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Internacional

Ataque al Congreso de Brasil: lo que sabemos hasta ahora

El presidente Lula denuncia a los 'fascistas fanáticos' que entraron en las instituciones y anuncia la intervención de la seguridad federal

El Supremo de Brasil aparta temporalmente al gobernador de la capital
Simpatizantes de Bolsonaro en las calles de Brasilia tras el asalto a las instituciones democráticas EP

Durante la tarde del domingo miles de simpatizantes del expresidente de ultraderecha, Jair Bolsonaro, invadieron el Congreso de Brasil, el Palacio presidencial y la Corte Suprema del país. Tres horas después del asalto, sobre las 18:30 y tras momentos de tensión, las fuerzas de seguridad brasileñas se hicieron con el control de los edificios llegando a arrestar a, por lo menos, 300 personas.

En total, al menos 1.200 bolsonaristas fueron detenidos este lunes en el campamento que habían montado frente al cuartel general del Ejército en Brasilia desde las elecciones de octubre y desde el que fueron lanzados los ataques del domingo contra las sedes de los tres poderes en Brasil. Los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, que no reconocen la victoria del líder progresista Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones presidenciales, fueron detenidos luego de que, cercados por la Policía y el Ejército, desmontaran pacíficamente el campamento en el que se refugiaban.

Este es el primer intento golpista que ha tenido lugar en Brasil después de que el presidente Lula Da Silva tomara posesión del poder hace apenas una semana, y el suceso recuerda a lo ocurrido hace dos años en EEUU cuando cientos de partidarios de Donald Trump invadieron el Capitolio.

Ante la irrupción de miles de simpatizantes de ultraderecha, Da Silva ha anunciado una intervención de seguridad federal en Brasilia y ha puesto a la policía bajo el control del gobierno central hasta el 31 de enero, después de que las fuerzas de seguridad de la capital fueran sorteadas por los asaltantes. Dijo que los organismos encargados de hacer cumplir la ley mostraron "incompetencia, mala fe o malicia" y prometió represalias a los culpables. 

Por su parte, Jair Bolsonaro ha respondido a los ataques del domingo con publicaciones en las redes sociales defendiendo su historial en el gobierno brasileño y diciendo que la invasión de edificios públicos ha supuesto un exceso. “Las manifestaciones pacíficas, dentro de la ley, forman parte de la democracia”, escribió en Twitter. “Sin embargo, las depredaciones e invasiones a edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, son excepciones a la regla”. No llegó a condenar directamente a los asaltante y arremetió contra las afirmaciones de Lula de que él era el responsable. Después de más de siete horas después del ataque a los edificios públicos, ha asegurado que durante su mandato "siempre" ha cumplido con la Constitución, "respetando y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y la sagrada libertad".


En una rueda de prensa este domingo, Lula, que se encontraba de viaje oficial en el Estado de Sao Paulo por las inundiaciones, condenó la violencia de las últimas horas, agumentando que "no tiene precedentes". "Nunca se ha hecho en la historia de este país", se ha lamentado durante un discurso en el que ha recordado sus propias derrotas electorales. "Todos los vándalos serán encontrados y castigados", ha dicho el mandatario, antes de leer de viva voz los detalles de un decreto que implica la intervención sobre las competencias que teóricamente le competen a Brasilia, cuya labor había sido puesta en duda por el oficialismo tras el caos vivido en las calles de la capital.

Paralelamente, el juez del Tribunal Supremo brasileño Alexandre de Moraes ha apartado durante 90 días al gobernador de Brasilia, Ianeis Rocha, por haber sido presuntamente conocedor del asalto a las instituciones por parte de los simpatizantes de Bolsonaro. Moraes ha tomado esta decisión durante la madrugada del lunes (hora local), tras la petición de un senador -Randolfe Rodrigues- y de la Fiscalía General de la República, considerando que los manifestantes contaron con la aprobación del gobierno de Brasilia para llevar a cabo los actos, según ha informado G1.

"La escalada violenta de hechos delictivos ha derivado en la invasión de los edificios de Palacio del Planalto, del Congreso Nacional y del Tribunal Supremo Federal, con depredación de bienes de dominio público, como fue ampliamente difundido por la prensa nacional", ha indicado el magistrado.

Los líderes de América Latina respaldan a Lula

Los líderes políticos de América Latina han salido en bloque a respaldar al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, tras el ataque de bolsonaristas este domingo contra algunas de las principales instituciones, en un mensaje común que se repite a izquierda y a derecha del espectro político. El primero en pronunciarse en redes sociales ha sido el presidente de Colombia, Gustavo Petro, para pedir la aplicación de la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA). "Es hora urgente de reunión de la OEA si quiere seguir viva como institución y aplicar la carta democrática", ha publicado Petro en su cuenta en Twitter.

Por su parte, el presidente de Chile, Gabriel Boric, ha tachado de "impresentable" el ataque a "los tres poderes" de Brasil, que ha atribuido a bolsonaristas. Así, ha ofrecido "todo" el respaldo de Chile "frente a este cobarde y vil ataque a la democracia". También desde Argentina su mandatario, Alberto Fernández, ha expresado su "incondicional" apoyo a Lula frente a "un intento de golpe de Estado". Espera unidad regional ante "esta inaceptable reacción antidemocrática que intenta imponerse en Brasil".

Para el mexicano Andrés Manuel López Obrador, lo ocurrido este domingo es un "reprobable y antidemocrático intento golpista de los conservadores de Brasil, azuzados por la cúpula del poder oligárquico, sus voceros y fanáticos". Lula, según López Obrador, "no está solo, cuenta con el apoyo de las fuerzas progresistas de su país, de México, del continente americano y del mundo".

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ha condenado "enérgicamente" los actos "violentos y antidemocráticos" en Brasil, ya que entiende que tienen como objetivo "generar caos" e incumplir "la voluntad popular" expresada en las elecciones e 2022, de las que salió derrotado Bolsonaro. En esta línea, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha condenado "la violencia generada por los grupos neofascistas de Bolsonaro", que "han asaltado las instituciones democráticas del Brasil, y ha expresado su confianza en la movilización del pueblo brasileño "en defensa de la paz" y de su líder.

También se ha expresado así su homólogo en Bolivia, Luis Arce, quien ha condenado "enérgicamente el asalto al Congreso, Palacio y Tribunal Supremo de Brasil por parte de grupos antidemocráticos". "Los fascistas siempre buscarán tomar por la fuerza lo que no lograron en las urnas", ha agregado Arce antes de mostrar su "solidaridad con el pueblo brasileño y el presidente Lula". La mandataria hondureña, Xiomara Castro, ha manifestado su "apoyo incondicional" a Lula "en nombre del pueblo de Honduras "frente al fascismo ya derrotado en Brasil".

Más tarde, la presidenta peruana, Dina Boluarte, ha "rechazado el uso de la violencia y el intento de asaltar el Congreso y la presidencia". Igualmente, Boluarte ha criticado el asalto, tachándolo de "embestida intolerante de quienes buscan imponer su visión política, sin respetar la ley y las instituciones democráticas". Por su parte, el jefe de Estado de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso, se ha sumado a las críticas contra "las acciones de irrespeto y vandalismo" perpetradas contra "instituciones democráticas", ya que "atentan contra el orden democrático y la seguridad ciudadana".

La Presidencia de Costa Rica ha "lamentado la agresión a la democracia", al tiempo que ha instado a respetar el orden constitucional del país y ha trasladado su respeto a Lula. El dirigente costarricense, Rodrigo Chaves, ha agregado que la "democracia siempre debe prevalecer", ya que "el gobierno siempre la respaldará internacionalmente y la defenderá en el país".

Mientras, el presidente de Haití, Ariel Henry, ha destacado que el "gobierno haitiano condena los ataques perpetrados contra las instituciones democráticas de Brasil y renueva su apoyo a Lula, recientemente elegido por el pueblo brasileño". Asimismo, el mandatario panameño ha "condenado los asaltos a la institucionalidad democrática de Brasil", agregando que su gabinete respalda "de manera incondicional" a Lula. Y su homólogo paraguayo, Mario Abdo, ha incidido en que su equipo sigue "con preocupación los hechos ocurridos" en su país vecino. "El camino siempre debe ser el respeto a las instituciones, a la democracia, a la libertad y la no violencia", ha agregado.

El Ministerio de Exteriores de Uruguay ha condenado, a su vez, "los episodios de violencia", a lo que el mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou, ha agregado que "lamenta" las acciones que "atentan contra la democracia y las instituciones". El dirigente de República Dominicana también ha "expresado el más enérgico repudio" y ha condenado "a los injustificables actos de violencia", sumándose a las muestras de solidaridad para con los brasileños.

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