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El gen competitivo de Cupra

La firma española culmina su primera participación en la Fórmula E, una experiencia que ayuda a entender su apuesta firme por la electrificación pero sin perder carácter.

Coches Cupra durante una jornada de competición de Fórmula E.

Cupra tiene el gen competitivo en su ADN, y nunca defrauda. En su reinvención como marca, la apuesta por la electrificación total de sus vehículos es un objetivo con fecha definida –2030–. Uno y otro han alcanzado esta temporada el punto de inflexión con la entrada de la firma en la Fórmula E, una competición con entidad propia y que más que un banco de pruebas se convierte en escaparate de las capacidades reales de las marcas en un mundo en permanente evolución. Lo mismo que sucede con Cupra, que ha avanzado con celeridad en el universo eléctrico, cuyo último exponente –nunca mejor dicho–, el Tavascan, se ha podido ver en las últimas carreras desde que en Berlín hiciera su presentación –el coche se comercializará en 2024– causando admiración más que sorpresa. Porque en estos años, desde que Cupra se convirtió en marca de ‘calle’, sus propuestas han ido consolidando una imagen de marca que no solo crece, sino que tiene una idea muy clara de por dónde debe caminar. Y siempre con la calma de quien sabe que ha tomado el camino correcto.

Tecnología, potencia y rendimiento se unen en el nuevo Cupra Tavascan, el primer urbano de la marca 100% eléctrico.


Eso, volviendo a la competición, es lo que debieron pensar sus rectores cuando Cupra desarrolló el primer turismo de competición, el e-Racer. Un vehículo con el que la marca comenzó a disputar la Copa del Mundo ETCR de la FIA, el primer campeonato de turismos totalmente eléctricos, y donde el éxito fue tan manifiesto como el doblete de los campeonatos de pilotos y fabricantes en 2021 y 2022. Es más, en 2022 los pilotos de Cupra EKS ocuparon los tres primeros puestos en la clasificación final de la temporada. Lejos de parar ahí, la siguiente estación –eléctrica, por supuesto– fue la participación en Extreme E –destinada todoterrenos SUV– donde también ha dejado su huella.

Hasta llegar a la Fórmula E esta temporada; para muchos sería la culminación. Para Cupra es una apuesta más donde “seguir aprendiendo, avanzando, y donde por supuesto queremos ser competitivos” dice Xavi Serra, director de Cupra Racing. Han conformado un equipo, asociado a ABT y Mahindra, en el que queda clara la filosofía Cupra. Y esa no es otra que hacer coches –también en la competición– diferentes, con su propia personalidad. Y si a alguien le queda alguna duda, solo hay que mirar de nuevo la figura del Tavascan para concluir que los coches eléctricos, como su versión más competitiva, no tienen por qué ser aburridos. Y de emociones, Cupra sabe bastante.

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