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Una nueva etapa para Mini: hablamos con Oliver Heilmer, artífice de la última generación de coches de la compañía

Al frente de un equipo de primer orden se halla su nuevo jefe de diseño, quien se encarga de perpetuar los valores de creatividad y distinción que definen a la marca.

Oliver Heilmer junto a una de las creaciones de la nueva generación Mini.

Mini mira hacia el futuro y lo hace apoyado en el equipo de diseño que comanda Oliver Heilmer, un talento que entiende la creatividad desde el intercambio de ideas y la diferenciación: “Eso es lo que intentamos. Todos mis diseñadores dicen que ‘les gustaría tener un coche que destaque entre la multitud a 1 km’; ese es el objetivo”.

¿Qué representa para usted Mini?

Cuando comencé en el año 2000 y tuve mi primer proyecto Mini, lo identificaba con un estilo de vida, una visión que mantuve durante varios años; una época en la que, por otra parte, aumentó mucho la calidad de nuestros coches. Se hicieron más maduros, más sólidos… Cuando en septiembre de 2017 pasé a ocuparme por completo de la marca, fue, honestamente, cuando empecé a sumergirme en ella. Hoy ya no es una marca de estilo de vida, es de estilo mental: hay mucho más que la simple venta de un coche para el futuro, hay una conciencia detrás y también unos principios. Hemos creado cuatro valores que no son solo actuales, sino que mañana también funcionarán. Y esos valores son la osadía, la responsabilidad, la curiosidad y el impulso del corazón. Y esto es Mini para mí hoy.

Heilmer, de 42 años, comenzó su nuevo puesto el 1 de septiembre de este año y su visión contemporánea aporta un renovado valor a la herencia y el futuro de la marca.

Un planteamiento que mira al futuro…

Nuestra nueva generación de coches muestra que somos capaces de cambiar bastantes cosas. Tendremos, obviamente que esperar todavía un par de años más, pero con el equipo estamos intentando colocar exactamente esa creación de mentalidad para el futuro en la familia Mini. Y como no estamos hablando de arte, sino de diseño industrial, hay un montón de influencias que tenemos que observar y que hacen que el trabajo sea un reto, a veces difícil, pero por otro lado, interesante. Hay un permanente cambio desde el punto de vista de la tecnología, y esto es Mini para mí también… y no lo es menos su patrimonio. Aunque desde mi punto de vista, la historia de Mini es el cambio, y este paso es el que yo esperaría de una marca como Mini también en el futuro.

¿Cuáles son los hitos del diseño de esta nueva generación de Mini?

Hay que asociarlos a los valores de los que hablaba antes. Hay una parte de responsabilidad que en Mini definimos como ‘menos es más’; la curiosidad se define en que de nuevo la reducción es un tema central; cuando decimos que habrá menos instrumentos, menos botones, menos artilugios, es porque queremos divertirnos, queremos interactuar de forma natural con el futuro, así que necesitamos encontrar la tecnología que sea capaz de traducirlo. El latido del corazón es obvio, porque se refiere al patrimonio de Mini. Así que siempre estamos conectados a lo que significa y representa este principio. Y la osadía es el valor más desafiante, porque implica que haces las cosas de una manera totalmente diferente a los demás. No puedo hablar del futuro ni del producto, pero ya hay muchas pistas: si nos fijamos en los materiales y en la forma en que hemos sido capaces de reducir el número de piezas, tanto del exterior como del interior, tenemos un indicio de hacia dónde nos dirigimos.

Una de las últimas creaciones de la marca, que ya muestra ese sentido del ‘menos es más’ que preside el presente y futuro de la compañía.

Hoy en día la visión del coche es muy diferente a lo que conocíamos, pero todavía habrá más cambios, especialmente alrededor del coche urbano. ¿Mini podría ser la marca que lidere este territorio?

Sí, hay una gran posibilidad. Vemos que muchas otras marcas, paso a paso, están envejeciendo su segmento pequeño. Así que hay una gran oportunidad para ello, sí. Y así hay que entender el trabajo realizado en esta nueva generación Mini, y la apuesta eléctrica. Así que cambiamos nuestro paquete de nuevo. No es un tema fácil, hay que intentar coches más pequeños aún que la generación actual pero teniendo mucho más espacio en el interior. Y suena contradictorio, pero ya hemos visto que es posible.

¿Qué es lo que mejor le define y le diferencia de otros diseñadores del automóvil?

La comunidad de diseñadores es bastante pequeña. Normalmente, se conoce a todo el mundo; por ejemplo, al jefe de diseño de Lamborghini desde que estuve en la escuela con él, así que conoces a todos ellos desde hace más de 20 años… Y cada uno tiene su carácter y su forma de destacar. En mi caso, represento a la marca desde un punto de vista de la personalidad, pero no de la mía, sino la de un equipo. No soy de los que suben al escenario y dicen “hey, mira mi nuevo bebé”, porque creo que no es una postura inteligente. Puedes sentirte famoso si quieres, pero a quién le importa. Es más importante crear una atmósfera en la que la creatividad salga del equipo… y además es más divertido.

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