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Internacional

ENTREVISTA A SONIA ALDA, EXPERTA EN AMÉRICA LATINA

"Chile está ahora en el peor de los escenarios posibles"

El rechazo de los chilenos a la nueva Constitución exige a Boric medidas en medio de una crisis económica y de seguridad ciudadana. El proceso constituyente no se ha cerrado

Partidarios de la opción "Rechazo" celebran el resultado del plebiscito constitucional, en Santiago (Chile). EFE

El rechazo de los chilenos a la nueva Constitución (con un 62% de los votos) obliga al presidente Gabriel Boric a emprender una remodelación de su gabinete. Tras apostar buena parte de su capital político a la aprobación de la Carta Magna, el golpe para Boric es considerable. Todo ello en medio de una crisis de popularidad: seis meses después de entrar en el Palacio de la Moneda su porcentaje de aprobación se sitúa en el 38%. El ‘no’ en el referéndum responde a más cuestiones que un rechazo a su liderazgo o a la falta de consenso en el proceso constituyente por el peso de sectores de izquierda y colectivos independientes. Sonia Alda, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Comillas experta en América Latina, analiza las claves de los sucedido en Chile en esta entrevista con Vozpópuli.

Pregunta: Tras el rechazo a la nueva Carta Magna, Boric ha citado a los partidos para debatir la continuidad del proceso de cambio constitucional antes de anunciar una remodelación de su gabinete. ¿Cuáles son las perspectivas para Chile a corto plazo en medio de una grave incertidumbre económica?

Respuesta: A corto plazo el panorama no es muy halagüeño: no se ha podido cerrar el proceso constituyente en medio de una situación de incertidumbre económica y de más inseguridad. Esta situación hace que la vivencia diaria de los chilenos, más allá de sus preocupaciones por la nueva Constitución, sea que las cosas están empeorando. Por ello, el horizonte no es fácil y no parece que pueda resolverse en el corto plazo. Si hubiera triunfado el 'sí' habría provocado más inestabilidad pero el 'rechazo' no deja de generar también dicha inestabilidad porque no se termina de normalizar el proceso constituyente. En este contexto, con la incertidumbre económica y con la crisis de seguridad ciudadana, las perspectivas no parecen ser las mejores. Todo ello exige (al Gobierno) medidas en medio de un proceso constituyente que no se ha cerrado. En un mal escenario este es el peor de los escenarios posibles: el no poder concluir dicho proceso.

P: ¿El hecho de que se hayan elegido a personas ajenas al sistema político para diseñar la nueva Constitución ha tenido un peso importante en el resultado?

R: Estamos en medio de una tragedia existencial a nivel político en todo el planeta que ha dado lugar a un rechazo de la clase política tradicional. Los resultados de la composición en Chile de la Convención Constitucional -el órgano encargado de redactar la nueva Carta Magna- reflejan perfectamente este hecho. Es una especie de salto al vacío al buscar personas con las que la ciudadanía pueda identificarse, una elección que no responde a la crisis actual. Si haces eso el resultado puede ser el contrario al que deseabas. Ahora se ve como posible solución que el proceso constituyente se reconduzca hacia los actores tradicionales. Al final es volver a las figuras que quisimos rechazar porque "no nos comprendían".

P: ¿Por qué Boric ha sufrido una caída de popularidad tan notable en sus primeros seis meses de mandato?

R: Uno de los problemas en América Latina es siempre la creación de expectativas. No se pueden realizar milagros en seis meses (el tiempo que lleva Boric en el Palacio de la Moneda) en un contexto social y económico como el que vive Chile (el país registró este verano su dato más alto de inflación desde hace 30 años: 13,1%). Y todo ello en medio de un proceso constituyente, el escenario más complejo posible. También ha habido un error estratégico por parte del presidente de la República: haberse implicado tanto en el 'apruebo' y empeñarse en situarse en un bando al pensar que la victoria estaba asegurada. Hubiera sido más estratégico apoyar el proceso constituyente y no volcarse tanto en el 'sí'. Su actitud ha originado un rechazo extraordinario.  

P: Algunos sectores han asociado la probación de la nueva Carta Magna a un retroceso de las inversiones en Chile. ¿Por qué?

R: Chile es una economía absolutamente liberalizada. Esa creencia forma parte del 'voto del miedo'. Chile es un país que vive de la inversión extranjera y la liberalización comercial pero temer una fuga de inversores si hubiese ganado el 'sí' es exagerado. Forma parte de ese 'voto del miedo' que mencionaba. El país tiene una solvencia institucional que garantiza esos inversiones.

P: Boric llegó al poder con un juego de equilibrios insólito en la región -criticaba a los regímenes bolivarianos pero también al centro izquierda- que algunos bautizaron como la nueva izquierda latinoamericana. ¿Supone el rechazo a la nueva Carta Magna un punto de inflexión a nivel regional?

R: Tenemos que esperar a ver qué sucede. Una de las razones por las que ha triunfado el 'no' es que, cuando en el Gobierno se dan cuenta de que pueden perder empiezan a declarar que el proceso constituyente debe continuar y que debe de haber moderación. No sé hasta qué punto supone un retroceso o un redireccionamiento de esa nueva izquierda latinoamericana. Creo que no es necesariamente un retroceso de esa nueva izquierda, más bien supone un ajuste en este proceso de transformación. Los chilenos quieren una nueva Constitución y, desde luego, no quieren volver a la Constitución de Pinochet.

P: Podemos o el presidente de Colombia, Gustavo Petro, achacan el resultado de la consulta a la desinformación...

R: Se ha llegado a decir que con el cambio constitucional sería posible abortar a los nueve meses de gestación. El 'voto del miedo' ha tenido peso, al igual que las fake news y la desinformación. Es algo que hoy en día ocurre en todo el planeta. En Latinoamérica el demonio del comunismo genera mucho pánico entre los votantes, incluso entre los de centroizquierda. Ya sucedió con Petro y con Castillo. Esa cuestión, que parece tan alejada en el tiempo, sigue teniendo mucho peso en este tipo de procesos.

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  • L
    lersserp

    Pues yo veo el mejor de los escenarios posibles.
    Si hubiera ganado el SI, en menos de 10 años, chile estaría peor que Argentina y con unas autonomías a la española de terror.
    Hay que concluir que los chilenos, en su conjunto, han acertado de pleno.

  • 1
    123probando

    Creen que cambiando mucho la Constitución el país será más próspero. Esa es la estrategia de los podemitas chilenos para hacerse con el país por la puerta de atrás.

    Lo que hace más próspero a un país es su sistema económico principalmente.

  • E
    Entrerios

    "Chile es un país que vive de la inversión extranjera y la liberalización comercial pero temer una fuga de inversores si hubiese ganado el 'sí' es exagerado."
    Cualquier inversor sabe perfectamente que la llegada de un gobierno de izquierda que empieza a hacer cambios de constitución, esta en el paso previo a estatizaciones y expropiaciones.

  • M
    Miramelindo

    Se diría que Sonia Alba está decepcionada con el resultado de rechazo. El “voto del miedo” esta perfectamente justificado viendo el destino de el destino de la izquierda en la región. No es casual que tras Cuba hayan seguido el camino Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Argentina, etc

  • T
    T. Jefferson

    Se le ve el plumero a la entrevistada
    Los mismos argumentos que utilizan aquí los y las podemitas
    Esta en shock: no comprende como los chilenos han votado en contra de los que defienden a la “gente”

  • G
    Ganuza

    ¿Experta en América Latina?
    ¡¡¡!!!
    La entrevista se mueve entre perogrulladas y boberías del tipo "hay que darle más tiempo" que seis meses no llegan para jo der un país (eso lo añado yo)
    Lamentable y patética entrevista.

    • L
      lersserp

      Esta entrevistada se siente defraudada. Por mucho que le pese, los chilenos han elegido quedarse con la Constitución de Pinochet.
      Son muy conscientes que les ha llevado al mayor nivel de vida de toda Iberoamérica.
      Con 6 meses de desastre ya han tenido bastante.
      No soy chileno, pero lo lógico sería anular el proceso constituyente y convocar elecciones generales.