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Casa Maxence, la cuarta joya de Valmont

Reconocida por la excelencia de sus productos, Valmont basa su ADN en la fusión de su cosmética y fragancias con el arte, elementos que definen su esencia y filosofía.

Salón de Casa Maxence, en Barcelona.

La profunda visión de Didier Guillon, Presidente del Grupo Valmont, coleccionista, artista y mecenas, de entrelazar el arte y la belleza a través de los exclusivos productos de la marca, tiene en las Residencias Valmont un eslabón clave más que enriquecen la cadena de ese universo. Espacios que son un tributo al tiempo, al arte y la belleza en los que se respira serenidad e inspiración, y en los que brindan a artistas e invitados de la familia Guillon una experiencia memorable para el alma y el espíritu. Además, la familia, un componente fundamental, añade una profundidad única a su identidad que no sólo aporta carácter a la marca, sino que también es el corazón de su narrativa.

Las residencias se llaman como los hijos de Sophie Vann Guillon y Didier Guillon y se ubican en lugares únicos seleccionados por su historia, su identidad arquitectónica y por un ambiente que garantice una cálida bienvenida a sus huéspedes, ya sea en pueblos, ciudades o islas.

Fachada de casa Maxence, en Barcelona.

La primera se llama Capucine y está ubicada en la localidad suiza de Verbier, con vistas impresionantes del Grand Combin y el esplendor alpino. Otra joya de Résidences Valmont es Villa Valentine, en Hidra, isla del mar Egeo considerada como la perla de las Sarónicas, que en verano es epicentro artístico mundial, y que Didier Guillon ha decorado con piezas exclusivas de su colección de arte.

En la Venecia de Byron, Liszt y Wagner, está la tercera Résidence Valmont, denominada Bonvicini, que combina historia veneciana y lujo moderno en un palazzo renacentista del siglo XVI, renovado por el propio Guillon y decorado también con obras de su colección. Todas las residencias comparten la misma filosofía y proporcionan al viajero más que una experiencia de hospitalidad tradicional: es un viaje artístico y emocional hacia la belleza.

Uno de los dormitorios de la Residencia Maxence.

En el corazón de Barcelona se esconde la cuarta Joya del Grupo Valmont, bautizada como Casa Maxence, recientemente inaugurada y concebida como un lienzo de arte y diseño en la que cada espacio relata la profunda conexión de la familia Guillon con el mundo del arte. Se trata de un palacete modernista construido en 1905, ubicado en la zona residencial de Sarriá. La vivienda destaca por su excepcional fachada en tonos pastel, sus motivos en alto relieve y los detalles bucólicos en paredes y balaustradas. La casa lleva el nombre de Maxence, hijo de Didier Guillon, que ha llegado a cumplir uno de los deseos más ansiados de su padre: mantener viva su devoción por el arte y recoger el testigo como presidente de la Fundación Valmont.

El edificio, en el que se atisban influencias de Gaudi, Josep Puig i Catafalch, Lluis Domènech y Enric Sarnier, cuenta con un salón y cuatro dormitorios distribuidos en tres plantas conectadas por una espectacular cascada central de máscaras luminosas. Al entrar sorprenden un desnudo gigante fruto de la colaboración entre Didier Guillon y el escultor Carles Valverde y otras obras repartidas por todas las estancias del ceramista Isao Llorens Ishikawa. El estudio acoge una selección de obras de diversos artistas, entre la que destacan una escultura de pájaro en madera blanda del artista francés Quentin Garel y una delicada jaula de mármol de carrara firmada por Elle Marni.

Detalles de un rincón del salón.

El arte se impregna en todos los rincones de Casa Maxence. Cada habitación está dedicada a un artista e invita a los huéspedes a sumergirse en mundos de imaginación, controversia y emoción. El dormitorio Didier Guillon capta su esencia con una mezcla de intimidad romántica y un toque de provocación con fotografías en blanco y negro en las paredes y dibujos en tinta sobre páginas de New York Times. Destaca manuscrita la expresión pop ¡Mao es Magia!, mezclando reflexión y diversión.

La habitación de Fréderic Amat, artista versátil, evoca mitos y heroísmo. Sus obras mezclan arquitectura y cultura catalana. Yves Lévêque, poeta visual, también tiene su espacio, su obra es una oda a la naturaleza, con la percepción de lo natural a través de su arte. El expresionismo del artista checo Pavel Roučka, transforma su dormitorio en una íntima revelación artística. Una sorpresa se aloja en la parte trasera de la casa con cuidado jardín japonés diseñado para encontrar silencio y calma. Todo esto es resultado de la pasión y sensibilidad de los Guillon por el arte, la belleza y el gusto por la estética.

Jardín de la residencia Maxence.

La larga relación entre Didier Guillon y la Fundación J. Llorens Artigas, fundada en 1969, en honor al renombrado ceramista, se caracteriza por una mutua devoción por el arte y su conservación, uniendo a Casa Maxence con dicha fundación; se celebra la herencia de un icono creativo vinculado a Braque, Picasso, Buñuel, Chagall y Giacometti. Esta alianza honra una tradición artística familiar que se extiende a través de tres generaciones, desde Joan Gardi Artigas hasta Isao Llorens Ishikawa.

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