido especialmente fuerte, pero en los últimos meses han ofrecido algunos síntomas sobre su malestar con el rumbo de la empresa.

Sin ir más lejos, el pasado junio, en la Junta General Ordinaria de Accionistas, reclamaron un mayor peso de los socios significativos en la gestión del grupo, así como una presencia más elevada de consejeros latinoamericanos en su órgano de gobierno.

También expresaron su deseo -”es fundamental”- de que los medios de comunicación de Prisa cumplan en el futuro los principios fundacionales con los que El País fue concebido en 1979 y pusieron el foco sobre la situación económica, a futuro, de la empresa.

Oughourlian, que en reuniones como la de octubre de 2017 no ha rehuido la confrontación- compartió el juicio que han realizado los Polanco sobre la situación financiera del grupo, pero les lanzó un dardo, al recordar la postura que ha mantenido la familia históricamente sobre las operaciones que dispararon la deuda de Prisa: "Es oportuno que cada uno asuma sus responsabilidades en las causas que llevaron a ese nivel endeudamiento; quien tomó esas decisiones desde luego no fui yo".

“Mi principal objetivo desde que llegué ha sido reducir endeudamiento, a veces, con algún desacuerdo en el Consejo”, añadió, en referencia a debates que se mantuvieron en el Consejo unos años atrás, entre otras cosas, sobre la necesidad de vender activos del grupo, que Amber Capital defendía y que encontró resistencias en algunos accionistas.

Profundos cambios en Prisa

La dimisión de Ignacio Polanco es simbólica, pero se produce en un año de cambios profundos en el organigrama de Prisa. Sin ir más lejos, el Consejo de Administración de la empresa ha designado este martes a Francisco Cuadrado como nuevo presidente y consejero delegado de Santillana, en sustitución de Manuel Mirat. Cuadrado también ejercerá de vocal en el órgano de gobierno de Prisa a partir de ahora.

En la pasada Asamblea de accionistas, Carlos Núñez fue ratificado como CEO de El País y la Cadena SER; y hace unas semanas se confirmó la salida de su directiva de Augusto Delkáder, quien fue nombrado presidente de honor de la SER.

En los últimos tiempos, el Consejo de Prisa también se ha restructurado de forma importante. Rosauro Varo fue nombrado vicepresidente, y Javier Santiso y María José ‘Pepita’ Marín, consejeros rasos. Vivendi designó a Carmen Fernández de Alarcón como dominical, mientras que Amber hizo lo propio con Miguel Barroso, exsecretario de Estado de Comunicación mientras José Luis Rodríguez Zapatero era inquilino del Palacio de la Moncloa.

Los cambios también se han extendido a sus medios de comunicación, como se demuestra en el nombramiento de Pepa Bueno como directora de El País y de Montserrat Domínguez como responsable de la SER.

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