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ELECCIONES EN BRASIL

Sorpresa en Brasil: Lula y Bolsonaro se jugarán la presidencia en la segunda vuelta

El candidato izquierdista, favorito en los sondeos, no logra el 50 por ciento necesario para lograr una elección directa. El candidato derechista sale reforzado tras obtener cerca del 44 por ciento del sufragio

Sorpresa en Brasil: Lula y Bolsonaro se jugarán la presidencia en la segunda vuelta
El izquierdista Lula da Silva tras conocerse los resultados de la primera vuelta de las elecciones brasileñas. EFE

Los ciudadanos brasileños tendrán que esperar al 30 de octubre para conocer quién será su nuevo presidente. Pese a que partía como gran favorito en los sondeos, el candidato izquierdista, Luiz Inácio Lula da Silva, ex mandatario del país carioca entre 2003 y 2011, no alcanzó este domingo el 50 por ciento de los votos necesario para lograr una elección directa en la primera vuelta. Con el 97,07 por ciento del voto escrutado, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) obtuvo un 47,88 por ciento del sufragio frente al 43,8 por ciento logrado por su máximo rival, el actual presidente y candidato del Partido Liberal (PL), Jair Bolsonaro.

Ambos candidatos madrugaron ayer para ejercer su derecho a voto en las elecciones más polarizadas de los últimos tiempos. Los dos defienden modelos antagónicos para un país que atraviesa una situación muy delicada, con índices récord de inflación, una creciente brecha de desigualdad, desempleo y con los estragos de la pandemia. La jornada electoral se desarrolló con una normalidad general, sin incidentes graves como se temía, aunque sí se registraron discusiones verbales y momentos de tensión entre los partidarios de los dos candidatos.

"Estoy seguro de que serán unas elecciones limpias y que ganaremos con el 60 por ciento de los votos", dijo Bolsonaro tras votar en su colegio electoral de Río de Janeiro. Finalmente, se tuvo que 'conformar' con algo menos del 44 por ciento -más de 49 millones de votos-. Un dato, sin embargo, que le mantiene con vida de forma inesperada, ya que algunos análisis demoscópicos que daban a Lula una victoria definitiva en la primera vuelta. El izquierdista cosechó 54,8 millones de apoyos. El Movimiento Democrático Brasileño de Simone Tebet fue la tercera fuerza más votada, con un 4,22 por ciento del sufragio y 4,7 millones de votantes. Por su parte, Ciro Gomes, en el cuarto puesto, ha obtuvo un 3,06 por ciento.

Dos modelos antagónicos

El candidato de los Trabajadores, de 76 años, volvió a presentarse a los comicios después de que recuperase sus derechos tras ser anuladas sus condenas. En total, Lula pasó 580 días en la cárcel tras ser declarado culpable de los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero. En 2021, el Tribunal Supremo federal revocó las condenas el considerar que no se habían respetado los derechos del político durante el proceso judicial, que llevó a cabo Sergio Moro, nombrado como Ministro de Justicia en 2019 por el propio Bolsonaro.

El país vivió uno de sus periodos más prósperos coincidiendo con el gobierno de Lula, entre 2003 y 2010. En ese tiempo, el político apenas llevó a cabo reformas económicas, pero la gran demanda de materias primas del exterior le permitió aplicar una serie de políticas de ayudas sociales que contribuyeron a sacar de la pobreza a unos 30 millones de personas. En 2018 tenía todo a su favor para volver a ser reelegido como presidente, pero su condena y entrada en prisión truncó sus aspiraciones.

Aprovechando esa crisis en el Partido de los Trabajadores, Jair Bolsonaro consiguió llegar al poder con un discurso basado en promesas como el de la restauración del orden en las calles -con el polémico derecho a portar armas- o el de castigar la corrupción del Partido de los Trabajadores. Ahora, cuatro años después, el presidente tiene la intención de seguir privatizando empresas estatales -como Eletrobas, Correios y de la polémica Petrobas- si consigue revalidar su mandato.

Lula, por su parte, ha escalado en los sondeos prometiendo políticas de impulso del consumo para combatir la crisis económica y una reforma fiscal progresiva con la que gravar las grandes fortunas. También pretende nacionalizar por completo la eléctrica Eletrobras, poner en marcha un gran plan de obras públicas para generar empleo y poner fin a la explotación indiscriminada del Amazonas, informa Europa Press. Los dos candidatos han prometido aumentar la inversión en políticas sociales para reducir la inflación.

Bolsonaro y Da Silva son los dos únicos aspirantes de los once que se presentaron a la primera vuelta de los comicios con opciones reales de gobernarConsciente del favoritismo que le otorgaban los sondeos a Lula, Bolsonaro ha centrado su campaña en poner en duda el sistema electoral brasileños y en atacar al izquierdista por su pasado con la Justicia.

El resultado de estos comicios, por otro lado, también será crucial para el futuro del Amazonas. Ambos presidentes presentan dos modelos muy distintos en política medioambiental. Bolsonaro ha sido muy criticado por haber recortado el presupuesto destinado a gestión y protección de la naturaleza, así como por haber cerrado instituciones de defensa medioambiental en un mandato que ha acelerado la destrucción del Amazonas.

Su máximo rival en las urnas, en cambio, ha propuesto acabar con la minería y la deforestación ilegales.  Lula también tiene un historial medioambiental irregular. En su día, fue muy criticado por haber promovido la represa hidroeléctrica amazónica de Belo Monte. Sin embargo, también es recordado por reducir un 85 por ciento la pérdida de bosques del país hasta 2012 de la mano de su ex ministra de Medio Ambiente, Marina Silva.

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  • V
    vallecas

    La Democracia es lo mas anhelado de Occidente. En ocasiones tras alguna revuelta de un país tercermundista donde "nadie" saber leer ni escribir lo urgente es votar. En las papeletas tienen que poner las fotos de los candidatos para que la gente los diferencie.
    Se supone que el presidente de USA o el de Brasil debería ser el "mejor americano" "el mejor brasileño". Pues a los Brasileños les dan a elegir entre Bolsonaro y Lula. "Vaya tela". Estamos "apañaos".