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Hispano Suiza recupera su filosofía original con deportivos 100% eléctricos

La legendaria firma de coches de lujo lanza una edición limitada de su nuevo 'Carmen', símbolo absoluto de distinción y exclusividad.

La espectacular silueta del Carmen, sobre el que se inspira el nuevo 'Carmen Boulogne'.

Hubo un tiempo en que una marca de automóviles española, Hispano Suiza, estuvo entre las más lujosas del mundo. Entre 1904 y 1946 diseñó y fabricó unos 12.000 automóviles. Vuelve a ocurrir ahora, igual que entonces: diseños únicos y absolutamente personalizables, exigentes motorizaciones y ediciones limitadas, apenas para un grupo de privilegiados. La marca, relanzada por los bisnietos de los fundadores, fabrica un total de 19 unidades: a las 14 del modelo bautizado como Carmen que ya estaban en marcha, se ha unido recientemente la construcción de otras cinco unidades del que es, sin duda, el vehículo más audaz de Hispano Suiza: el Carmen Boulogne, totalmente eléctrico como aquel, pero más potente, más rápido, más perfecto. Costará en torno a 1,65 millones de euros más impuestos y los primeros compradores, al igual que los del Carmen, recibirán su vehículo a lo largo de 2022.

El emblema de la cigüeña se ha matizado para reflejar las líneas limpias y la superioridad tecnológica de sus últimos vehículos.

Carmen es Carmen Mateu (1936-2018), nieta del fundador de la empresa y madre del actual presidente, y Boulogne es una ciudad francesa en cuyas carreteras, allá por los años 20 del siglo pasado, se disputó la Copa George Boillot, en la que Hispano Suiza compitió con diversas versiones de su modelo H6 Coupé en una carrera de resistencia de más de tres horas y media que ganó tres veces de forma consecutiva entre 1921 y 1923. Carmen Boulogne se inspira, sí, en la competición para ofrecer una combinación de potencia estimulante, lujo excepcional y diseño elegante. Diseñados, desarrollados y fabricados en Barcelona –en una demostración del made in Spain que la marca siempre llevó por bandera–, ambos comparten la inspiración clásica, pero el Boulogne exhibe un estilo más deportivo y unas prestaciones únicas: capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,6 segundos, puede llegar a alcanzar los 290 km/h de velocidad máxima. Para lograr estas cifras, cuenta con dos motores de imán permanente de 410 kW (820 en total), uno para cada rueda trasera. Con una batería de polímero de iones de litio con 80 kWh de capacidad, su autonomía prevista es de más de 400 km. En media hora, es posible cargar el 80% de la batería.

Detalle de la tapicería.

Si el estilo del Carmen es deliberadamente provocativo, destinado a generar una reacción emotiva y ser reconocible al instante, el Carmen Boulogne refuerza esta sensación agregando una capa inquietante a través de su fibra de carbono expuesta, cuidadosamente pulida, bajo un lustroso barniz. El impacto visual alcanza su punto más álgido mientras las puertas de tijera se elevan y giran en un movimiento suave y elegante. En su interior, la cabina de pasajeros combina el diseño clásico de Hispano Suiza con materiales de alta calidad, como el metal anodizado color tulipán anaranjado; el reloj suizo del centro del tablero o la piel utilizada para tapizar los asientos, los paneles de las puertas y el techo, fruto de una labor artesanal realizada en las instalaciones de Hispano Suiza en Barcelona. En cualquier caso, cada Carmen Boulogne es casi infinitamente personalizable a través del departamento Unique Tailormade, que permite al comprador elegir el tono específico del cuero o la iluminación interior entre otras configuraciones.

Uno de los grandes

Esta nueva variante del Carmen es la siguiente etapa en el resurgir de la marca de coches de lujo española, presidida en la actualidad por Miguel Suqué Mateu , bisnieto del fundador, Damián Mateu. De la unión de este empresario catalán y el ingeniero suizo Marc Birkigt nació una eficiente empresa que tenía como máxima fundamental la calidad y refinamiento de sus productos. Todo comenzó en un pequeño taller situado en la calle barcelonesa de Floridablanca y, gracias a su buen hacer y al excelente aspecto que presentaban sus vehículos, pronto se hicieron con un nombre en el sector. Con una receta reconocible: grandes dimensiones, un nivel de sofisticación solo al alcance de unos pocos y una producción limitada. En realidad, durante el primer año de vida de la sociedad se firmaron once contratos y tan sólo se entregaron dos coches. Su primer modelo se llamó 14HP (en honor a la potencia del mismo) y costaba, sin extras, 12.000 pesetas.

Estand de Hispano Suiza en el Salón del Automóvil de Paris, en 1912.

Al hilo de sus victorias en competiciones por toda Europa y su presencia en los salones del automóvil más importantes de la época, como el de París, así como la labor de promoción del rey Alfonso XIII, que llegó a tener 30 unidades de la marca, la fama de Hispano Suiza fue alcanzando grandes cotas, incluso cuando, con motivo de la Primera Guerra Mundial, reconvirtió su producción para fines bélicos y acabó desarrollando exitosos motores para aviones. Los años 20 y 30 fueron los de máximo esplendor de la marca, que creó maravillas como el H6, un imponente coche que se consolidó como el favorito de la élite social. Entre su clientela destacaban el príncipe Luis II de Mónaco o el Sha de Persia y, lejos de la realeza, famosos propietarios fueron Guggenheim, Vanderbilt, Rothschild, André Citroën, Edsel Ford, René Lacoste, Cartier, Bacardí, Cointreau, Tissot, Bulova, Albert Einstein o Pablo Picasso, entre otros.

El rey Alfonso XIII a comienzos de la década de 1910.

La llegada de la Guerra Civil sumió a la marca en una profunda crisis que, antes de desaparecer, decidió dividirse, con una filial francesa que pasó a fabricar componentes de aviones para la Segunda Guerra Mundial y en la actualidad forma parte la empresa aeronáutica Snecma, y una parte española que se dedicó a la fabricación de camiones y componentes de vehículos pesados hasta que en 1946 el gobierno fundó Enasa (Empresa Nacional de Autocamiones S.A.), y adquirió las fábricas y patentes de La Hispano-Suiza.
El intento de los actuales dueños por devolver a la marca su espíritu original –la familia Suqué Mateu es propietaria también del Grup Peralada, referente de la gastronomía y entretenimiento de lujo–permitió en 2000 y 2001 la presentación de dos concept cars de altas prestaciones, el HS-21 y el K8, que no llegaron a ver la luz. La saga Carmen confirma que la cigüeña vuelve a remontar el vuelo.

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